Capítulo 3.

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Atem y yo estábamos caminando por los pasillos del palacio sin decir una sola palabra, yo todavía necesitaba explicaciones acerca de lo que acaba de ocurrir. Mi mente estaba envuelta en un laberinto. ¿Y sí mejor regreso a casa..? pero aun así no podría regresar, y no sé por alguna parte mi corazón quiere que me quede pero...

- Yugi, hemos llegado a nuestra habitación. - Dijo Atem sacándome de mis pensamientos, abrió la puerta y entramos.

Era realmente grande, había una cama al estilo matrimonial pero un poco más grande. Las paredes estaban pintadas como si fueran de oro, en ella había jeroglíficos. Y una alcoba, el sol se estaba ocultando ¿tan tarde era? miré mi reloj pero como estamos en el desierto y no hay ningún tipo de señal no marco nada.

- Es grande. - Caminé hacia la alcoba.

- ¿Te pasa algo? - Sentí como se ponía a mi lado ¿y todavía pregunta si me pasa algo?

- No te hagas el que no sabe faraón. Me debes una explicación de lo sucedido. - Me crucé de brazos y encararlo a la cara.

- Te las daré,  pero vamos adentro ¿si?

Asentí para que entráramos a la gran recamara, me senté en la cama esperando que hablará y me explicará todo.

- Verás... antes de que encerrará mi alma en el rompecabezas del milenio, sí le hice la promesa a Heba de casarnos. Pero luego pasó lo de Zorck y... yo ya no pude recordar nada acerca de eso. Y cuando te conocí y las veces que te salvaba sentí una especie de conexión hacia a ti. Algo que me decía que tenía que estar a tu lado para protegerte. Con el tiempo ese sentimiento se hizo más profundo, y me enamoré de ti.

- ¿Y quieres que crea toda esa palabrería?

- ¡Pues sí! ¡Por que cuando recupere mis recuerdos, si logré recordar Heba, pero yo ya no sentí nada por él! mi corazón es totalmente tuyo ahora...

Las lágrimas no tardaron en llegar, estaba conmovido por la palabras de Atem... el en verdad me ama, y dejó esos sentimientos del pasado porque yo logré cautivarlo. De sólo pensarlo se me acaloran las mejillas.

- Perdóname por no confiar en ti mi amor, perdón. Estaba inseguro, creí creí que me dejarías... -En cuanto dije eso corrí a abrazarlo con todas mis fuerzas.

- Esta bien Yugi, lo importante es que ya cancelé el compromiso, y ahora tu y yo somos los que uniremos nuestras vidas para siempre. - Sus manos rodearon mi cintura, sus labios se posaron sobre mi frente besándola cortamente.

- Te amo Atem.

- Te amo Yugi.

Unimos nuestros labios nuevamente en un cálido beso, quería rodear su cuello pero la diferencia de estatura era demasiada. Atem vio mis intenciones y me levantó un poco del suelo logrando mi objetivo de rodear su cuello y profundizar más el beso. Sentí como nos acostábamos en la cama, Atem encima mío. Nos separamos del beso para mirarnos a los ojos, nuestras respiraciones estaban agitadas y eso que sólo nos besamos. Íbamos a volver a juntar nuestros labios cuando oímos la puerta de la habitación abrirse.

Su padre.

- ¿Interrumpo algo? -Preguntó el antiguo faraón de Egipto.

Atem y yo nos bajamos como pudimos avergonzados, creo que ambos estábamos con las mejillas rojas. ¿Quién no lo haría si alguien te descubre en casi pleno acto amoroso?

- N-no padre, pero toca antes de entrar por favor. - Habló nervioso, pero tenía un punto a su favor.

- Tienes razón, lo siento. Sólo venía a avisarles que se preparen que anunciaremos su compromiso en una hora. - Dijo mientras salía de nuestra habitación, no sin antes...- Por cierto hijo, dale ropas a tu prometido de acuerdo a nuestra época. - Atem asintió y salió del cuarto su padre.

- Es una pena que las puertas no tengan seguro en esta época... - Miré a Atem en forma de broma.

- Tienes razón Yugi. - Ambos nos soltamos a reír.- Tengo que darte ropa de Egipto, si no pensaran que eres un desconocido.

Caminó hacia lo que era una especie de ropero, pero este era un poco más extraño al que yo conocía. Luego de unos segundos, me dio un conjunto de ropa y unas joyas.

- Te espero afuera. - Fue lo ultimo que dijo antes de salir de la recamara.

Vi las ropas que me dio, y empecé a colocármelas. Cuando terminé me miré al espejo que se encontraba ahí, lucía casi igual que Atem, excepto por a piel y por los mechones amarillos. Me coloqué las joyas, uno parecía una especie de diadema, pero igual a una que usa Atem, luego unos aretes, cadenas y lo demás. (Cómo en la foto)  al final, me puse la capa que al parecer Atem usaba. Lo sé por que esta cubierta por un rico aroma.

Salí de la habitación y me encontré a Atem esperando tal como dijo, al verme su sonrisa se iluminó.

- Te vez bien con mis ropas. - Sonrío tomando mi mano. - Vamos. - Asentí y fuimos directo con su padre.

Cuando llegamos a la habitación del  papá de Atem nos recibió y nos empezó a dar una platica sobre nuestra relación. Dijo que era una bendición que su único hijo encontrará por primera vez el amor, ya que nunca lo vio tan enamorado como hoy. Y ya fue cuando salimos de la habitación para ir directo a la alcoba del palacio, donde varias personas estaban afuera. ¡Dios mío! esto es demasiado, había miles y miles de personas esperando la gran noticia.

- ¡Pueblo de Egipto! Los he reunido este día para dar un aviso importante, ¡Anunciarles que mi hijo Atem a decidido casarse! - Todas las personas empezaron a celebrar, por que su faraón tendría a alguien con quien compartir su vida. - Atem hijo, presenta a tu prometido.

El asintió mientras tomaba mi mano y me acercaba junto a él. - ¡Cómo dijo mi padre, he decidido finalmente unir matrimonio con la persona que más amo en el mundo! ¡Yugi!

Otra vez las exclamaciones de la gente celebrando, Atem levanto nuestras manos unidas en señal de nuestro compromiso. Estaba realmente feliz, no, más que eso. Era una alegría inmensa que no podía explicar con palabras. Simplemente no podía creer que uniría lazos de matrimonio con Atem ¡era algo increíble! estaba viendo a las personas que todavía que se ponían a celebrar cuando vi a dos personas, eran Mana y Mahad que también estaban celebrando el anuncio de nuestro compromiso. Pero cerca de ellos pude ver un rostro similar al mío. Ese era... ¡¿Heba?! pero su rostro era de total terror, mostraba una sonrisa macabra, sombría. Algo que nunca ví. Y sus ojos estaban clavados en Atem y en mi, nos miraba con esa sonrisa.

- También queremos decirles que la boda será dentro de 1 mes, aquí mismo en el palacio y que todos están cordialmente invitados. - Dijo Atem con total alegría, pero por el momento no prestaba atención a lo que decía, mis ojos estaban presentes en Heba, que al parecer se dio a la fuga pues empezó a caminar entre la multitud. ¿Qué trama? en cuanto lo pienso tengo escalofríos en el cuerpo.

Sentí algo oprimir mi pecho, como si estuvieran estrujando mi corazón. Empezaba a ver borroso, mis ojos comenzaban a cerrarse  fue cuando todo se volvió negro. Lo único que recuerdo fue gritar a Atem.

"¡¡Yugi!!"  


Un nuevo comienzo para los dos. | Book #1Where stories live. Discover now