Never Give Up {PAUSADA}

Capitulo 10

~JACE~

-Deberías de cambiar de actitud un poco...

-¿Qué actitud? –Gruñí sin levantar la cabeza.

-Esa. –Volví a gruñir y Dominic soltó una carcajada.

-¿Ahora de que te ríes?

-De ti. –Levanté la cabeza fulminandolo con la mirara.
–Llevas así ¿cuánto? ¿Dos semanas? ¿Tres?

-Cuatro y media.

-Vale. Llevas casi cinco semanas sin hablar con Amy.
–Volví a fulminarlo con la mirada por llamarla así. –Bien. Amelia. –Asentí y volví la vista a los papeles.

-No quiero hablar de ella.

-¡Pero necesitas hacerlo!

-¡NO! –Grité ya cansado. –¡¿Por qué tengo que llamarla yo, si la culpa es de ella?!

-Tú fuiste el que dijo que solo eran ami...

-Callate. –Dije entre dientes mientras apretaba más y más fuerte el lápiz con el que estaba haciendo cálculos. –Se perfectamente lo que dije.

-Vale, pero yo solo te aconsejo que la llames...

-¡Que no la llamaré! –Grité rompiendo el lápiz que sostenía. –¿Puedes irte y dejarme solo?

-Si. Adiós. –Dijo antes de cerrar la puerta fuertemente.

Me levanté de la silla tirando al suelo todo lo que había encima del escritorio. Estaba frustrado, dolido y enfadado conmigo mismo.

Cogí mi móvil buscando su nombre en mis contactos para llamarla. Una parte de mi quería oír su voz, pero otra parte me decía que no la llamara, que seria peor.

Resoplé tirando el móvil a cualquier sitio y me desplomé sobre la silla.

-¿Jaz? Cariño ¿estás bien?

-¿Ahora que quieres, Natalie?
–Pregunté cuando entró sin tocar, como siempre.

-Sabes bien que es lo que quiero. –Caminó y se sentó encima del escritorio frente a mi. –¿Por qué no te relajas un poco...?

-¿Relajarme un poco? –Asintió de lado mientras se bajaba la cremallera que había por delante del vestido. –¿Qué haces?

Natalie volvió a sonreír antes de lanzarse sobre mi para capturar mis labios, y yo, sin saber que hacer, la correspondí.

~AMELIA~

Después de haber tenido una larga tarde de trabajo en Cat&Cat, volvía a casa caminando. Ya que hoy hacia un día espléndido en la mañana.

-¡Gracias por traerme, Jaz!
–¿Jaz?

Me paré en seco al ver como Natalie besaba los labios de Jace. Este ni siquiera se apartó, se subió en su coche y arrancó sin haberme visto.