18. Demasiado Dylan

5.9K 483 103
                                    

Sentí ira, tristeza, frustración. Tenía una oportunidad para pasar el rato con Brooke y la había perdido. Si tan solo hubiera huido de casa por la puerta trasera antes de que Amanda, llegara todo habría sido diferente. Pero estaba completamente claro que la vida -el destino- tenía algo diferente para mí. ¿No podía salir algo bien al menos una vez?

Entré al café-bar y pedí un americano. Hacía demasiado frío. Además, necesitaba sentarme antes de que me cayera por el dolor que sentía en mi pie. Aunque tampoco fui capaz de sostener la taza de café por mucho tiempo. Joder, de verdad me había pasado algo en la mano derecha. ¡La derecha! ¡Yo escrito con esa mano!

Eso te pasa por atolondrado, sabías que no ibas a llegar pero igual manejaste a toda velocidad.

Deja de regañarme.

Dejé la taza en la mesa frente a mí y fue entonces cuando le eché un vistazo a mi pie izquierdo. Tenía unos rasguños, había menos sangre de la que esperaba. Intenté moverlo en círculos para ver si no me había roto nada; sin embargo, solo conseguí chillar y hacer que el resto de personas en el lugar voltearan a verme.

-Deberías ir a ver un doctor -dijeron detrás de mí.

-No es para tanto -respondí y acomodé mi pantalón.

Revisé mi mano con más detenimiento, solo tenía un gran moretón. Creo que había exagerado con lo de no poder sostener la taza.

¿Recién te das cuenta que exageras?

-Ese moretón necesita hielo -siguió la misma chica.

-Estoy, bien, en serio -dije y luego volteé a verla.

Brooke...

No solté palabra alguna y seguí con la mirada a Brooke mientras se sentaba junto a mí. Tomó mi mano y la tocó para verificar la intensidad del daño. Levantó la mano y un muchacho se acercó al instante. Le pidió un par de hielos en una bolsa.

-¿Pero cómo te hiciste esto? -preguntó a la vez que seguía observando el moretón.

-Y-y-yo so-solo me caí -tartamudeé.

-¿Me muestras tu pierna?

--h, la p...

-¡Sigues siendo un niño! -exclamó para luego sentarse sobre la mesa, era baja así que no tuvo problema en hacerlo-. Vamos, pequeño Dylan, pon tu pie aquí -dijo señalando y regazo.

-¡No soy un niño! -dije antes de levantar la pierna.

-Un chico de dieciocho no usa pantalones de ositos -argumentó tomando mi pie y poniéndolo sobre su regazo. Yo no había sido capaz de hacerlo-. Eres demasiado Dylan.

-Tenía diecisiete cuando eso pasó -seguí-. ¿Y qué onda con "demasiado Dylan"?

-Lo escuché por ahí.

Levantó la basta de mi pantalón y sacó mi zapatilla. Por suerte había usado talco... Se deshizo de mi media, dejando al descubierto la gravedad de la herida. Tocó le pie haciendo que gimiera. Dolía como nunca en la vida, bueno, nunca me había fracturado nada. Era mi primera experiencia con las fracturas, sean comprensivos.

-Esto te dolerá.

-¿Qué? -grité mientras Brooke acomodaba uno de los huesos de mi pie-. Por la p...

-Lo siento. Era hacerlo o llevarte al hospital y creéme que se demorarían demasiado, por lo que terminarías usando un yeso por semanas.

-Eh, gracias.

Como si fuera Cenicienta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora