Prólogo.

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Era completamente ridícula la idea de mirarme al espejo y  ver que todas las arrugas que antes deterioraban mi rostro habían desaparecido. Sin embargo mi aspecto físico no era muy distinto al de veinte años más tarde, nariz de grandes dimensiones que se prolongaba hacia abajo, ojos negros azabache, piel pálida como la nieve y labios finos y bien perfilados de un color morado pálido. Mi cuerpo había perdido bastante peso y musculatura, los huesos se alzaban sobresaliendo en mi piel. Pelo largo, lacio y negro como la noche.

Acaricié mi rostro con brusquedad tratando de descubrir si aquello se trataba de un sueño pero yo sabía que no era así.

Aquel cabeza loca de barbas blancas me había realmente convertido en mí hace quince años a pesar de mi negativa rotunda ante su propuesta. Él estaba tan seguro que esta vez mi vida cambiaría que incluso me habló sobre hacer una apuesta de cuánto tiempo tardaría en decirle que tenía razón, qué tontería. Yo jamás le daba la razón a nadie, aunque la tuviesen.
Aquel anciano estaba tan cegado con que el amor siempre ganaba y ese tipo de estupideces, que había perdido el juicio por completo. ¿Por qué iba a cambiar mi vida por convertirme en un adolescente hormonado? Eso incluso la volvería más difícil y no quería simplemente volver a acarrear con los mismos errores del pasado. No era como si fuese a darle otra oportunidad al amor que jamás me trató bien, mucho menos lo haría con la vida que fue terriblemente injusta conmigo.

Me dejé caer de espaldas y con los brazos abiertos sobre la cama, todo esto era un quebradero de cabeza y cuanto más lo pensaba más sentía la cabeza a punto de explotar. Cerró los ojos tratando de quedarse dormido, quizá cuando despertase todo este mal sueño habría pasado.

-Severus, veo que se te han pegado las sábanas. -Dijo el viejo Dumbledore risueño irrumpiendo en mi intento de dormir y quizá desaparecer. Le eché una mirada de odio mientras me incorporaba quedando sentado sobre el borde de la cama.- Será mejor que te cambies o perderás el expreso a Hogwarts. Qué rápido te has familiarizado con tu nuevo aspecto, ya actúas como tal. -Dijo entre risas. Apreté los dientes mirándolo mientras me ponía una camiseta negra. El viejo se esfumó de mi habitación al ver que yo ya comenzaba a vestirme ya que no me quedaba otra opción. Agarré un pantalón largo de color negro y me lo puse a prisa al escuchar los gritos de Dumbledore. Después le siguieron unas deportivas blancas que se ciñeron a mi pie bastante bien a pesar de no ser mi talla.

Bastante molesto salí de la habitación, echaba chispas por los ojos, sin duda aquello no era algo que yo había elegido ya que no me gustaba si quiera la idea de tener que ir de nuevo a Hogwarts como un crío de quince años. Al fin y al cabo Dumbledore había cambiado mi cuerpo, no mi mente. Yo era un adulto encerrado en el cuerpo de un niño y a veces actuar como tal no era tan sencillo. Dumbledore me esperaba sonriente con el brazo estirado, yo ya me sabía aquel procedimiento de pe a pa. Me acerqué a él y agarré su brazo con fuerza. Una especie de bluce se nos tragó, todo era borroso y se movía con mucha rapidez. Caímos con fuerza sobre el suelo de la estación y sentí mi estómago revolverse y unas ganas de vomitar ascendieron por mi garganta. Solté el brazo del anciano para sujetar mi abdomen tratando de no vomitar allí mismo. Cuando me di la vuelta un poco menos mareado Dumbledore se había esfumado sin decir nada.

Muchos niños tiraban de un carro de metal en el que llevaban sus pesadas maletas y a sus mascotas encerradas tras unos barrotes. Iban de un lado a otro, con prisa. Besaban las mejillas de sus padres y se apresuraban a entrar al tren el cual chillaba en señal de estar a punto de partir. Al ver a todos esos niños despedirse de sus padres un duro sentimiento de nostalgia me inundó, mis padres hacía tiempo que no estaban aquí y este era uno de esos momentos en los que más los echaba de menos. "Vamos Severus, déjate de estupideces emocionales y sube al tren o lo perderás" me dije a mi mismo apartando la tristeza.

Mi segunda oportunidad (Severus Snape + Hermione Granger)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora