Capítulo 11.

Começar do início
                                    

- Muchas gracias Diosa Athena. - Dije antes de desaparecer y tele transportarme a Egipto.

Sólo vi como la Diosa se despedía con una leve sonrisa agitando su mano, y volviendo a su posición como la había encontrado.

(Aquí reproduzcan)

La luz me condujo hasta las afueras del palacio, se podía sentir un aura oscura emanando en ella. Y no era de esperarse, todo Egipto estaba cubierto de una terrible oscuridad, las casas estaban impecables ¿acaso no ha atacado a Egipto?

Me adentré en el palacio ya que no había guardia alguno que me detuviera, cuando entre mis ojos se abrieron en par en par... Atem, estaba atrapado por el sello, su piel estaba por palidecer. Eris estaba a un lado de él sonriendo con malicia. Pero la ignoré, ahora me importaba Atem.

- ¡¡ATEM!! - Grité lo suficientemente fuerte para que me oyera.

Lo cual funcionó, apenas logró abrir sus ojos para mirarme y sonreír un poco.

- ¡Yugi! agh.. - Cerró sus ojos a causa del sello que absorbía su energía.

- El sello de Anulis... como se atreve .- Apreté mis puños con fuerza.- ¡Te rescataré! - Corrí lo más rápido posible, pero Eris se interpuso en mi camino.

- Exacto, ahora el sello esta absorbiendo por completo la energía de Atem y transfiriéndola a mi, por cierto me alegro que vinieras al espectáculo. - Dijo sonriendo maliciosamente.

- Ojalá pudiera decir lo mismo ¡Déjalo ir a Heba y a Atem! - Grité desesperado.

- Claro, pero sólo al mocoso que es idéntico a ti. Absorbí toda la energía que necesitaba para renacer con mi cuerpo joven, dejaré ir a Heba ya que su cuerpo es sólo prestado - Río.

- ¿Qué?

Vi fijamente como el cuerpo de Heba estaba siendo desprendido por una mujer de cabellos azules, y vestido rojo con una mirada sonriente. Al hacer esto, el cuerpo de Heba cayó al suelo inconsciente. Mientras que una risa inundaba el palacio.

No podía ser posible que ese ser que emana una energía poderosa sea la Diosa Eris..

Atem también estaba impresionado, ya que vio como Heba era desprendido del alma de dicha mujer.

- ¡Heba! - Grité preocupado y me acerqué a un lado suyo para levantarlo y moverlo un poco para que despertará. - Despierta por favor, ¡Heba, Heba!

- Es inútil, Yugi. El cuerpo de Heba esta demasiado débil como para moverse y hablar, al igual que su energía esta vacía. - La risa de Eris se hizo presente nuevamente, dándome un poco de escalofríos.

Me levanté del piso colocando a Heba en un lugar seguro de ahí mismo. - Así que tu eres Eris..

- Correcto mi querido Yugi, falta muy poco para que renazca cuando el faraón este en su lecho de muerte ¡Controlaré el mundo!

Me puse rígido en sólo pensar ver morir a Atem, y el mundo siendo destruido. - ¡No lo permitiré! - Grité corriendo acercándome a ella, gran error porque  sacó su tridente paralizándome con su poder.- ¡¡AHHH!! - Grité de dolor al sufrir la descarga eléctrica recorrer mi cuerpo.

- Estúpido, no eres más que un insignificante humano que no tiene poder contra mi. - Dijo lanzándome contra una pared demasiado fuerte, no pude evitar escupir un poco de sangre. Caí al suelo de frente.

- Eso lo sé muy bien, por eso mismo peleare contra a ti con las armas que me ha dado Athena. - Dije respirando con gran dificultad, pero aún así me puse de pie mirando a Eris con el entrecejo fruncido. Mientras que una espada y un escudo aparecía en mi mano izquierda y derecha.

- ¡Eso no te servirá de nada! - Exclamó nuevamente apuntándome con su lanza, la cual logré evitar colocándome el escudo cubriéndome. - ¡Da la cara!

