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Narra Shawn:

La llamada que me hizo mi madre le lunes siguiente de aquella devastadora semana me quebró aún más.

Leah estaba como yo, me contó que había hablado con su madre y que incluso Leah le había dicho a su madre que quería dejarse la universidad, que le superaba y que no quería estar en la universidad.

Esto me hizo sentir peor aun.

Estaba destrozado por saber que no podía hacer nada por hacerla sentir mejor, era una carga emocional muy grande.

Llego un momento en el que me encerré tanto en mi mismo que Ian empezó a hacerme preguntas continuamente, que porqué ya no salía y que porqué ya no hablaba casi con ellos.

Ante su interés, decidí contárselo.

Le conté lo que me estaba pasando, que tener a Leah a miles de kilómetros se me estaba haciendo muy difícil y si le sumamos el estrés de las clases, los trabajos y exámenes se me estaba viniendo el mundo encima.

Que ya apenas tenía tiempo para dormir y quizás era porque no sabía organizarme bien, todo era estresante.

Aquella tarde me convenció para ir a correr. Íbamos por el campus de la universidad, entre largas explanadas de césped, intente focalizarme en lo que estaba haciendo y desconectar. Cogí un ritmo rápido, poco a poco empecé a dejar a Ian atrás, cada vez eran más los kilómetros que nos separaban, parecía como si estuviera intentando escapar de toda la realidad que me rodeaba, de todo el estrés, esta situación de mierda.

No fui consciente de lo rápido que iba hasta que a la hora y media de estar corriendo por el campus note que mis piernas decían hasta aquí hemos llegado. Me caí sobre el verde césped e Ian tardó unos minutos en alcanzarme.

Se quedó de pie a mi lado mientras yo estaba boca arriba con la respiración agitada. Notaba como mi pecho subía y bajaba rápidamente con fatiga. Era tanta la hiperventilación que estaba teniendo que empecé a marearme.

Ian vio que pase de tener la cara roja como un tomate del calor a empezar a tornarme blanco como la leche.

-Shawn, ¿Estas bien?

Al ver que no había respuesta sacó un botellín de agua y me echó un poco en la cara lo que me hizo volver a la vida.

Tardé unos pocos minutos en poder levantarme y después volvimos tranquilamente hacía la residencia.

No aguantaba más y el ir a correr me había ayudado a desfogarme un poco. Nunca me había sentido así de decaído.

"Shawn: ¿Podemos hacer Skype hoy? Necesito verte"

Le envíe mientras entrabamos a la residencia, de vuelta hacía las habitaciones.

Al entrar me di una ducha haciendo que me sintiese nuevo y que por una vez en esas dos semanas de caos empezase a ver las cosas con claridad y con un punto de vista distinto.

Al salir de la ducha vi que T/n me había contestado el mensaje.

"Leah: Claro, ¿Qué pasa?

Leah: ¿Estas bien?

Shawn: Si, solo es que quiero verte."

Al entrar a mi habitación la pantalla de mi ordenador se encendió dejándome ver la petición de vídeo chat.

Fui hacía mi escritorio, me senté y acepte la petición. Cuando la cara de Leah apareció tras la pantalla no pude evitar sonreír como un tonto. 

Can't let you go - Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora