Mis Hermanos y Yo

5.Niñeros

Maratón 1/2

-¡¿Que demonios?!- Gritamos los dos al ver lo que estaba en frente a nosotros.

¡Quemaron la piscina! ¡¿Como rayos se puede quemar una piscina llena de agua?!

Todos comenzaron a correr en dirección a la casa pero yo estaba rígida, no podía moverme. Es decir... ¡Quemaron una piscina llena de agua!

Salí de mis pensamientos al sentir que me cargaron como un sacó de papas.

-¡Bajame Jackson!- Le grite mientras comenzaba a golpearle la espalda en un intento fallido de que me soltara.

-¡Me lo agradecerás luego!- Me grito y yo deje de luchar.

Levante un poco mi cabeza para ver como mis hermanos trataban de apagar el fuego con una manguera que en vez de agua, expulsaba cerveza.

Bufé y Jack me bajo de su hombro con cuidado.

Cuando mis pies tocaron el suelo fui directo a mi habitación evadiendo los gritos de Auxilio.

-¡Hey! ¿Acaso te molestaste?- No le hice caso a Jack y me agache para buscar el extintor debajo de mi cama.

¿Que? Creo que ya les he dicho que hemos quemado la casa tres veces y con esta cuatro.

-Demonios no alcanzo ¿Donde esta Mason cuando lo necesitas? - Me queje en un murmuró. Mi primo Mason debería estar aquí para ayudarme.

-¿Que fue lo que dijiste? No te entendí nada.

-¡Obvio que no lo entendiste!- Dije de mala gana esta vez gritando y por fin mi brazo pudo sacar el estúpido extintor.

-Lo único que entendí fue "Mason" ¿Quien es?

-Nadie.

El iba a decir algo pero salí de la habitación y baje a la sala encontrándome con un montón de gente asustada.

Salí al patio seguida de Jack y cuando estaba en frente de la piscina le quite el seguro al extintor y lo utilice para apagar el fuego.

Mire a mis hermanos los cuales tenían la cabeza gacha. Mire la casa en la cual había bastante gente asustada. Mire a Jack el cual tenia un cara divertida y lo entendía. En cierta forma esto es bastante gracioso.

Comencé a reírme un poco hasta que mis risas se convirtieron en carcajadas y Jack me acompaño en mis risas.

-¿No estas molesta con nosotros?- Preguntó Scott temeroso.

-¡Por supuesto que no!- Dije entre risas.

-¿Es enserio?- Pregunto Chad.

-Claro, oigan, creo que deberíamos despedirnos de las 323 personas que están en la casa.

-De acuerdo- Dijeron al mismo tiempo mientras las personas volvían al patio.

Ya eran las 5:00 A.M. por lo que la fiesta tiene que terminar.

Nos subimos al escenario y Aaron agarro un micrófono.

-¡MUY BIEN MIS AMIGOS!- Grito por el micrófono lo que hizo que seguramente se escuchara en China. Que bien que la señora Owells tiene el sueño bastante pesado y seguramente no se despertó en toda la noche- ¡LA FIESTA TERMINO! ¡PERO LES ASEGURÓ QUE NO SERA LA ÚLTIMA!

-¡ESO ES TODO! ¡YA SE PUEDEN IR! ¡RECUERDEN QUE TODAVIA HAY LASAÑA EN LA SALIDA!- Grito Leo desde otro micrófono haciendo que todas las personas corrieran fuera de la casa en dirección a la lasaña- Y así es como te deshaces de 323 personas en menos de tres minutos- Dijo esta vez sin usar el micrófono cuando toda la gente se había ido. Todos excepto el mas idiota.