- Eso haré, te arrepentirás de haber herido a mis amigos, pero sobre todo por herir a Atem. - Saqué mi espada para después acércamele, lo que me alertó fue que su tridente se convirtió en una espada también negra. Pero de ella salió una luz roja que hizo que me detuviera colocando la espada frente a mi e esquivándola, logrando que su ataque fuera a dar en una parte del palacio, esta se destruyo gran parte del rincón.- Imposible...

Eris me apunto con la espada.- Ves que no tienes oportunidad contra a mi, ni si quiera contra las armas de Athena, ya que eres un simple mortal y no tienes ni un sólo poder.

Poder, poder ¡Poder! Athena me dijo que tenía que encender mi sexto sentido ¿pero como lo haré? ¡¿Como!?

Confía en lo más profundo de tu ser, saca toda la energía que emana de tu cuerpo y conviértelo en un cosmos gigantesco.

Habló Athena en mi mente. Mi energía, mis ganas de luchar. Tengo a alguien a quien proteger, y es Atem.

Cerré los ojos concentrándome en mi energía, pero sin bajar la guardia con las armas.

- ¿Qué intentas hacer humano? eres más que patético, no logro entender como el faraón pudo fijarse en ti. - Dijo Eris con incredulidad.

Atem con las pocas fuerzas que le quedaban, levantó su vista para encarar a la diosa por primera vez con voz firme.

- Eso... es algo que nunca entenderás, ya que eres una Diosa y nunca has experimentado el amor ni la amistad, yo confió en Yugi. Aunque tu lo veas vulnerable el en lo más profundo de su ser guarda un gran poder que esta por salir, ni tu podrás detenerlo.

- Hmp, mira nada más es un simple humano, cómo tu. Acéptalo no tiene oportunidad alguien que ni si quiera entiende la diferencia entre un humano y un Dios. - Sonrío.- Buen viaje faraón.

Atem cerró los ojos dejando caer lágrimas de sus ojos mientras su piel se volvía totalmente blanca, si no me daba prisa pronto moriría.

Tengo que extender al máximo mi energía y convirtiéndola en cosmos. Los humanos podemos hacer cualquier cosa si confiamos en nosotros mismos, y estamos dispuestos a hacer cualquier cosa por nuestros seres queridos, incluso superar a un Dios.

Un poder cósmico empezó a desprenderse de mi cuerpo, se sentía cálido y reconfortador. Era un poder inmenso, más grande que cuando poseía el rompecabezas del milenio. Podía sentir todo el universo en mi cuerpo, seguro era eso el universo.

Extendí mis brazos liberando mi cosmos que empezó a emanar por todo mi cuerpo, ahora por todo el salón del palacio, abrí mis ojos y vi a Eris retroceder asustada.

- I-imposible... ¡Un humano obtuvo el poder del cosmos! ¿¡Cómo lo has hecho!?

Sonreí victorioso.- Sólo creí en mi mismo, como te dijo Atem los humanos somos capaces de hacer cualquier cosa, y el sacar nuestro cosmos no es la excepción.- Saqué mi espada cubriéndola con mi cosmos apuntando a Eris.- Es tu final Eris.

Ella mantuvo su postura de Diosa e igual me apunto con su espada frunciendo el ceño.- Aunque hayas conseguido el cosmos de tu interior, no lograrás superar al mío ¡Ya que soy una Diosa y es infinito!

Sólo mantuve mi postura seria mirando a Eris.- Nadie sabe lo que pasará, quizá un simple humano te supere.- Ella en respuesta gruñó de rabia.

Miré a Atem quien ya estaba pálido de la piel, tengo que darme prisa y rescatarlo.

- Espérame, Atem.

Continuara...

Un capítulo más y se acaba ¡Gracias por leer! <3

Un nuevo comienzo para los dos. | Book #1Onde histórias criam vida. Descubra agora