alteración

1. Crear algo

En uno de estos tantos universos, la magia no es algo con lo que solo se puede soñar o inventar en cuentos para chicos y grandes. Es algo que se puede tocar, sentir e incluso utilizar.

En un mundo muy lejano a este, soñar, no se considera ningún tipo de pecado. Soñar es equivalente a ser real en aquel mundo que pocos han llegado a tocar y para la suerte de nuestro querido protagonista, una pequeña escritora le dará la gloria que muchos sueñan y ninguno logra.

Pero antes de seguirte asustado contándote secretos que no deberías saber, déjame llevarte a un lugar que seguro te encantara conocer.  

Atheyne.

Un reino encerrado dentro de paginas que estoy seguro que más de uno quisiera visitar... Y eso incluía a la pequeña Sakura.

Sakura era lo que todos podían describir como una "rara".  Cabello desordenado, lentes, mochila sucia y cubierta de pines de caricaturas, libretas con apuntes de colores o a veces ni siquiera con tinta estaban escritos, uñas mal pintadas y siempre usando una sudadera negra que parecía ser más grande que ella.

Si, una rara. 

Pero dentro de aquella niña que leía mangas hasta tarde y gritaba canciones de sus grupos favoritos, siempre hay un gran poder por salir aunque muchos no lo entiendan. Dentro de cada uno de los niños como Sakura existía la magia de crear, y pronto, ella lo descubriría.

Querido lector: ¿Estás preparado? Porque yo vaya que sí.

Entonces déjame comenzar... En la ciudad de Fukuoka, donde la nacen las estrellas.

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Fukuoka, Japón.  Residencia de la familia Wu. 

SAKURA---

Vivir en Japón siempre había sido un sueño.

El anime, las idols japonesas, el manga, el takoyaki y miles de cosas buenas se almacenan en ese pequeño pedazo de Asia. Mi lugar soñado.

Pero cuando papá anuncio que nos mudaríamos a Fukuoka no imagine que estuviera hablando en serio hasta que me encontré moviendo cajas y cajas de las nuevas cosas que había comprado mamá para el hogar. Eso si que no me divertía en absoluto pero no podía quejarme porque sería faltar al respeto a mis padres que--inconscientemente--cumplieron con mi sueño de vivir ahí por lo cual es silencio era mi mejor arma.

Ante todo, tenía a Sam, mi hermano mayor... Que en realidad se llama Luan pero estaba obsesionado porque lo llamaremos por su nombre en inglés y yo era la única que respetaba esa regla.

Sam es solo unos años mayor que yo y aun así hemos compartido todas nuestras aventuras juntos y eso incluía la batalla que teníamos con mamá para decidir los cuartos de cada quién, pues a diferencia de la casa en China, aquí había mil veces más espacio y habitaciones más grandes por las cuales competir a puño y sangre contra Sam aunque mi mamá terminaría haciéndonos ponernos de rodillas en el suelo sosteniendo libros sobre la cabeza mientras nos hace preguntas de cultura general. Gran castigo por cierto.