Capítulo 3

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Los padres de Dominik habían conseguido una psicóloga, todo salió de acuerdo al plan del chico. Ya tenía las pastillas en mano y se las daría a Sylvia en cuanto pudiera. Sin embargo, mientras estaba desconectado de Suicide room, no había parado de pensar en la dulce chica que le había visitado días atrás. Tenía la pequeña esperanza de que viniese de nuevo, pero no lo había hecho.

Se sentía inquieto, sobre todo porque la soñó hace dos noches. Esto se estaba volviendo algo imposible de comprender para él, ni si quiera había compartido muchas palabras con la chica, pero aun la recordaba claramente y, a veces, las sensaciones que le embargaron cuando le tocó conseguían calmarle en sus peores momentos.

Sylvia había intentado convencerle de que tomara las pastillas con ella y el resto el grupo, para ese momento él ya no tenía muy claro que quería hacer. Pero al pensar en eso estuvo seguro de una cosa, por más miedo que le diese, quería volver a la escuela para verla. Necesitaba estar cerca aunque sea una vez más, una vez antes de que decidiera desaparecer de este mundo.

Una mañana en la que sus padres no estarían en casa todo el día, se aseguró de que nadie le veía y salió de la habitación sin hacer ruido. Saldría de casa sin ser visto, así sus padres no creerían que algo estaba cambiando en él.

Se aseguró de no hacer ruido al cerrar la puerta de la casa y corrió en busca de un taxi, este le llevo hacía el instituto. Respiró un par de veces y se puso la capucha de su casaca negra, no deseaba que nadie le reconociera, pero sabía que eso terminaría por ser imposible.

Empezaba a preguntarse si esto en verdad lo valía, se sentía un tanto estúpido por arriesgarse a venir por una chica de la que solo sabía su nombre. Sin embargo, no podía dejar otro día más sin verla o se volvería loco, no entendía por qué, pero en verdad había dejado esa necesidad de saber más de ella en él.

Ingresó al lugar pasando desapercibido la inicio, fue directo al salón y espero a que los alumnos fueran llegando. Eso ocurrió al sonar el timbre, se sentía un tanto ansioso, los chicos fueron entrando y obvio que llamo la atención.

Nadie le dirigía palabra alguna, solo susurraban a su alrededor, pero por raro que parezca, eso no lo importaba. Estaba atento a cada persona que entraba, buscándola.

La profesora llegó saludando a todos y notó la presencia de Dominik en el aula, con una gran expresión de sorpresa, estuvo a punto de hablar, pero fue justo cuando ______ casi resbala al entrar a toda prisa al aula.

- Ten cuidado, cariño. El piso es resbaloso – le miro la maestra mientras a chica recuperaba el equilibrio

Dominik no quitó los ojos de ella desde que entró, no creía que la estuviese viendo de nuevo. Muy dentro pensaba que habría perdido un día para nada, pero ahí estaba. Misma cabellera castaña y larga, tez clara y usando un vestido parecido al que tenía cuando le visito junto con una chompa de lino y una bufanda por el frio. Paso cerca suyo sin notarle y se sentó en el asiento de al lado.

La profesora dejó pasar el regreso de Dominik y se apresuró a escribir las clases en su pizarra. _____ estaba abriendo sus libros de texto cuando volteo la vista hacía un costado y se encontró con el chico que había visitado hace unos días.

No podía creérselo, luego de enterarse todo lo que él había vivido, estaba segura de que no volvería a verle en la escuela. Pero ahí estaba, con una apariencia más arreglada, pero el mismo rostro cansado y con ojeras.

Fue la segunda vez que sus almas conectaron, transmitiéndoles silenciosamente la necesidad de acercarse.

. . .

Pov tu

El timbre sonó anunciando la hora el descanso, casi y ni lo noté. Estaba pensando en las razones por las que Dominik estuviera de vuelta en la escuela, me entraba algo de curiosidad luego de la última vez que le vi.

Un dulce motivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora