—Ella lo disfrutará, ¿cierto linda?.—dijo Lucas en respuesta.
Ese tipo me daba asco, me repugnaba, lo odiaba. Quiso poner sus manos en mi cabello pero yo retrocedí un paso, eso hizo que hombre se enfureciera y se abalanzó hasta donde yo estaba, me aferré a Diego y me escondí tras su espalda, Diego me abrazó con fuerza, entre los brazos de Diego eché una mirada a Jorge que parecía tenso y molesto.
Diego me besó en la frente Lucas con furia me arrancó de los brazos de Diego, Diego no protestó en lo más mínimo, empecé a soltar las lágrimas cuando ese asqueroso me llevaba casi arrastrada con él.
—¡ Diego...!—grité mientras hacía fuerza para zafarme de los brazos de Lucas, todos miraban con atención la escena. Busqué con la mirada nuevamente a Jorge pero no lo vi.
Pataleé en brazos de Lucas haciendo lo posible para que me soltara pero este tipo robusto de unos veinti y tanto años era el doble de mi tamaño y superaba mi fuerza por mucho.
Me sacó del lugar y me llevó hasta la calle solitaria y oscura, Diego se había quedado adentro y no había hecho nada por defenderme, en ese momento sentí mucho rencor hacia su persona. Lucas me lanzó contra una pared y me acorraló, mi llanto era bastante audible. Yo apartaba mi rostro cuando él intentaba besarme.
—¡Suéltame asqueroso!.—exclamé con voz llorosa.
—¡Shhh! Una apuesta es una apuesta.
—Jorge, ayúdame.—esas palabras salieron de mi boca pero lo dije inconscientemente.
Segundos después vi a Lucas paralizarse, hizo una mueca de dolor e intentó tomar aliento pero cayó al suelo de espaldas y cuando su cuerpo dejó de cubrir mi vista vi a Jorge allí de pie con el cuchillo ensangrentado en sus manos. Me miró fijamente y su respiración se escuchaba entrecortada.
—¿Lo... lo mataste?.—dije a duras penas aterrorizada y aún envuelta en llanto.
Jorge asintió con la cabeza, sacó un pañuelo del bolsillo trasero de su pantalón y le limpio la sangre completamente al cuchillo para luego lanzar el pañuelo sobre el cuerpo sin vida de Lucas, seguidamente guardó su arma en el bolsillo interno de su chaqueta de color negro, me dio la impresión de que Jorge era un profesional, es decir, un experto en el tema de... Matar. Pensé en el hecho de que andaba armado y de la forma en que limpió de manera tan pulcra su cuchillo bien escondido en su ropa. ¿Era un asesino? Si no lo era pues acababa de convertirse en uno.
—¡Jorge, lo mataste!.—mi voz sonaba cortada entre sollozos.
Él se movió con cuidado para no pisar al fallecido y se acercó hacia mí, yo di un paso a atrás.
—No debiste ver eso.—me dijo el precioso Jorge con una cara que lo hacía parecer arrepentido, inocente e indefenso—. Lo hice porque él iba a hacerte daño.
—¿Debería agradecértelo?.—le pregunté confundida y con miedo.
—Sólo si tú quieres.
—¡Gracias!.—le dije con sinceridad, de verdad no hubiera deseado que nadie tuviera que morir pero agradecía tener aún una de las pocas cosas preciadas de mi cuerpo... Mi virginidad.
—¡Vamos!.—me tomó de la mano jalándome para que caminara con él.
—¿Adónde vamos?.—dije con timidez al ver que nos alejábamos por las calles a algún lugar lejos del cadáver—Debo volver con Diego.
Jorge se detuvo al escucharme.
—Tini, tú crees que Diego te quiere pero no es así. ¿Crees que si te quisiera hubiera apostado tu cuerpo? ¿Crees que si te quisiera te golpearía y te trataría mal?
—Él si me quiere, y de todos modos, si no fuera así, yo igual... No tengo a nadie mas...—repliqué, se quedó callado como si no tuviera argumento válido para mi respuesta.
Él fue disminuyendo el espacio que nos separaba, me acorraló contra un auto que estaba estacionado en la calle apoyando ambas manos en el mismo y dejándome atrapada entre el auto y su cuerpo, respiró sobre mi rostro, su aliento era frio, acercó cada vez más su rostro hasta el mío y yo me paralizaba cada vez más, mis sentidos enloquecían, bajo mi pecho mi corazón latía agitado y con voraz velocidad.
—Tú tienes algo que... —Jorge dejó la frase en el aire—. Maldita sea, no me puedo estar enamorando de ti.
Quise mirarlo a los ojos para captar su expresión pero el volteó su rostro y fijó la mirada perdida en el semáforo que cambiaba de color justo en ese momento, las calles seguían igual de vacías, el cielo se miraba perfecto con miles y miles de estrellas notables a simple vista. La cercanía de Jorge me dejaba sin aliento, me sentía reconfortada a su lado. ¿En qué momento empecé a depender tanto de él? Llevaba unos dos días conociéndolo y no dejaba de pensarlo, añorarlo y soñar con él. ¿Era eso algo explicable? Y para empeorarlo todo Jorge aparecía en cada episodio de mi vida de manera que me hacía necesitarlo cada vez más No me había dado cuenta de que realmente lo necesitaba como si de eso dependiera mi vida.
Lo necesitaba tanto como él agua o la comida... O quizás mucho más que eso, habría incluso cambiado lo único que tenía para comer si me dijeran que eso haría que yo volviera a ver a Jorge y ahora él... ¿Él acababa de maldecir creer estar enamorado de mí? Que para él fuera algo malo enamorarse de mí me lastimaba un poco, pero que se estuviera enamorando de mí era mi perdición, me bastaba con que me dijera que me amaba para olvidarme de cualquier cosa como por ejemplo del hecho de que yo no lo conocía en absoluto, de que probablemente podía estar lidiando con un asesino en serie y de igual forma no me importaría, yo era demasiado vulnerable y me aferraba con facilidad a las pocas que me daba la vida... Sean buenas o malas.
—Puedo... ¿Puedo besarte?.—me pidió Jorge.
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Enamorada de un Demonio (a d a p t a d a)「 J o r t i n i 」
Fanfiction"El Destino nos volvió a unir" "Eres un demonio pero al mismo tiempo te amo como nunca antes" "¿tu hermano o tu?" "Me haz salvado" (Novela Adaptada) #1 en "martinastoessel" el día 30 de Julio de 2018. #1 en "jorgeblanco" el día 30 de Julio...
