𝕊𝕌ℙ𝔼ℝ 𝕊ℍ𝕐 • 𝐡𝐲𝐮𝐧𝐣𝐢𝐧

𐙚𝓣𝓱𝓲𝓻𝓽𝔂 𝓼𝓲𝔁ᯓᡣ𐭩

Hari finalmente levantó la vista, soltando los lápices de colores sobre su cuaderno tras escuchar la familiar y repetitiva melodía que anunciaba el fin de la clase y el inicio del receso. El murmullo de sus compañeros no tardoen llenar el aula de inmediato, mientras que la profesora de biología, la señora Park, guardaba sus cosas antes de sonreír de manera breve al grupo y despedirse.

—Eso fue todo por hoy. No olviden que la maqueta es obligatoria y representa el 75% de la calificación, el resto está en la breve presentación de 2 minutos. Deberán entregarlo dentro de dos semanas. Individual o en grupos de 2, no más. Coman bien chicos, recuerden que el cerebro consume muchísima ATP  —anunció con un tono firme antes de salir del salón sonriendo.

En cuestión de segundos, las sillas comenzaron a arrastrarse mientras que algunos recogían a toda prisa sus cosas, otros directamente salían sin mirar atrás. Hari, en cambio, permaneció en su asiento en la primera fila guardando sus útiles con aquella calma tan meticulosa que siempre le acompañaba. Con un último vistazo al dibujo de mitocondria que hizo durante la clase, cerró el cuaderno y lo introdujo en su mochila, organizando cada cosa en su sitio. Cuando terminó, pasó la mano por la superficie del pupitre para asegurarse de que no quedaba nada. Le gustaba dejar su espacio de trabajo despejado antes de salir en cada recreo, porque no soportaba encontrarlo desordenado para la próxima clase.

Mientras cerraba la cremallera de su mochila, una sombra se proyectó sobre su pupitre y ahí se mantuvo por unos segundos, pronto entendiendo que no era simplemente alguien pasando. Al levantar la cabeza se encontró a Jeongin, sonriendole de forma amistosa y relajada.

—Hari-ah —saludó él, apoyándose, o más bien, sentándose en el borde del pupitre diagonal a ella.

Hari parpadeó algo sorprendida. Jeongin nunca le había hablado antes en clases, o bueno, sí, hacía unas semanas había empezado a saludarla, pero no mas que eso.

—Hola —contestó tan bajito que fue apenas audible.

—Oye, ¿No te pareció complicado lo de la mitocondria? —preguntó, con una mueca —la profe lo explicó bien, pero igual, todo eso del ciclo de energía… ugh, mientras más hablaba, más me aburría. ¿En algún punto de mi vida saber todo eso me servirá de algo?

Hari lo observó unos segundos, sorprendida por la espontaneidad de la pregunta. No por la pregunta como tal, sino por el hecho de que voluntariamente estuviera ahí hablándole. Apretó suavemente las tiras de su mochila antes de responder con timidez.

—No sé… quizás si decides ser profesor de biología sí.

Jeongin soltó una carcajada que, muy en el fondo, la hizo sentir bien, ¿quien no siente satisfacción al hacer reír a otros?

—Seguramente, pero por el momento no planeo ser profesor de biología, así que... —dijo encogiéndose de hombros. Hari asintió con las mejillas rosas y esa sonrisa que aparece cuando no se sabe qué más decir en una conversación. —Pero en fin, el proyecto… ¿lo escuchaste bien? —Hari asintió despacio aun encogida en su asiento. —¿Cómo se arma una mitocondria de gelatina? Con todas esas cosas, que no recuerdo como se llaman, que tiene dentro.

Hari sonrió un poco, bajando la mirada a sus manos.

—Sí, lo escuché. Nunca había hecho algo así, pero viendo los dibujos en el libro, un melón podría ser la parte de la membrana exterior, relleno con gelatina como la matriz y algunss golosinas como chispas o gomitas ácidas para las demás cosas como el adn, las crestas… y… lo demás que no recuerdo.

—Oh… qué lista eres Hari, en serio, ¡jamás se me hubiera ocurrido! Creo que puede salir bien si se hace en equipo. Por eso quería preguntarte… —hizo una breve pausa, inclinándose ligeramente hacia adelante y observándola con atención. —¿Quieres hacerlo conmigo?