En busca de la verdad

Capítulo 1

Capítulo 1:

- Estoy cansada de tantas vueltas Nigel. – dice Susan mientras se desabrocha la bata – No quiero seguir así eternamente. Es cansadísimo. No sé si esto funciona de alguna manera, y ciertamente, me gustaría encontrar algo de una vez.

Susan se mete en la bañera. A Nigel le da igual porque lleva años viéndola desnuda, pero como siempre, siente algo en su interior que se remueve por ver sus pechos desnudos.

- Sé que estas cansada. Ni que fuera santo de mi devoción pasearme de aquí opara alá durante tanto tiempo – se enciende un cigarrillo mientras se sienta encima del retrete – pero creo que vamos tras una buena pista.

- Siempre dices lo mismo. ¿Y qué acabamos encontrando? Humo. Nada. En absoluto. Y ya me empiezo a cansar de todo esto. Me siento mayor, y quizá esto sea una bobada.

- ¡No digas eso! – Grita Nigel contrariado. No le gusta que le lleven la contraria, y menos en este tema – Tenemos pruebas. Sabemos que hay algo. Debemos seguir aunque estemos cansados.

- Sinceramente, ya no creo ni que esas pruebas sean reales...

- Hasta hace dos días las creías. Estás en uno de tus momentos de bajón por qué no encontramos nada. Seguramente si yo no estuviera aquí para motivarte, habrías dejado esto hace tiempo.

- Creo que seguramente sí.

- Pues por eso te digo que tenemos que seguir. Hay algo ahí fuera que aunque no encontremos, está ahí. Hay sitios donde ocurren cosas que son inexplicables. ¿Por qué iba a ser mentira?

Susan suspira. Siempre la misma conversación. Igual sí que está pasando por una de sus etapas en las que preferiría dejarlo. Pero se supone que tiene que continuar.

- Siempre que parece que nos acercamos a algo, se nos escapa de entre las manos como si fuera agua. Me empiezo a sentir cansada de vagar de hotel en hotel. De ciudad en ciudad.

- Últimamente siempre estás dudando. Pero te juro que estamos tras algo bueno. Tú sigue creyendo y no te decaigas por nuestros fracasos.

Ella se encoge de hombros y sigue con su baño. Piensa que todo esto es un poco cansado, pero que quizá, si lo dejan, nunca llegaría a ser lo que siempre ha deseado: ser inmortal.

Las gotas escarlata caen por sus hombros mientras se acaricia la piel.

Nigel la mira ansiosos, siempre observándola con ojos viciosos.

- ¿De dónde la has sacado esta vez? – Le pregunta mientras apaga el cigarro tirándolo al retrete –

- Una chica muy amable me la ha prestado.

- Mejor dicho, se la habrás robado.

- Simplemente digamos que ella se ha entregado por completo a mí. Puedo ser muy persuasiva como bien sabes. Me ha hecho un gran favor. Necesitaba esto. A veces es difícil encontrarlo.

- Supongo que sí. – se queda callado mientras mira la bañera y a Susan. Siempre tan espectacular. Tan sexy. – Parece buena.

- Lo es. Y está deliciosa.

- Creo que la probaré.

Nigel se desnuda en un momento y se me te en la bañera con ella. Sus cuerpos se rozan un momento mientras él se acomoda, y nota los pechos de ella en su brazo, cosa que le hace sentir un escalofrío de placer. Son tan turgentes.

- La verdad es que aún está caliente. ¿Cuánto rato hace desde que...?

- No hará más de veinte minutos.

- Realmente deliciosa. – usa la mano para beber un poco – sí, deliciosa. Sabes escoger bien aunque sea a simple vista.

- Siempre busco la mejor calidad, ya lo sabes.

- ¿Dónde has dejado...?

- Donde siempre. Parecerá un accidente.

- Estupendo – se acerca a ella y se besan apasionadamente mientras le toca los pechos que tantas ganas tenía de coger con las manos – Aunque creo que lo mejor es salir ya. Es una lástima pero se está enfriando.

- Cierto. Fría no vale nada. La próxima vez metete antes – Susan sale de la bañera y se seca con una toalla del hotel –

- Recuerda que has de limpiarlo antes de que se seque.

- Ya lo sé – se gira enfurruñada hacía él - ¿Te crees que soy nueva o qué?

- No, solo que...

- Cállate. Me has hecho enfadas. Voy a ver si lo limpio. Es la parte más engorrosa de todo.

- Ya lo sé, pero ¿Qué pensarían los del hotel al encontrarse una bañera con restos de sangre?