Disfrazada con Exo! ~ Chanyeol [Fanfic]

Cap. 20 ~ Clases de amor

- N..no sabía que había alguien, pensé... pensé que se había ido todo el mundo - contesto azorada des de la puerta de la cocina.

Nada más abrir la puerta me había encontrado cara a cara con Chanyeol, pensé que se había ido con los demás.

- No me apetecía salir - me dice mientras abre el frigorífico y saca una botella de agua que me tiende.

- Gra...gracias - le digo mientras la cojo, ha sido un gesto sorprendente que el haya sabido que quería beber.

No la suelta y quedamos mano a mano con la botella. Me mira.

- Que haces tú aquí en casa? Pensé que ibas a salir con D.O - me dice bajito mientras suelta la botella.

Me está mirando con la cabeza agachada y yo solo puedo pensar en lo adorable que se ve. Creo que estoy poniendo ojos locos.

Juliet serénate.

- No, tenía que estudiar y me he quedado - contesto, inevitablemente mi voz adopta una entonación hastiada e irritada nada más pensar en que tengo que volver a algo que no me sale.

- Que estudias? - me pregunta esta vez curiosos, con un humor más cercano al habitual.

- El Hangul, mi profesor me comentó el otro día que si pasaba el examen ya no tendría que ir cada dos por tres a hacer clases - esta vez mi alegría se puede hasta palpar. No es mal profesor pero ya cansa.

- Y como lo llevas? - me pregunta mientras se recuesta al lado mío con una sonrisa en los labios y cada vez más curioso.

- Emm... - bajo la cabeza.

- Oh, así de mal? - me pregunta mientras inclina la cabeza poniendo la suya al nivel de la mía. Su pelo cae hacia delante y se ven sus orejas.

- No tan mal, pero tengo bastante dificultades con la escritura - acabo admitiendo colorada por la inspección a la que estoy siendo sometida por parte de él, y es que no aparta la mirada de mí.

- Si necesitas ayuda... - no acaba la frase y yo ya he dado un bote y le he cogido la mano mientras le miro maravillada. Se ríe y hace que me ría, me acaba de salvar la vida. - Te ayudaré encantado - acabo, mientras se levanta y nos dirigimos hacia mi habitación.

No soy consciente hasta que llego allí de que en ningún momento he soltado su mano y de que él tampoco la ha apartado.

*

Llevamos más de dos horas enfrascados en el estudio y debo reconocer que es un buen profesor, es paciente y amable y me repite las cosas que no entiendo las veces que hagan falta. Y, siendo sincera, me las tiene que repetir muchas veces.

No puedo para de evitar lo cerca que estamos los dos, como nuestras piernas se rozan o como nuestros hombros se tocan cuando se inclina para señalarme algo. Y sus labios, la perdición, cada vez que me explica algo mis ojos se dirigen hacia allí inevitablemente.

Se ven esponjosos y yo solo puedo pensar en besarlos y mordisquearlos hasta dejarlos rojos. Me gusta ver como se mueven al hablar, solo que ahora no se mueven.

Despacio subo la vista para notar que me está mirando fijamente y ya no habla, no sé el tiempo que debe de haber estado callado conmigo embobado en sus labios.

- No hagas eso - me susurra mientras se acelera su respiración.

- No hago nada - le contesto susurrante. Mientras también se acelera la mía.

- No puedo más - dice derrotado mientras coloca la cabeza entre los brazos.

No sé qué decirle pero no me gusta verle de esa manera. Antes de pensar en lo que estoy haciendo coloco mi mano en su pelo y comienzo a acariciarle.

Al principio no sé si me va a apartar la mano o se alejará pero cuando pasa un tiempo y veo que no hace nada simplemente sigo.

No puedo parar de pensar en él, la manera en la que actúa, como se esfuerzan en las clases, la alegría y sonrisas que tiene para las fans, la camaradería que tiene con los miembros...

Debe de ser una mezcla de todo eso que en un impulso alejo la mano de su pelo, él en un acto reflejo levanta la cabeza y yo le agarro la barbilla con la mano y acerco mi cabeza a la suya y uno de mis labios a los suyos.

Estoy besándolo, besando a Chanyeol.

Y esta vez no hay interrupciones, no hay acercamientos y cortes, nada de insinuaciones, no más miradas.

Mis manos han pasado a coger su cabeza, y atraerla más hacia mi mientras sigo besándolo, se sorprende, durante un momento no se mueve pero cuando ve que me voy a apartar es cuando empieza a besarme el. Me coge la cara con una mano y con la otra me coge de la cintura para ponerme de costado en su regazo. Profundiza el beso y aprovecha que me sorprendo para tocar su lengua con la mía. Se rozan y se unen, bailando entre sí.

Gimo y el gruñe.

Pronto estamos los dos jadeando, en un momento dado nos apartamos en busca de aire y une su frente con la mía. Nuestros alientos se mezclan, subo la mirada y veo como él me está mirando también.

No decimos nada, pero ambos sabemos que acabamos de traspasar la fina barrera que separaba lo que estábamos reprimiendo.

Acercamos otra vez la cabeza y rozamos nuestros labios. Están rojos.

No podemos dejar de tocarnos, me coge de la cintura y me pega aún más a él mientras yo paso los brazos por detrás de su cuello y retomamos lo que habíamos pausado. Esta vez el beso es voraz y desesperado. Entran en juego sus dientes y me muerde el labio inferior mientras estira de él.

Me sorprende tanto que me aparto de golpe, para encontrármelo mirándome con la mirada vidriosa y las pupilas dilatadas. Sus jadeos igualan a los míos. Tiene un rubor en la cara que le alcanza hasta las orejas. Aún sigue abrazándome y no puedo reprimir la sonrisa que me sale.

Me imita. Parecemos dos par de bobos, sonriéndonos, sonrojados y abrazados.

- Te enseño cuando quieras.

Río. Feliz.

[1] Escritura coreana