La figura de Naruto no reaccionó, pero Sasuke supo en su corazón que esta prueba era la más difícil de todas: enfrentarse al miedo de perderlo.

Sasuke sintió como si el mundo se detuviera. Las palabras de Naruto golpearon como la más fuerte de las tormentas, derrumbando los cimientos de todo lo que habían construido juntos. Pero en lo profundo de su ser, algo no cuadraba. Aquellas palabras frías y distantes no pertenecían al hombre que lo había abrazado la noche anterior con tanto amor.

—Naruto… eso no es verdad. —Sasuke avanzó un paso, sus ojos entrecerrados mientras buscaba algún indicio de sinceridad en la mirada del rubio— No puede serlo

Naruto apartó la vista, como si evitara un peso que no podía sostener.

—¿Por qué no puede ser verdad? —preguntó con un tono cortante— No tienes idea de lo que pienso o siento Sasuke.

—Claro que lo sé —La voz de Sasuke sonó más firme, desafiante— Tú no eres así. Lo sé porque te amo y porque tú me amas. Lo sé porque llevamos toda una vida juntos, porque nadie me conoce como tú y nadie te conoce como yo.

El rubio dio un paso atrás, pero Sasuke avanzó nuevamente, sin permitirle escapar.

—No puedes mentirme Naruto. Dime, ¿esto es parte de la prueba? ¿Un último intento de romperme?

Naruto frunció el ceño, pero conservó su máscara fría de indiferencia.

—No puedes ser tú—murmuró con los ojos entrecerrados—Tus ojos… tus ojos brillan cuando me miras, y ahora están apagados. 

La figura sonrió, pero era una sonrisa hueca, desprovista del calor que siempre acompañaba a Naruto. 

—Sasuke, ¿qué parte de que solo te dije lo que querías escuchar no entiendes? —replicó con un tono seco. 

Sasuke negó lentamente con la cabeza, una chispa de determinación iluminó su mirada. 

—Tú no eres Naruto. —Su voz se volvió firme y segura— Él me ama. No necesita decirme lo que quiero escuchar porque ya lo sé en cada cosa que hace. 

Sus dedos buscaron instintivamente la bufanda que colgaba de su cuello. Al rozarla, sintió el peso de cada momento compartido, de cada palabra y promesa entre ambos. Una conexión que nadie podría falsificar. 

—Qué ridículo... —murmuró con una media sonrisa cargada de desprecio— Una copia nunca podrá engañarme. 

El falso Naruto retrocedió al escuchar las palabras de Sasuke, su expresión vacilante por un momento.

—¿Cómo puedes estar tan seguro? —dijo con una voz que ahora carecía de la calidez característica de Naruto—¿Y si todo lo que has vivido con él ha sido una mentira?

—Porque conozco su alma. Conozco su fuerza, su amor y su determinación. Naruto jamás me abandonaría, mucho menos con palabras tan vacías. Tú no eres él. Naruto me enseñó a confiar en nuestro vínculo, a luchar por lo que creo. Si crees que puedes romperme con esta farsa, estás equivocado.

La ilusión finalmente comenzó a desmoronarse. El falso Naruto dejó escapar un grito distorsionado antes de desvanecerse en una nube de humo negro.

Sasuke respiró hondo, sintiendo una mezcla de alivio y cansancio. Tocó nuevamente la bufanda y cerró los ojos por un instante, imaginando al verdadero Naruto sonriendo y apoyándolo como siempre.

—Naruto, nadie podrá separarnos. Lo prometo.

Sasuke salió del bosque con el corazón latiendo acelerado, pero esta vez no era por nervios ni miedo, sino por la sensación de haber superado algo importante. Apenas dio unos pasos cuando Naruto corrió hacia él, saltando con entusiasmo y rodeándolo con brazos y piernas. 

Invisible StringOnde histórias criam vida. Descubra agora