Cap 17: ya nada importa

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 Charlotte

Desperté con aquella pesadilla que desde hace mucho no tenía. Mi cuerpo sudado junto con la ropa que ahora que notaba es la misma que tenía desde que regrese a casa y que el olor a sangre tampoco desapareció. Tome ropa limpia y me dirigí al baño a sacarme todo el sucio que mi cuerpo tenia mientras que me relajaría un rato.

La ducha duro más de lo previsto y cuando baje me tope con la vista más sexy e tierna de este mundo. Recién levantada estaba una Shane que por lo visto intentaba hacer el desayuno pero que al parecer termino toda cubierta de harina y súmenle que estaba vestida solo con su lencería y la camisa blanca con la que al parecer durmió.

-¿Qué se supone que haces?- pregunte divertida, literalmente mi cocina era un desastre

-Intentaba hacer panqueques, pero, no resulto muy bien- ella solo miraba una mezcla que se veía un poco extraña

-Venga tampoco puede ser tan malo- me acerque al bol donde estaba la mezcla, hundí el dedo y lo probé

-y ¿Qué tal?

Ni tiempo de responder tuve cuando ya estaba escupiendo en el fregadero y lavándome la boca

-Dios que asco, no intentes cocinar más nunca en tú vida

-Exagerada, no puede ser tan malo- imito mi acto para terminar también lavándose la boca- joder que asco

-Te lo dije- me empecé a reír en su cara

En qué momento la idiota vacio la harina en mi cabeza no sé, pero solo sé me había declarado la guerra y ambas nos lanzábamos huevos, harina y otros ingredientes que encontrábamos. Sin duda tendríamos mucho que limpiar al final de la mañana y seguiríamos si no fuera porque un carraspeo nos interrumpió.

-Lamento interrumpir su diversión pero tengo hambre- Miriam intentaba no reír

-Habría desayuno si la niña me hubiera dejado cocinar

-No es mi culpa que no sepas cocinar- le saque la lengua

- A ver niñas pequeñas porque no van a cambiarse y yo me en cargo del desayuno

-La cocina es tuya mientras no nos envenenes como intento Shane

Después de esto salí corriendo mientras era perseguida escaleras arriba. Cuando las dos términos en mi habitación forcejamos un poco o por lo menos yo para evitar las cosquillas.

-¡PARA!- me revolvía en el piso- por favor que me haré pis

-Si eres cosquilluda- ella decía mientras que se apoyaba en la cama

-Idiota pude morir- le recrimine

-Ahora quien exagera

Nos miramos y estallamos otra vez en carcajadas que fueron muriendo para dar paso a un silencio.

-Tuviste pesadillas a noche ¿cierto?

-¿Cómo sabes eso?- la mire incrédula como era posible pasar de risa a esto

-Te escuche gritar y Miriam también

-Siento si las desperté- baje la mirada al piso, ellas sabían que habían vuelto

-¿Cuando volvieron?

-Habían parado hace un mes pero regresaron ayer

No era la primera vez que esto ocurría y ellas estaban para presenciarlo, aunque, tampoco es que pudieran hacer mucho ya que desde que me diagnosticaron terror nocturno ellas solo se aseguraban de permanecer a mi lado hasta que dejaba de gritar o paraba de llorar.

Conociendo a mi destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora