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Mi cuerpo está algo tenso, es evidente que mi loba quiere tomar el control y encontrar a su pareja, a su compañero, a su mitad. Y, aunque una parte de mi está completamente loca y encantada con la idea, la otra se niega, rechaza absolutamente lo que se me impone y lo que, dictado por la Diosa, me pertenece.

No es que no lo quiera, al contrario, soy de esas personas que confían en que la felicidad en nuestra especie se halla en otra persona, en nuestra alma gemela. Literalmente, ellos —nuestros compañeros eternos— son nuestra dicha. Y no hay más. Es así y es algo precioso.

Mas tengo veintidós años y no estoy preparada para ello. No porque tema perder mi libertad o porque aún no quiera asentar la cabeza. La cosa se tuerce en el hecho de abandonar mi manada.

La manada Howl, es mi hogar, siempre lo sería y me rehusaba a marcharme.


Por lo demás, estaba ansiosa por encontrarle, por conocerle, saber sobre él, dejarme querer y quererle yo también. 


Eso sí, antes que nada, debía conseguir que esos pícaros se fueran de mi ciudad, bueno, la ciudad de mi hermano —o por el momento de mi padre—, me oponía a la idea de que mi pareja tuviera que enfrentarse a uno de ellos.

El chico de ojos azules lo había dejado claro, no venían de buenas maneras precisamente. Eso o quería hacerse el macho dominante. 

Era de un rango alto, su formidable confianza en sí mismo y su conducta de bravucón ya lo indicaban. Además, a pesar de que su aroma estaba encubierto, derrochaba poder por los poros de su piel. Podía sentirlo, cualquiera que se fijara en él lo haría. Y estoy segura de que, al menos, las féminas lo haríamos. 

Habría que estar atontado para no prestarle ni siquiera una migaja de atención. Relativamente, era imposible.



—¡Daria! —la mano de Zara toca mi hombro, haciendo que mi interés recaiga en ella— Hay pícaros en la ciudad —con furia pronuncia.

—Lo sé.

—¿Lo sabes? —alza la voz.

—Baja el volumen —pido y miro a todas las direcciones para asegurarme que no hemos causado interés en nadie— Los vi ayer. Son cinco, una hembra entre ellos. Llevan el olor disfrazado, no he podido descifrar si son pícaros o gente invitada.

—¿Por qué no me lo has comunicado? —recrimina— ¿Por qué el alfa Adam no está enterado? 

—No lo vi tan importante —miento y ella lo nota, arquea una ceja— Mira, a mi padre no puedo decirle nada, ¿cómo crees que le sentaría si se enterara de que cinco posibles pícaros están en su ciudad?

—¡Es el alfa, Daria! Él debe saberlo. Es más, voy a comunicárselo ahora mismo —da media vuelta y da unas cuantas zancadas. Después, parece que se le ilumina algo en el cerebro pues deshace su caminata y regresa a mi— ¿Cuál de ellos es tu compañero?

—¿Qué? —pregunto anonadada.

—Uno de ellos es tú compañero, ¿no? Por eso no has dicho nada, ni siquiera a mi.

—Es improbable que alguno de ellos lo sea, lo habría olido. 

—Tú misma has dicho que su olor está oculto.

—Pero... pero... pero... mi loba ha localizado a su pareja, Zara.

—¿Sabes qué significa eso? —niego— Puede significar dos cosas, la primera, que por mucho que su fragancia esté encubierta tu bestia interior haya sido capaz de reconocer a su macho. La segunda posibilidad es que sea uno de los nuestros tu compañero.

—Es imposible, me habría reclamado ya. Tiene que ser alguno de las otras manadas. Mi loba lo localizó al volver de clases.

—No cielo, es casi considerado una utopía, las otras manadas tienen prohibido recorrer nuestras calles a ciertas horas del día. Ya sabes, puede haber algún enemigo infiltrado.

Respiro hondo. Sin saber muy porqué no quiero que sean juzgados los cinco intrusos. Hay algo que me frena en el impulso de delatarles.

—Vamos a hacer un trato —sugiere mi mejor amiga— Descubre quienes son antes del nombramiento de Brad, si son pícaros, entrégalos. Si uno de ellos es tuyo, díselo a tu hermano, es más indulgente que tu padre y acabará cediendo con respecto a los otros cuatro.

—¿Y si no logro adivinar a que han venido? ¿Y si es uno de ellos mi pareja y por desconocer su olor acabo perdiendo a mi pareja? 

El pensamiento de perder algo que actualmente no tengo pero que si lo perdiera jamás volvería a tener, duele. Sólo hay una persona que nos complementa en este mundo. Sin él o ella, jamás amaremos de nuevo, seremos personas errantes, sin una razón por la que vivir, sin una razón por la cual ser.

—No sé si es buena idea...

—Dila —pido.

—Tía, que se supone que debo protegerte, no conducirte a los problemas.

—Zara, dila.

—En serio, Daria, que yo te aprecio mucho...

—Zara Marie Monshum, habla.

—Está bien —acaba por rendirse— Tú no puedes captar el olor de ellos pero estoy segura de que ellos han percibido tu esencia.

—¿Y?

—Si alguno de ellos es tu compañero, rétalo. Tontea con otros, ponte en peligro, ¡qué sé yo!

—¿Y si no es uno de ellos?

—Daria, soy una guerrera y tu mejor amiga, ¿crees que dejaría que te metieras en problemas sin más? ¡No estoy tan loca! Te quiero lo suficiente para salvarte cuando sea necesario y aprecio demasiado mi vida como para que me maten.

—No voy a exponerme ante el peligro. También valoro mi vida ¿sabes? ¡Mi padre me mataría!

Pensamos durante un rato qué podría hacer para llamar la atención de los cuatro chicos. Son cinco sí, pero ella queda descartada como mi compañera.

La Diosa ya nos predestina, si eres homosexual, no hay problema, tu pareja también lo será. No obstante, yo no soy lesbiana, así que mi pareja es un varón.

Zara está convencida de que uno de ellos es mío, mi macho, mi alma gemela.

Las probabilidades no engañan y sí que hay una cierta contingencia de que alguno de ellos me pertenezca y por lo tanto, yo le pertenezca a él.

Sólo necesito meterme en la boca del lobo —eso ya indica cierto riesgo—, atraer su atención, ponerle en un compromiso y ya que él conoce mi olor —sólo uno puede ser mi pareja—, si la Diosa lo ha puesto en mi camino, esperar a que se lance a mis brazos.

Porque eso significaría que yo tenía dueño y a la misma vez yo era dueña de alguien.




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¡Capítulo explicativo! Tampoco voy a dejar que todo vaya extremadamente rápido.


Subí hace cuatro días la novela y ya está en el ranking de #Hombreslobo. Sí, en un puesto bajo —350 creo— pero ¡ha entrado! 


Muchas gracias.


No os olvidéis de pasar por Wild Life y Hey girls of the night (ambas en mi otro perfil: SilWayland ) 


Votad y comentad.


-Jade HT.



Trilogía Magic 1: The howl. [DISPONIBLE EN @ERIDEMARTIN]Where stories live. Discover now