Capítulo 12.

Start bij het begin
                                    

- ¡¡AAAAAH!!

- Ese fue... - Murmuró Heba saliendo de su trance al escuchar el grito.- No, imposible...

Un gritó ahogado se oyó desde afuera, Mana se le erizo la piel de sólo escucharlo, esa voz la conocía muy bien y era nada más que la de Yugi.

- ¡Tenemos que ayudarlo! - Mana miró a su Maga, quien le asintió ya había liberado a sus compañeros del sello, pero lastimosamente no podía hacer nada por Atem, eso sólo dependía de Yugi.

o-o-o--o-o-o-o-o-o-o-o-oo-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-oo-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

Caí al suelo de frente logrado golpearme un poco la cabeza, esta sangraba con rapidez pasando por mi ojo hasta mi barbilla.

- Te dije que no tenías oportunidad contra mi, eres patético al enfrentarme. - Habló Eris con desprecio, quien se acercó a mi para después pisotear mi espalda con su pie con fuerza.

Nuevamente solté un gritó ahogado.

- ¡Eres un ingenuo en confiar en Athena! mira nada más en las armas que te dio, son patéticas. - Soltó una carcajada con cinismo.

No es verdad, ella me dio las armas adecuadas sólo estoy esperando el momento indicado para atacarte. Pensé.

Mi cuerpo tenía heridas muy graves, mi brazo sangraba, mi cabeza igual, m labio inferior estaba partido y leves quemaduras en mi cuerpo por la Ráfaga de fuego que me lanzó Eris, pero eso no me importaba en lo absoluto. Dije que haría lo que sea por proteger a las personas que más amo. Y eso haré, sin importar que me cueste la vida.

Yo traté con mis mayores esfuerzos levantarme para encajarle mi espada en su corazón. Aún cuando su pie estaba en mi espalda intentando aplastarme, todavía sacaba fuerzas de mi interior.

- Estúpido ¿es que acaso quieres sufrir? ¡Muere de una vez! - Intentó atacarme con su tridente, pero yo lo detuve antes que hiciera algo.

La mie frunciendo el ceño mientras mis energías regresaban a mi, le dedique una radiante sonrisa, una orgullosa sonrisa.

- No me rendiré tan fácil Eris, no importa cuanto me pisotees, me hieras, nada de tus ataques servirá porque los humanos luchamos por vivir, y eso es lo que hago ¡¡Lucho contigo para vivir en paz!!

Tomé mi espada con rapidez para por fin darle el golpe de gracia, pero ella tuvo mejores reflejos que los míos y sacó mi espada lejos de mi cayendo en la puerta del palacio.

Gruñí con desesperación, estoy acabado. ¿Este es el final? mi escudo que me había dado lo destruyó, lo único que me quedaba era la espada y la flecha... pero desafortunadamente estaba en el palacio, y Eris me tenía acorralado. Nuevamente me miró con burla apuntándome con su tridente, quien se preparó para lanzarlo hacia a mi, yo no me inmute en moverme, no tenía oportunidad de esquivar su ataque, venía muy rápido.

Sólo cerré los ojos esperando dicho ataque impactar contra mi cuerpo pero, oí el tridente impactar contra algo pero no sentí nada ¿acaso esto era morir? ¿no sentir nada? ¿en serio morí? pero mis dudas fueron resueltas por un gritó que se escuchó haciéndolo resonar por mi oídos, abrí mis ojos y vi a...

No, no, no no. ¡ESTO NO DEBÍA PASAR!

.

.

.

- ¡¡HEBAAA!! - Grité con horror, al ver como el chico parecido a mi se interpuso entre el ataque del tridente haciendo que se intersectara contra su pequeño cuerpo, manchando sus ropas egipcias con sangre. Tenía la cabeza cabizbaja.

Un nuevo comienzo para los dos. | Book #1Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu