CAPITULO 35

5.9K 545 28
                                    

Anastasia

—Arrodíllate —dice y obedezco cuando me da una dura mirada por no hacer lo que dice—, y separa un poco las piernas. Desde este momento, tienes prohibido emitir sonido alguno y mucho menos mirarme a los ojos.

—Sí, señor.

—Así se hace.

Sigue buscando cosas entre los cajones sin voltear a mirarme, mientras permanezco con la cabeza gacha, obedeciendo a cada palabra que ha ordenado. Nunca había conocido este lado de Christian Grey y es realmente intimidante, pero al mismo tiempo, excitante. Este mundo es muy confuso. ¿Cómo el miedo y el dolor, te pueden emocionar y excitar?

Christian vuelve y me ordena levantar, hago lo que dice sin levantar la mirada y sin dudar. Debo recordar todas sus directrices. Toma mi rostro con brusquedad y me besa de manera posesiva.

—Realmente te ves hermosa así —dice en mi oreja y lo muerde—. Ahora te voy a castigar. ¿Sabes por qué?

—No, señor —murmuro y trago saliva.

—Por hacerme hacer esto, cuando no quería. Esto lo debo decidir yo, no tú. Ahora aprenderás a obedecer y a no desafiarme. Ve a la cama y apoya tus manos sobre el colchón.

Hago lo que me dice, apoyo mis manos y mi culo queda expuesto. Se detiene a mi lado luego de unos minutos.

—Te voy a azotar con esto. —Me muestra una vara cubierta de cuero que termina con tiras de cuero un poco largas—. Serán seis azotes. Si gritas o te quejas o emites cualquier sonido te azotaré una vez más. ¿Has entendido?

—Si, amo.

Juraría que sonríe.

Siento que pasa su mano delicadamente sobre mi culo y grito cuando el primer azote llega sorpresivamente. Siento que escuece, pero realmente no duele como creí que lo haría. Dice que no tengo permitido emitir sonido alguno y que ahora empezaremos desde cero.

¿Eso quiere decir, que éste azote no cuenta?

Joder.

Vuelve a repetir el mismo procedimiento, caricia y azote. Aprieto mis labios para no volver a gritar y mis músculos se tensionan, cada azote es más fuerte que el anterior y ya estoy sudando. A pesar de eso, creo que puedo soportarlo. Me han golpeado peor que esto y he resistido. Mi cuerpo está acostumbrado a cosas como éstas.

Cuando termina de contar, baja mis bragas y pasa sus dedos por mi sexo. Me dice que me ha gustado porque estoy húmeda y eso me sorprende. Muerdo mi labio al sentir su miembro en mi entrada y me quejo cuando entra en mí bruscamente y se mueve con rapidez. Me siento cada vez más húmeda y excitada, utilizo todas mis fuerzas para no gemir al sentir que mi cabeza va a reventar. Pero de un momento a otro siento que todo mi cuerpo se contrae y mis piernas tiemblan, me aferro a las sábanas tratando de encontrar fuerzas porque sé que estoy por cerca, pero él se detiene y gruñe mi nombre.

Se ha corrido y yo no he alcanzado a hacerlo. Trato de cerrar mis piernas para encontrar algo de alivio, pero me vuelve a azotar.

—Tu castigo no ha terminado —dice luego de un par de minutos, o eso creo.

Mi cuerpo lo siento tenso, con una horrible sensación de insatisfacción que me frustra. Quisiera gritar y golpearlo por haberme dejado así, pero en este momento es él quien tiene el control. Yo le he cedido el control total al iniciar este maldito juego.

—Ve hacia la cruz.

Se aleja con indiferencia mientras lucho con la frustración.

Camino cabizbaja hacia donde me ha indicado y me quedo esperando nuevas órdenes con mis piernas temblorosas tratando de recuperar el aliento. Llega a mí y ata mis muñecas sobre mi cabeza, me ordena abrir las piernas y se vuelve a alejar dejándome con ganas de llorar. Levanto la mirada un poco y puedo ver su desnudez, mi hombre es tan sexy... pero ahora mismo lo odio por dejarme así.

Mi "Hermana" AnastasiaWhere stories live. Discover now