Capitulo dos: El sacrificio de un ser querido

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Las semanas trascurrieron en su precipitado paso y así unos cuantos meses vi transitar frente a mis ojos, en ellos observé mucha actividad correr, cual película de rollo en el doble de su velocidad; el fugaz acenso de papá, la jubilación de mamá, mi primer periodo en esa universidad, el tiempo tenía pleno control de la situación y me impedía disfrutar plenamente de estas vivencias.

También recuerdo los fugaces encuentros con George, y su muy numeroso club de fans, siempre detrás de él, como una escuela de rémoras cerca del imponente tiburón, todas ellas movidas por ese interés… adinerado y apuesto, sin duda era la utopía de toda mujer, creo que debería ayudarle a escapar.

Pero bueno, en lecciones no podré ayudarle, así que tendrá que lidiárselas solo, por lo menos hasta que terminen las clases este día, así que, ruego que nada malo le pase en estos momentos, en donde no puedo ayudarle.

Las lecciones de leyes transcurrieron de una forma terriblemente lenta, típico, esperas algo y pasa todo lo opuesto a tus expectativas…el timbre que indica la salida parecía negarse a resonar en el campus haciendo, no solo a mí, sino a todos los demás estudiantes, soportar una enorme tensión sobre nuestras espaldas.

Finalmente el eco metálico resonó sobre todos y cada uno de los rincones de la enorme instalación, seguida de una estampida compuesta por muchos estudiantes, unos cuantos regresarían a sus casa otros, como las admiradoras de mi amigo de cabellos azabaches; esas mujeres pervertidas dirigidas por la modelo María Fernanda, acechaban los trescientos sesenta y cinco días a George, incomodándole toda su existencia.

Tomé mis cosas y las puse con delicadeza dentro de mi maletín, para luego correr ágilmente, al punto donde comenzaban las persecuciones, saltaba barandales de varias escaleras, sin importarme en lo absoluto mi salud o la salud de aquellos que bajaban al lobby; solo deseaba, ansiaba llegar la cafetería de la universidad.

Aún estaba a tiempo, ya que ni el club de fanáticas dementes, ni George habían llegado, lo que me dio tiempo de armar un plan para erradicar a todas esas voraces calenturientas, la estrategia era lo mío, uno de los dones naturales con los que nací, por lo tanto podría controlar la situación aún sin aquellas mujeres buscaran hacerme daño.

Lentamente por mi derecha se aceraba George a saludarme, con su cálida y blanca sonrisa, sin embargo, por el lado contrario se fueron apareciendo la parvada de arpías, logrando así, borrar la hermosa y a perlada sonrisa de mi amigo, eso si no se lo permito a nadie, así que me dispuse a ejecutar mi maniobra de salvación.

—Luiz, ¿qué haces?— preguntó él al verme sujetándole por las mejillas.

—Tranquilo George— susurré en voz baja, apenas audible—Sólo sígueme la corriente y te aseguro que no te volverán a molestar—

Lentamente y a la vista de todos los presentes posé mis rosados labios sobre los suyos, obviamente era un beso fingido, gracias a mis conocimientos y entrenamientos en el club de teatro, el shock traumático no tardó más de dos milésimas de segundo en lograr el efecto esperado.

Las fanáticas, cual grupo de predecibles avispas que perdieron su colmena se lanzaron a por mí, querían matarme por haber besado a su sex symbol del campus, y obviamente eso me costaría muy caro; sin embargo la mirada filosa e intimidante de mi amigo surtió efecto, parecía un loco asesino dispuesto en descuartizar a todo aquel que se atreviera a ponerme un dedo encima.

Las muchas féminas que nos rodeaban se replegaron cual montón de ratas al percatarse de la presencia de un gato hambriento, mas aquella líder murmuró por lo bajo un me las pagarán, para luego perderse de nuestros rangos de visión.

Luego que el peligro pasara, volvió a mirarme con esa dulzura comparable al amor de los padres y me preguntó si estaba bien, ya que observó por los amplios ventanales que había en los edificios anexos y logó divisar mi método poco ortodoxo de descenso; sólo sonreí como un niño que fue sorprendido en el acto, como cuando sus padres descubren que ha hecho una travesura muy mala, a lo que él amplió su sonrisa.

HERMANOS DE CORAZÓN [Terminada,  Precuela de Dulce Tentador.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora