Huida

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Sakura se abrazó las rodillas aún en la cama. Si tan sólo abriera los ojos, vería la luz de la luna entrando por su ventana, justo como a ella le gustaba. Pero no lo haría, no le agradaba la lluvia. Detestaba escuchar las gotas de lluvia caer en el techo. Detestaba verlas resbalar por su ventana. Detestaba y, más que eso, le aterraba la lluvia.

Apretó los labios para ahogar un gemido de terror mientras se encogía todavía más. No podría dormir esa noche, no podría hacerlo por más que se concentrara en ignorar a ese fenómeno natural. Deseaba que Kakashi entrara por la puerta, como solía hacer en esos casos, y le ayudara a estudiar medicina, pero sabía que no lo haría, no esa noche.

Al día siguiente todos debían prepararse y estar listos. La hora que tanto habían esperado, por fin había llegado. Los planes estaban trazados, las cosas en su lugar y Sakura, la persona más importante en ese plan, debía haber descansado lo suficiente para correr con una velocidad mayor que nunca. No debía fallar, no podía fallarles y, a pesar de que sabía lo importante que era descansar, sencillamente no podía dormir con la lluvia repiqueteándole en la cabeza.

Con el corazón en la garganta y las piernas temblorosas, se levantó de la cama y corrió hacia la puerta. Cuando Kakashi no iba a verla, entonces ella encontraba una manera para dormir con mayor seguridad. Prefería ver a su lado la ancha espalda de Sasuke y respirar su aroma que ese olor a humedad que tanto detestaba.

Sin esperar permiso, entró a la habitación de Sasuke, quien dormía dándole la espalda y con las piernas encogidas. En otro tiempo, Sakura hubiera permanecido quieta admirando los músculos que se asomaban entre las cobijas, mas ahora su miedo no le permitía razonar que tenía más de ocho meses que no se metía a la cama de Sasuke.

Haciendo ruido con sus pies descalzos, trotó hacia la cama de Sasuke y brincó para treparse en ella. De inmediato, Sasuke se incorporó asustado.

- ¡¿Qué demonios?! - preguntó al verla hecha un ovillo a su lado. - Sakura, ¿qué ocurre?

- La lluvia. - musitó ella abrazándose con fuerza.

Sasuke volteó a ver su ventana y suspiró. Ya conocía la fobia de Sakura, así que no preguntó nada más. Sin dirigirle otra mirada o palabra, volvió a acostarse. Por supuesto que él sí recordaba aquella última vez en la que Sakura se durmió con él, mas el sueño no le permitió ahondar en el asunto. Finalmente, ambos habían dado por terminado esa relación y sabía que no volvería a verla como su novia.

Sakura, más temerosa que avergonzada, se acercó al calor de la piel de Sasuke y hundió su nariz en su omóplato, sólo con el fin de que su aroma a lavanda despistara sus miedos. Evidentemente, no funcionó. Sasuke ya no tenía el mismo efecto en ella y eso provocó que no pudiera dormir como era debido.

Al amanecer, cuando la lluvia parecía ser sólo un mal recuerdo, escuchó el gemido mañanero que Sasuke emitía cada vez que se despertaba. Lo miró estirar los brazos sobre su cabeza y tallarse los ojos con los puños.

- Buenos días, Sasuke-kun. - lo saludó con las manos aún aferradas a las cobijas. El terror no había desaparecido de su cuerpo.

- Hmph, hola. - respondió él escrutándola con la mirada. - No dormiste. - afirmó molesto.

- No pude, la lluvia no me dejó. - respondió ella con un dejo de pena. Sabía lo inusual que se escuchaba en una chica de dieciocho años aquella frase, pero no podía mentirle.

- Tsunade dijo que descansáramos esta noche para rendir más. Sobre todo tú, Sakura, debías despertar con la mayor energía posible.

- Lo sé, pero no sabía que llovería de esa forma. Sabes que yo no puedo dormir con eso sobre mí.

Artis gratia ars (Longfic SasoSaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora