-Eso sería todo un placer, abuelo Hugh.

-Por supuesto, por supuesto. Pero dime, pequeña -ya había notado que desde que Gwen nos había presentado no había hecho ningún intento de pronuncair mi nombre- ¿Y qué relación tienes con los...? ¿Cómo se llaman en su época? ¿Montrose? Sería toda una noticia saber que mi sangre ha logrado generar un linaje de personas tan astutas y maravillosas. Aunque tampoco me enojaría si me dijeras que tú desciendes de mi hermana pequeña.

Así que el tatatarabuelo Hugh pensaba que yo era descendiente de su familia. Estaba a nada de aclararle ese punto cuando el verdadero tirón llegó y fui enviada al presente.

Aparecí a la mitad de la sala de música, que, aunque me recordaba mucho a la sala del pasado, tenía los muebles dispuestos en distinto orden, razón por la cual me golpee contra un escritorio antiguo demasiado recargado de adornos para mi gusto. Esto de golpearme con los muebles se estaba volviendo una costumbre, y no precisamente una buena.

Cuando me di la vuelta para salir de la habitación encontré a una chica pelirroja, bastante más alta que yo, que estaba parada junto a otro de los numerosos muebles antiguos que había a lado de uno de los altos ventanales.

Ella me miraba fijamente e incluso parecía petrificada, con su larga cabellera rojiza iluminada por el sol, dándole el aspecto del fuego ardiendo en las brasas de una cálida chimenea. Esta chica no podía tener más de 16 años.

-¿Quién eres tú? -me espetó con una voz dura que no encajaba para nada con su expresión asustada.

No estaba muy segura de querer contestar, sobre todo por la mirada asesina que me lanzaba, incluso me planteé hacerle alguna especie de comentario sarcástico, pero era obvio que eso no le agradaría para nada.

-Yo...solo estaba elapsando. Lo mejor será que vaya a buscar a Gwen... -no había dado ni siquiera dos pasos hacia la puerta cuando la chica frente a mí se puso en posición de combate. Aquello era un poco dramático ¿no?

-Ni se te ocurra dar un paso más, hace poco aprendí Krav Maga. Así que si piensas salir de aquí será conmigo detrás de ti.

Estuve a nada de levantar las manos, pero aquello me hizo pensar demasiado en la típica escena de película en la que entraban los ladrones y gritaban "¡Las manos arriba!", y estaba segura de que si las levantaba terminaría riéndome como una tonta.

-Si no quieres que avance ¿Cómo exactamente planeas que salga? -tal vez mi inglés no salió perfecto, pero la pronunciación era pasable. La chica pelirroja me miró durante un poco más de tiempo, tal vez planeando la manera más rápida de matarme, pues, como ya había mencionado, aquel realmente no era el momento para hacer comentarios ingeniosos.

-No intentes hacerte la graciosa, eso no servirá para evitar que yo te rompa una pierna si intentas algo sospechoso -me sonrió de una manera extraña, pero estaba claro que no era una sonrisa de diversión; era sobre todo una sonrisa estática.

-Está bien. Pero en serio ¿qué es exactamente lo que esperas que haga? - «Contigo amenazándome con cosas extrañas, seguro no haré nada», pensé.

Guardó silencio durante unos preciosos segundos, antes de seguir confundiéndome con cada cosa que decía.

-Muy bien. Te llevaré con la tía Gwen, pero como intentes algo...

Sí, ya había entendido, la ninja frente a mí me rompería la pierna o algo así.

Avancé hasta encontrarme junto a ella, esperando una señal de que podía salir sin recibir alguna otra clase de amenaza. Hizo una pequeña inclinación de cabeza y entonces decidí avanzar.

Piedras Preciosas. Una nueva generación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora