Capitulo 14

24 2 0
                                    

Ian subía por la pared. Parecía una clase de mono-araña. Me asuste al oírlo tocar mi ventana. No lo dejaría pasar pues estaba muy enojada con el.
   -No te quiero volver a ver- dije molesta.
El me miro con unos ojos tristes. Por alguna extraña razón le abrí le ventana. Me sentía obligada a hacerlo, los sentimientos de enojo y frustración desaparecieron. Unas lagrimas recorrieron mis mejillas, lo abrace, no soportaba el hecho de estar molesta y separada tanto tiempo de mi mejor amigo. Tras ese abrazo ambos caímos al suelo. El se miraba mas guapo que de costumbre. Sus labios se miraban tan deseables. Secó mis lágrimas y acarició mi rostro. Era imposible estar tan cerca de el en esta posición y no darle un beso. Se me hizo tan sencillo hacerlo, así que lo hice. El me tomo del cuello, obligándome a estar mas cerca de el. En un momento estaba sentada sobre sus piernas y las mías alrededor de su cadera. Se puso de pie me recostó sobre la cama. Me beso con una pasión que nunca antes había sentido. Sin darme cuenta le desabroche su camisa negra y la lance a un rincón, él hizo exactamente lo mismo que yo, sus labios bajaron por mi cuello, hasta llegar a mi hombro derecho, ahí beso con tanta delicadeza, como si fuera un pétalo de rosa, en seguida siguió bajando hasta llegar a mi estomago, cuando salí del trance. ¿Que demonios hacia? ¿Que me estaba pasando? 
   -Ian -lo llame.
El no hizo caso y siguió besándome el estomago.
   -Ian - repetí aun mas fuerte
   -Todo estará bien- dijo despreocupado
Siguió besándome. Ya estaba harta de eso. Lo lance hacia mi peinador que estaba a unos cuantos metros delante de mi cama.
   -No pasara nada -dijo cuando se volvió a lanzar sobre mi.
Trataba de quitármelo de enzima pero no pude. Cuando de repente una sombra extraña entro por la ventana. Nos miraba con ira pero no decía nada. Sus ojos eran tan intensos como la noche. Aquella persona apretó los puños y tomo a Ian del cuello. Trato de darle un puñetazo en el estomago pero Ian lo detuvo. Así que el otro hombre le torció el brazo. Lo lanzo por la ventana, Ian gruñía del dolor cuando callo. Estaba tan asustada y confundida que no me acordaba que no traía blusa así que cuando entro una brisa nocturna por la ventana me di cuenta que no la traía puesta, así que me pare a recogerla, me la puse, cuando voltee aquel hombre me miraba con desaprobación, ira y tristeza, podía ver sus hermosos ojos verdes por un pequeño hilo de luz que entraba por la ventana. El corrió hacia la ventana y salto. Sorprendida corrí para saber que había sido de aquel héroe y de Ian pero ya no había nadie. Solo podía ver a los árboles que crujían a causa del viento.

El legado prohibido de una raza caídaWhere stories live. Discover now