Invisible String

40 Desafio

—Sasuke, hermanito siempre escoges mal tu camino —susurró una voz que resonó por todo el bosque.

Sasuke apretó los puños, sintiendo el peso de sus recuerdos y un escalofrío, pero en ese momento, su mano tocó su bufanda inconscientemente.

—Esto no es real. Ya no estoy atrapado en el pasado.

Las ilusiones comenzaron a intensificarse, mostrando imágenes de Naruto herido, luchando por alcanzarlo mientras él se alejaba. Pero en lugar de derrumbarse Sasuke sonrió.

—Naruto nunca se rinde. Si él pudo superar tanto para alcanzarme, yo también puedo seguir adelante.

Con esa determinación, Sasuke activó su sharingan, dispuesto a enfrentar lo que fuera necesario para avanzar. La primera prueba apenas comenzaba, pero con la bufanda que le había dado Naruto rodeando su cuello y el recuerdo de sus palabras, Sasuke sintió que nada podía detenerlo.

—Itachi, esta vez no estoy equivocado. Naruto es mi camino; siempre lo ha sido. —Su voz resonó con una convicción inquebrantable— Tú fuiste quien me apartó de él, pero ya no tengo dudas.

La figura de Itachi no dijo nada. Sus ojos lo observaron por un instante antes de desvanecerse lentamente, como si su misión hubiera terminado al escuchar esas palabras. Sasuke lo siguió con la mirada hasta que la imagen desapareció por completo en el aire.

—Naruto siempre ha sido mi fuerza —murmuró, sintiendo cómo esas palabras fortalecían su resolución.

El bosque parecía transformarse mientras avanzaba. Los árboles susurraban y las ramas crujian por el viento, a cada paso que daba las sombras intentaban rodearlo de nuevo, pero esta vez no titubeó.

Sasuke continuó avanzando por el sendero, con los sentidos alerta. El aire a su alrededor parecía hacerse más pesado, y de pronto, una figura conocida emergió de entre las sombras del bosque: Madara Uchiha.

El legendario shinobi lo miró con una mezcla de desdén y curiosidad. Su voz resonó con un tono profundo y autoritario. 

—¿Así que ahora eres un traidor? —le dijo, con sus ojos escarlata brillando intensamente.

Sasuke se detuvo, manteniendo la calma ante la provocación. Sus labios se curvaron en una ligera sonrisa cargada de ironía. 

—¿Un traidor a qué?. Si tú hubieras tenido la oportunidad, también te habrías quedado con Hashirama, ¿no es así?

Madara frunció el ceño, su expresión endureciéndose. Por un momento, el silencio entre ambos fue tan pesado como el aire del lugar. Sasuke no retrocedió ni un paso, demostrando que estaba seguro de sus palabras.

—Interesante respuesta, Sasuke. Creí que eras más inteligente que eso. ¿Compararme con tu patética devoción hacia Naruto? —preguntó, dando un paso hacia él, su presencia oscura y opresiva llenaba el lugar.

Sasuke mantuvo la calma, enderezándose con firmeza mientras la bufanda de Naruto parecía darle fuerza en medio de esa tensión.

—No es devoción ciega Madara. Es una elección, tu nunca tuviste el valor de dejar de lado el odio, de construir algo verdadero con Hashirama. Preferiste destruir todo en tu camino por orgullo. Yo aprendí que eso solo lleva a la soledad.

—¿Y crees que tu lazo con Naruto es suficiente para romper el ciclo que ha atormentado a los Uchiha durante generaciones?

Sasuke esbozó una leve sonrisa, segura y tranquila.

—Lo sé. Porque no es solo mi lazo con él, sino lo que representa: confianza, fe y un futuro. Cosas que tú nunca quisiste aceptar.

Madara apretó los dientes y su sonrisa se torció en algo más amenazante.