Siempre los veo sonriendo, riendo y jugando como cuando eran jóvenes enamorados, sin ninguna idea del mundo, solo de su amor. Incluso hasta cuando discuten los veo felices, porque pasan de tener el ceño fruncido, a sonreír como si nada hubiera pasado.

Otra vez me encontré pensando en que el amor es una porquería mientras leía un libro de romance, que graciosa eres Zoey.

Deje de leer para pensar que el amor que estoy leyendo no existe, pero después, cuando levanté la vista, los vi a ellos. Mamá estaba limpiando la sala, y papá se le apareció por detrás para abrazarla. Ella sonrió y le dijo que la dejara limpiar en paz, que había mucho polvo que quitar. Papá la ignoró y le bailó, la hizo reír y finalmente se besaron. Se olvidaron el hecho de que estaba ahí, observandolos. El amor te hace olvidar del mundo que te rodea.

Cuando se separan, se dan cuenta de mi presencia y les sonrío.

–¿Me acompañas a la tienda? –me pregunta papá.

–Claro.

–No necesitamos nada de la tienda –dice mamá.

–Cállate, quiero tener un momento a solas con mi hija.

–No vuelvas a callarme.

–Sino ¿qué? –mamá se ríe– Además, nunca viene mal otro paquete de galletas de avena.

–¡Yo quiero dulces! –grita Dylan desde arriba– Ya que no fui invitado, quiero dulces –se asoma desde la escalera y me río.

Con papá salimos de casa con los pedidos especiales de mamá y Dylan. Ofendidos porque no fueron invitados, ofendidos en forma de broma, claro.

Siempre fue así, siempre fui más cercana a papá. Tengo una buena relación con mamá, es mi amiga, mi confidente, mi hermana, mi competencia en la repostería, lo es todo y me hace bien su presencia, pero con papá siempre tuve una relación más especial.

Es lindo volver a tener momentos con él luego de haberle fallado, y tratado fatal.

Luego de comprar las cosas en la tienda, nos detuvimos en una cafetería, para compartir así otro momento de padre e hija.

–¿Te gusta Ulises? –me pregunta.

–No está mal.

–Es un tipo genial, él ayudó mucho a Nathalie en su momento. Nos conoce de toda la vida.

Asiento y observo como la camarera anota la orden de un señor con traje.

–Vas a salir adelante, Zo –miro a papá– Siempre encuentras la forma de seguir.

–Cuanto más crezco, y mas conozco al mundo, más se complica.

–Es lo lógico de crecer. Lo que te afecta hoy, mañana no te va a afectar a este nivel, pero va a haber algo que te afectara de peor manera.

–Bueno, eso no es muy alentador –me río.

–Y no espero que lo sea, pero es algo que debes saber, porque la vida es así. Siempre vas a encontrar un nuevo obstáculo, vas a caerte muchas veces, vas a enojarte, pasarla mal y odiar al mundo más de una vez, pero es lo interesante de vivir. Si todo fuera más tranquilo en nuestras vidas, sería aburrido, monótono. Se que prefieres la tranquilidad, tal vez todos lo preferimos, pero hay que admitir que aprendemos más de los momentos duros. De los momentos difíciles crecemos como personas. Pero así como hay un momento difícil, hay uno bueno, uno que te hace sentir con vida de nuevo –papá suspira y se detiene en sus pensamientos– Va a doler lo que tenga que doler –dice al fin– Y te va a llevar el tiempo que realmente necesites, pero finalmente vas a salir adelante. Eres fuerte, sé que esa Zoey luchadora y valiente está en ti, ya la vas a encontrar. Y cuando finalmente levantes la cabeza, vas a ver que el camino está despejado, que hay colores que antes no veías –mis ojos se llenan de lágrimas– La tormenta no es eterna, el sol sale en algún momento y siempre nos sorprende un arcoiris –me sonríe y acaricia mi mano para darme aliento.

Siempre fuiste tú (#3 A través de ti)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora