Querer a alguien

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Sin previo aviso, Sasori tomó la muñeca de Sakura y caminó asido a ella hacia el taburete colocado para la entrada al ático.

- ¡Sasori! ¡Suéltame! - ordenó Sakura tratando de quitar la mano de Sasori sobre su cuerpo. - ¡Suéltame!

- Cierra la boca. - contestó él con el entrecejo fruncido. - No estoy dispuesto a compartir de nuevo mi cama contigo sólo porque esta noche también lloverá.

- ¿Qué? - preguntó deteniéndose una milésima de segundo. - ¡¿Planeas sacarme de Artis gratia ars sólo por eso?! - exclamó. Un instante más tarde, la lluvia se intensificó y Sakura apretó los puños.

- No. - se limitó Sasori jalándola para que se acercaran al taburete. - Iremos al ático. - informó y antes de que Sakura pudiera quejarse al respecto, la cargó de la cintura y la colocó sobre su hombro. Como era de esperarse, Sakura pataleó y gritó sin éxito alguno.

- ¡¿Estás loco?! ¡Allá arriba se escucha más la lluvia y...! ¡Hay una ventana! ¡Bájame! ¡Chiyo-bāsama! ¡Su nieto está secuestrándome! - gritó desesperada mientras intentaba deshacerse de Sasori, quien ya había alcanzado la cuerda del ático. - ¡No te atrevas, animal! ¡Voy a matarte si te atreves a...!

- Tú no me matarías. - farfulló Sasori agarrando con más fuerza el cuerpo de Sakura mientras subía la escalera.

- ¡Auxilio! - gritó a todo pulmón.

- Creo que no te lo mencioné, pero no hay nadie a varios kilómetros a la redonda. No van a escucharte. - comentó con un dejo de malicia en su voz.

El sonido de la lluvia alcanzó con más fuerza a los oídos de Sakura en cuanto Sasori llegó hasta el ático, aún sin soltarla. Sakura, aterrada, se cubrió los oídos al mismo tiempo que las lágrimas inundaban su rostro. Sasori la escuchó sollozar, pero no la bajó; al contrario, cambió la postura del cuerpo de Sakura y la cargó con ambos brazos. En esa posición, Sakura se aferró a la piel de Sasori, rasguñándolo en el proceso, para encontrar un tipo de consuelo en su aroma a madera, que ahora estaba combinada con el olor a óxido de la sangre.

Empero, Sasori caminó hasta el sillón ensangrentado y lo pateó con fuerza para que llegara al fondo de la pared. Sakura se estremeció al oír el golpe seco de la tela contra la madera. Abrió los ojos un segundo para descubrir el plan de su acompañante y negó con la cabeza antes de cerrar aún más los puños, provocando en Sasori un ligero jadeo de dolor.

- Por favor, te lo suplico, no lo hagas. - susurró entre lágrimas. - No, no lo hagas.

- ¿Cuál es tu miedo, niña? - preguntó Sasori sin suavizar su tono de voz. - ¿Cuál es el problema de la lluvia? ¿Qué ocurrió?

- Sasori, por favor...

- Dímelo. - ordenó acercándose lentamente al sillón que ahora estaba pegado a la ventana.

- Mis padres... - susurró Sakura escondiendo el rostro en el pecho de Sasori. Él sintió la humedad de las mejillas de Sakura, pero no dijo nada. Por alguna razón, no le molestaba la proximidad entre ambos. - Del día en que me separaron de mis padres, sólo recuerdo la lluvia. Sólo recuerdo que me arrojaron a una camioneta llena de paja... - musitó en voz muy baja tras sentir el sonido de las gotas en la ventana. - Intenté salir, pero una puerta con un enorme ventanal me lo impidió. Intenté ver a mis padres, que me gritaban desde afuera, pero las gotas de lluvia me lo impidieron. - Hundió la frente en el cuerpo de Sasori. - Siempre que llueve, siento la misma impotencia, siento el mismo terror de aquella vez. - Alzó el rostro para clavar la mirada en los ojos de Sasori, quien le respondía la mirada con cierto enojo. - Por favor, Sasori, no me hagas revivir ese día.

Artis gratia ars (Longfic SasoSaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora