—Hola, pequeño suicida  —le dije con una pequeña sonrisa, él rodó los ojos acordándose del acontecimiento pasado en mi habitación, cuando me hizo creer que se había resbalado de la baranda de mi balcón.

—Hola, Jeremy  —al escuchar a Zack decir eso me volteé para ver a ambos  —¿Por qué volviste?  —le preguntó interesado  —Sin ofender, claro.

Mi vista viajó hacia Jeremy esperando su respuesta, después de todo, yo tampoco sabía el por qué de su regreso.

—Tuve que hacerlo  —me miró por un momento y luego volvió a mirar a Zack —Extrañaba el lugar, Zack.

Zack soltó una risa escandalosa llamando la atención de Fred, quien se encontraba comiendo un paquete de gomitas como la primera vez que lo vi  —¿Extrañabas este lugar? No me hagas reír  —hizo como si se limpiaba unas lágrimas imaginarias y me miró  —¿Tienes idea de las cosas que hizo para poder escapar de aquí? ¡Sí que odia este lugar!

—No, créeme que no tengo ni idea de lo que Jeremy fue capaz de hacer para irse de aquí  —dije con algo de ironía y molestia.

—No querrás saberlo  —se limitó a decir.

—Hablas como si hubiera asesinado a alguien  —escuché a Jeremy quejarse  —El pasado quedó en el pasado, deberían olvidarlo.

—¡Habló el señor cordialidad!  —ironizó Zack  —Si yo fuera tú, comenzaría a pagar mis...—le susurró en el oído lo suficientemente alto para que pudiera escuchar.

—Zack  —Fred lo llamó antes de que pudiera terminar lo que iba a decir, mi mirada se dirigió a Fred, parecía algo molesto y desconcertado con Zack  —Tenemos que irnos  —dijo finalmente mirando hacia otro lado.

Okidoki  —respondió con su tono de voz normal  y me miró  —¿Quieres acompañarnos? Vamos al centro  —mostró sus blancos dientes y luego pestañeó varias veces seguidas como signo de súplica.

—Está bien  —acepté rendida  —Iré con ustedes  —Jeremy me miró y alzó una ceja. ¿Desde cuándo podía hacer eso?

—¡Genial!  —Zack me envolvió con sus brazos por unos segundos y me apretujó hasta soltarme  —¿Quieres ir a algún lado en especial?

—Necesito hacer las compras  —dije, no muy convencida.

—¿Comida?  —asentí  —De acuerdo, ¡Iremos al mercado!  —se levantó y jaló mi brazo para que me ponga de pie, casi me resbalo, lo cual me hizo reír un poco.

—Olivia  —me volteé a ver a Jeremy  —¿No quieres que te acompañe?  —lo miré por unos segundos dudosa de mi respuesta, pero antes de que pudiera decir algo, Zack respondió por mí.

—Tranquilo, señor cordialidad, estará bien con nosotros  —le sonrió  —Ten la seguridad de que no nos escaparemos, como otros  —vi a Jeremy entrecerrar sus ojos  —Byecito  —le levantó la mano y la agitó varias veces en forma de despedida, no pude hacer más que girarme y avanzar hacia Fred. Necesitaba estar lejos de Jeremy por ahora.

—Ten  —Fred me tendió una cadena larga de plata  —He pedido tu rastreador hace un rato  —achiqué los ojos mientras cogía la cadena, Fred le dio una igual a Zack, él se la puso por encima de la cabeza y me miró.

—¿No sabes qué es?  —negué con la cabeza, él sonrió y me puso un brazo encima de mis hombros  —Es simplemente un rastreador, como su palabra lo dice, te rastrea.

—¿Y por qué me tienen que rastrear?  —pregunté algo indignada.

—Para que no te escapes  —se encogió de hombros  —Crearon este sistema desde que Jeremy y su hermana lograron escaparse  —quitó su brazo de mí y me ayudó a colocarme la cadena  —Cuando estemos afuera, no te la vas a poder quitar por más que quieras, así que no lo intentes  —me miró muy serio, pero al segundo me guiñó el ojo y sonrió  —Es solo precaución.

Esto es una prisión. Pensé.

Antes de salir, Aaton me entregó el salario que me correspondía pidiendo disculpas más de diez veces, también se lo entregó a Jeremy, el cual antes de tomarlo, me miró.

Su mirada me recordó al día en que lo conocí, fría, rencorosa y terriblemente escalofriante, pero no aparté la mirada, ya conocía su forma de ser y no dejaría que una simple mirada suya me afectara tanto.

Tomó el sobre y salió hacia el ascensor hecho una furia, supongo que le dolió el hecho de que haya escogido irme con unos extraños a irme con él.

Le arranché el sobre a Aaton y salí de igual manera que él, pude notar por el rabillo del ojo como Fred y Zack sonreían, no les di importancia y seguí caminando hasta las afueras del edificio.

—Ten cuidado de cómo te portas con Jeremy  —canturreó Zack alcanzándome  —Es igual o peor que JoeJoe  —soltó  —Sólo que él piensa.

—¿Crees que no lo conozco?  —le dije irritada.

—Yo solo digo que  —se acercó un poco más a mí y me susurró en el oído —Nunca terminas de conocer a una persona.

Long Way © (No todo está perdido)Where stories live. Discover now