En este negocio, para sobrevivir tienes que cuidarte de todo el mundo - dijo - no puedes dar a conocer en lo que andas y mucho menos donde y con quien te mueves.
Hay muchas reglas que debemos seguir si queremos seguir dentro, pero lo mejor es que cambiemos el tema, no quiero aburrirte con mis estupideces linda.
A decir verdad - dije desviando la mirada para colocarme el cinturón - me parece interesante.
Fhernando entrecerró los ojos, era obvio que mi respuesta lo había confundido y molestado a la vez.
Vayamos a cenar - respondió - hice una reservación, espero te guste el lugar.
Llegamos al restaurante y la hostess del lugar nos condujo a un área reservada. Fhernando pidió que nos llevaran unas bebidas sin alcohol.
Solo bebo en las fiestas con aquellos cabrones - dijo cuando se retiró el mesero - y supongo que tú no tomas alcohol.
Solo en las fiestas de año nuevo - reí - y seis meses después aún me sigue doliendo la cabeza.
Me gusta tu sentido del humor - dijo acercándose - eres una niña muy alegre y divertida
En eso interrumpió el mesero llevando consigo nuestras bebidas y unas entradas que nos habían preparado.
Olvidé mencionarte que cuando hice la reservación ordené nuestra cena - dijo un poco nervioso - lo siento, estoy acostumbrado a tener todo bajo control. De verdad, no hay inconveniente si quieres que ordenemos otro platillo, pediré que nos traigan el menú. . .
Está bien - dije divertida al ver que intentaba disculparse - la entrada se ve muy bien y sé que la cena estará aún mejor.
Aún no te digo que ordené - dijo -
Sorpréndeme Fhernando - le guiñé el ojo - pero el atrevimiento de haber ordenado por mí, me da la ventaja de elegir la conversación
De que quieres hablar linda - contestó -
Cuales son esas reglas de las que hablabas. . .