Capítulo 5

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Damon no podía creer lo que estaba viendo. No daba crédito en absoluto. Todos esos tres años que Elizabeth había trabajado para él, nunca en su vida, se había vestido de tal manera, tan sexy, tan provocadora, tan hermosa... y ahora, lo que sus ojos veían, le gustaba. Y mucho.

Estaba realmente hermosa. ¡Theos, era una diosa!

Ahora la deseaba más que nunca.

Siguió caminando hacia ella e intentó ocultar su deseo casi palpable. No quería que nadie lo notara. Mucho menos ella.

Elizabeth había visto a su guapísimo jefe acercarse hacia ella cuando apenas estaba entrando. Intentó disimular y hacerle pensar que no lo había visto. Se tranquilizó cuando había parado y pudo ver por la expresión de su rostro que estaba sorprendido de verla.

Los nervios le asaltaron todo el cuerpo cuando volvió a acercarse hacia ella, enseguida se cogió del brazo de Anthea y no se separó.

Damon se paró frente a todos ellos y le ofreció una sonrisa muy seductora a su secretaria.

-He estado esperándolas-dijo sin más.

Anthea pudo notar la mirada que su primo dirigía a su amiga. Una mirada llena de algo demasiado tangible.

-Sentimos haberlo hecho esperar-dijo mirando a ambos.

-No importa-se encogió de hombros-. Ha valido la pena la espera.

Elizabeth tragó saliva. La estaba poniendo muy nerviosa la forma en que su jefe la estaba mirando y lo extraño era que, en el fondo le estaba gustando.

Los demás chicos presenciaban la significante escena de miradas del importante Damon Thalassinos a su secretaria.

Scott un poco celoso, carraspeó haciendo a un lado a los tres chicos y cogiendo el brazo de la rubia.

-Eh, señor, Thalassinos, este es Scott Adams. Trabaja para usted-dijo Elizabeth nerviosa.

-Y el acompañante de esta preciosa mujer. Buenas noche, señor Thalassinos-lo saludó con una sonrisa fingida y ofreciéndole la mano.

Damon miró su brazo y después su cara y apretó la mandíbula haciendo un sonido que parecía que se rompía los dientes.

-¿Estos caballeros debe ser el famoso grupo que tocará esta noche, no?-preguntó mirando a los tres chicos e ignorando por completo a su empleado.

Scott bajó el brazo, ofendido.

-Eh, sí-dijo Anthea nerviosa por la situación-. Son Niccola, Jack y Kepler. Chicos él es el señor Thalassinos. El responsable de todo esto.

Damon les sonrió y ofreció la mano a cada uno.

-Un gusto, pero preferiría que me llamaran Damon. Anthea se pasa de formal.

Los chicos asintieron mientras sonreían.

-Bueno, caballeros-comenzó Damon-. Ahí está el escenario hagan lo que tengan que hacer-les señaló-. Chicas a sus puestos de trabajo y tú...

El rubio levantó el mentón a la defensiva.

-Scott Adams.

Damon entrecerró los ojos, fulminándolo.

-A trabajar-le ordenó con frialdad.

Los chicos fueron al escenario junto con Scott que les ayudaría. Las chicas se estaban por marchar cuando Damon las detuvo.

-Esperen, chicas.

Ellas se giraron hacia él.

-¿Qué quieres, primito?-preguntó con inocencia, Anthea.

Un Amor Imprevisto(En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora