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El pasillo todavía vibraba con el eco de lo que acababa de ocurrir

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El pasillo todavía vibraba con el eco de lo que acababa de ocurrir. Minho jadeaba, el cuerpo encorvado hacia delante, intentando cubrirse el pecho con desesperación. La marca seguía latiendo como un segundo corazón, ardiendo bajo su camiseta, y sabía que Felix y Jeongin habían visto aquel destello rojizo.

—Hyung...— la voz de Felix sonó entre asustada y confusa —¿qué fue eso?

Minho levantó la cabeza de golpe, su respiración irregular. Negó rápidamente, con una sonrisa forzada que se rompía en las comisuras de sus labios.

—N-nada... de verdad, fue... fue un mareo. Me dio calor, eso es todo.

Jeongin no parecía convencido. Sus ojos se movieron de la bufanda al rostro sudoroso de Minho, y entreabrió la boca para insistir, pero Jisung habló antes.

—El cansancio lo está matando— dijo con una sonrisa encantadora, dirigiéndose a los dos amigos como si él fuera la voz de la razón—. No lo ven, ¿verdad? Minho apenas duerme. No es raro que se maree.

El tono fue dulce, pero Minho reconoció la doble intención. Ese "apenas duerme" era casi una burla dirigida solo a él, recordándole los sueños febriles en los que Jisung lo poseía.

Felix aún parecía inquieto, pero se dejó convencer. —Honnie... tienes que cuidarte más, ¿sí?— dijo, tocándole el hombro con cuidado.

Minho asintió en silencio. Jisung lo miraba con esa sonrisa tranquila, pero sus ojos eran brasas ocultas. Minho lo supo al instante: esto no había terminado.

Esa noche, la marca no lo dejó descansar. Cada vez que cerraba los ojos, sentía el calor crecer hasta quemarle la piel. Se levantó varias veces, abrió la ventana buscando aire, bebió agua, pero nada lo calmaba.

Al final, se quedó de pie frente al espejo, con la camiseta levantada. La marca brillaba débilmente, como un carbón encendido bajo su piel.

—¿Qué me estás haciendo...?— susurró, más para sí mismo que para nadie.

La respuesta llegó en forma de un murmullo en su oído, aunque estaba solo.

Solo lo que ya deseabas, Minho.

Se giró de golpe. El cuarto estaba vacío, pero la voz de Jisung seguía resonando en su cabeza, envolviéndolo. Minho apretó los dientes y bajó la camiseta con brusquedad. No podía seguir así. Si lo dejaba avanzar más, se perdería.

El día siguiente fue un tormento. La fiebre no lo había dejado dormir, y la marca latía cada vez que alguien mencionaba a Jisung, cada vez que escuchaba su risa o lo veía sonreír.

En clase, Felix lo miraba con preocupación. Jeongin ni siquiera intentaba disimularlo.

—Hyung, de verdad, deberías ir a la enfermería— susurró Jeongin cuando lo vio apoyarse sobre el pupitre.

 ݁ ꒰  dreams with the devil ⋮ hanknowOù les histoires vivent. Découvrez maintenant