Capítulo 5

2.4K 258 65
                                    

Pov tu

Nunca me había sentido tan feliz y aliviada en toda mi vida, aun cuando estaba algo débil a simple vista, me alegraba que no le hubiese pasado nada. Y, a pesar de que debía de recriminarle por mentirle, lo único que quería era abrazarle por tenerle aquí de nuevo.

Debió de adivinarlo, porque tan pronto estuve por acercarme, retrocedió y sostuvo un pedazo de la madera entre nosotros, marcando distancia.

- Dejemos en claro que esto va a ser una mierda si no resultas ser tan valiente como parecías – habló rápidamente – y más te vale no hacer que me arrepienta de haber vuelto, nos cuidaremos el uno al otro, si fallas voy a perseguirte el resto de mi vida – advirtió tratando de parecer serio, pero parecía más nervioso

Solo pude sonreír por su actitud y en cuanto se descuidó conseguí abrazarle, puede que los demás nos vieran, pero lo único que quería en ese momento era estar cerca, sentir que en verdad no me lo estaba imaginando y él se encontraba bien.

- Oye, el punto es no llamar la atención – hablo levemente

- 5 segundos más, aun no puedo creer que volvieras – reí frotando mi mejilla contra su pecho

Le sentí tensarse y supuse que estaba tomando demasiada confianza para tan poco tiempo, así que le solté y di un par de pasos atrás para dejar algo de distancia entre nosotros. Sus mejillas habían adquirido algo de color, pero seguía viéndose algo mal.

- Aun estás débil – me crucé de brazos – ¿no deberías estar descansando?

- Supongo que se corrió la voz de lo que hice – rodó los ojos

- Me mentiste, dijiste que no harías una locura – le vi mal

- Tenía que alejarte de alguna forma – se encogió de hombros volviendo a la mesa de trabajo y mirando las tablas que cortaba

- No sé cómo, pero estoy feliz de que estés vivo

- Sí, supongo que fue suerte – dijo mirando la mesa

- Al final no era lo que querías, ¿cierto?

- No sé lo que quiero

- Bueno, así es esta etapa – sonreí – la mayoría no lo sabe aun

No dijo nada y debido a su impactante aparición, el profesor no dijo nada, dando por sentado que sería mi compañero de carpintería. Era la última clase del día así que pudimos esquivar perfectamente a Aleksander, Karolina y sus amigos, quienes aún seguían sorprendidos por ver a Dominik de regreso.

Él y yo teníamos cosas que discutir acerca de todo lo que pasaría ahora, así que al sonar la campana nos apresuramos a salir del instituto y caminamos hasta estar lo suficientemente lejos para que nadie nos reconociera.

- Sigo pensando que debiste quedarte en casa, te vez algo mal – dije tratando de apartarle el cabello de la cara, pero se alejó

- Primera regla, no me toques – hablo serio

- No sabía que tuvieras problemas de espacio personal – dije confundida

- Solo...no lo hagas sin que pueda preverlo – dijo mirando el suelo mientras caminábamos - y no voy a responder las razones por las que vine tan pronto me dieron de alta

- Pues debiste insistir mucho a tus padres para que te dejaran venir

Esbozó una sonrisa irónica y dijo

- Sí, digamos que hice eso

- Bueno, si no me dirás por qué viniste. ¿Al menos me dirás que paso anoche? – pregunté curiosa – solo tengo entendido que intentaste suicidarte, pero me gustaría saber cómo es que no llegaste a hacerlo

Un dulce motivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora