♡ Mafia Remake ♡

.⁠｡⁠*⁠♡Capitulo 1.⁠｡⁠*⁠♡∘

★ Primer desencuentro ★

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"Éramos dos desconocidos, pero el destino nos puso a tropezar justo en medio de mis ruinas."

«—omnisciente—»

(Cuando aparece el símbolo de arriba es el nombre del personaje que está narrando)

*6:30pm*
Una peli azul se encontraba en su habitación siendo curada por su nana, una amable señora de 49 años que la cuido desde que ella nació, no eran heridas de gravedad pero si unas muy dolorosas.
— hay!— soltó ____ al momento en el que el algodón con alcohol rozo el moretón de su mejilla
— disculpa hija— dijo Nana con voz apenada— aún no entiendo cómo te hiciste estos moretones
— ya te lo dije Nana fue porque April me estuvo molestando y pues tuve que defenderme, pero no me esperaba de que aparecieran 3 chicas mas— dijo ella tratando que la mentira fuera creíble, no quería que su nana se enterará de que su propia madre le hizo aquellos moretones, así que puso la escusa de haberse peleado con April, en parte cierta, pero que no le había hecho tanto daño, las lecciones de su padre si le sirvieron.
— bueno hija haber pásame los brazos para curarte ahí también — dijo la señora
— no! Nana no te preocupes yo ya me curo esos— dijo ella con el nerviosismo atacándola— además se está haciendo tarde para cenar
— hay! Si de verdad como no me había fijado— dijo la señora yendo hacia la puerta de la habitación para bajar a la cocina — bueno te llamo después para comer si?
— Está bien nana, después de curarme los moretones iré a bañarme así que talvez tarde un poco— dijo ella
— bueno cielo— exclamó Nana yéndose hacia el primer piso
Cuando ____ estuvo segura de que nana se fue, se sacó con cuidado las mangas que llevaba, apreciando en sus brazos un sinfín de cicatrices, causadas por ella misma
— aght! Mierda— susurro, pasarse el algodón con alcohol por las cortadas, algunas recién hechas, era muy doloroso
A decir verdad la parte que más odiaba ella de su cuerpo eran sus brazos y piernas, estás tenían feas cortadas y antiguas marcas de moretones, detestaba como se veían
—demonios— dijo ella terminado de curarse la última herida— bueno ya quedó
Después de haberse curado procedió a botar los algodones manchados con sangre a la basura y entrar al baño para darse una ducha.
Al entrar a aquel cuarto pequeño procedió a sacarse toda la ropa, terminando por las vendas que usaba en sus piernas, camufladas por unos calentadores color negro  que cubrían sus tobillos y un poco más arriba, viendo también más arriba de las rodillas estaba atada las vendas, pudiendo apreciar la misma vista que con sus brazos, por último se desató la cola en la que llevaba amarrado su cabello índigo, para que al fin termine suelto. Se detuvo un rato para apreciar su reflejo en el espejo, vio su pelo suelto, dos argollas de color negro en ambos costados de los labios, un lunar con forma de estrella en su pómulo derecho y los ojos color dorado que tanto odiaba su madre surcadas por profundas ojeras.
Se canso de estar parada en frente al espejo y procedió a entrar a la ducha.
[...]
Después de bañarse, fue a su armario y saco una camiseta de tirantes color rosado pálido y unos shorts color negro, se volvió a colocar las vendas, calentadores y mangas . Después de eso se volvió a amarrar otra vez la coleta que siempre usaba y se coloco los lentes de montura negra.
Cómo Nana aún no la llamaba para que cene decidió fijarse un rato su celular, se colocó sus audífonos y puso música, no tuvo que pensarlo mucho y se dirigió a la entrada de su cuarto dónde descansaba una guitarra electrica color azul brillante y matices negras por lo que empezó a tocar aquella canción que resonaba a través de sus audífonos, amaba Immortals de Fall Out Boy, empezó a tocar aquellos acordes y como si de algún hechizo se tratara comenzó a cantarla, su melódica voz sonaba en toda la habitación
—I'll be the watcher (watcher) of the eternal flame,— cantaba con gran emoción —I'll be the guard dog of all your favorite dreams,
(Ooh)
Los acordes de la guitarra y la dulce voz de la peli azul llenaban toda la habitación
—I am the sand in the bottom half of the hourg…— no pido continuar porque escucho una voz que la llamaba
— ____ linda baja a comer!! — exclamó la Nana desde el piso de abajo
— VOY!!— dijo ella quitándose los audífonos y apagando la música, luego se colocó de nuevo sus gafas y dejó la guitarra justo de dónde la había agarrado.
[…]
Se encontraba sentada en una grande y lujosa mesa, con platos de porcelana y un caro mantel de seda. A su costado estaba sentada su nana y en el otro extremo de la mesa estaba ella … su madre, una eriza de puas azules oscuros, igual a los de ella, ojos azabaches sin brillo y un lunar en forma de estrella en su pómulo derecho que ella también tenía, en el mismo lugar.
La mujer la miraba con un atisbo de desprecio en su mirada mientras de forma delicada y elegante comía de su plato, al igual que todos en aquella mansión.
— termine— dijo ella levantándose bruscamente de la silla— gracias Miriam
— De nada Elizabeth— dijo la nana con respeto en su voz
La mujer se retiró de aquel lujoso comedor, cuando ____ estuvo segura que se acercó cautelosamente a su nana
— ¿no tomo los medicamentos?— le pregunto
— ya sabes cómo es ella hija— comento Nana— desde lo de tu papá se resiste a tomarlos
— …— ____ se quedó en silencio por un momento y luego hecho un largo suspiro — bueno Nana iré arriba ¿Si?
— espera un momento ____— dijo deteniendola — tu también debes tomar los medicamentos, te ayuda a regular tus emociones
— está bien nana los medicamentos está en mi cuarto subiendo lo voy a tomar— dijo ella levantándose de la mesa y llendo a la cocina poniéndo todos los platos en el lavaplatos
— está bien hija ve— dijo la dulce señora
— buenas noches nana— dijo la joven subiendo las escaleras
— descansa linda— dijo
[…]
Ni bien entro en su habitación se recostó en su amplia cama.
Luego de pasar unos minutos en esa posición se levantó y busco en uno de los cajones de la mesa de noche los frasquitos con los medicamentos que el médico indico que debía tomar, el mismo que tenía que tomar su madre, odiaba tomar esas pastillas pero era eso o tener ataques de ira u otro sentimiento, así que se resigno y abrí los frascos y con ayuda del agua se los tomo. Sintiendo al instante un fuerte mareo, a diferencia de los demás ella no sentía somnolencia al tomar aquellas pastillas, pero si sentía muchos mareos, le desagradaba demasiado tomarlos, encima que tenía que hacerlo dos hasta tres veces en un día.
— que mal estaré pagando— dijo ella con un poco de burla en su voz
Luego de eso decidió que era tiempo de acostarse, así que se sacó las mangas, los calentadores y vendas de sus brazos y piernas, se desató su coleta y se quitó los lentes.
Se recostó en su cama y se tapo con las sábanas tratando de conciliar el sueño.
[…]
El reloj marcaba las tres de la mañana y ella como siempre no había logrado dormir gracias a su insomnio