—Las emociones no son más que cadenas, Sasuke. Te atan, te debilitan. ¿Qué harás cuando pierdas lo que amas? Porque lo perderás, como todo lo demás.

Sasuke dio un paso adelante, con su voz y una mirada ardiendo con determinación.

—No perderé nada, porque esta vez lucho para protegerlo. Tú nunca entendiste eso Madara, y por eso fallaste. Naruto no solo es mi fuerza; es la prueba de que los Uchiha pueden tener algo más que odio y desesperación.

Madara permaneció inmóvil por un momento, evaluando a Sasuke con una mirada fría e impenetrable. Luego soltó una risa baja y gutural.

—Veremos si tus palabras son tan firmes cuando enfrentes el verdadero desafío. Por ahora, sigue caminando pequeño Uchiha. Pero recuerda esto: el amor también puede destruir.

Con esas palabras, la figura de Madara se desvaneció en una ráfaga de viento oscuro, dejando a Sasuke solo una vez más. Pero esta vez, no se sentía en soledad.

Apretó ligeramente la bufanda de Naruto y respiró hondo.

—No te equivocas en todo, Madara... pero esta vez será diferente.

Siguió avanzando, el sendero aclarándose mientras la luz de un nuevo desafío comenzaba a brillar en la distancia.

Sasuke avanzó hasta llegar a una zona del bosque donde la luz apenas se filtraba entre los densos árboles. El aire se tornó más frío, y la sensación de estar atrapado lo invadió al no encontrar un camino claro para salir. Giró la mirada, buscando alguna señal, y entonces lo vio: una figura imponente de pie en silencio, envuelta en una capa blanca con el kanji de "Cuarto Hokage" bordado en su espalda. Era Minato Namikaze, el padre de Naruto.

Sasuke sintió un estremecimiento recorrerle el cuerpo. Respiró profundo y, mostrando respeto, inclinó la cabeza ante la figura que tenía frente a él. 

—Sasuke Uchiha —la voz de Minato era firme y su expresión severa— Creo que no eres bueno para mi hijo. 

El Uchiha levantó la mirada, sorprendido por la declaración directa, tragó saliva, pero su postura seguía alerta.

—Yo... Yo sé que no soy perfecto, pero nadie podrá amar a su hijo como yo lo hago. Le aseguro que daré todo de mí para hacerlo feliz.

Minato lo miró en silencio, evaluando sus palabras. Finalmente habló con un tono más grave

—¿Y qué pasará con su reputación, Sasuke? —su mirada era penetrante, como si buscara las respuestas en lo más profundo del alma de Sasuke— Cuando Naruto sea Hokage, cuando esté al frente del mundo shinobi, ¿qué dirán cuando su pareja sea un criminal? ¿Cómo enfrentará eso? 

Sasuke apretó los puños, pero no desvió la mirada. 

—Naruto es un hombre que jamás ha dejado que las opiniones de otros dicten su camino, y yo no voy a permitir que las sombras de mi pasado lo afecten. Estoy trabajando para redimirme, pero si el precio de estar a su lado es cargar con las miradas de los demás, lo haré sin dudarlo. 

Minato mantuvo su expresión seria, aunque algo en su mirada pareció suavizarse. La determinación de Sasuke era inquebrantable, y la confianza en su amor por Naruto irradiaba con cada palabra que decía.

Sasuke respiró profundamente, sintiendo el peso de las palabras de Minato, pero se mantuvo firme. Su voz, aunque respetuosa, cargaba determinación.

—Sé que mi pasado no es digno de orgullo, y que mis errores no se borran fácilmente. Pero he dedicado mi vida a redimirme, no solo por mí, sino también por Naruto. Él es el único que siempre vio algo en mí, incluso cuando yo mismo no podía.

Invisible StringWhere stories live. Discover now