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— hyungie, dime qué está mal. — exige con un puchero, de pie frente a taehyung que está sentado en el sofá.

— es tarde, ve a dormir. — taehyung ignora su demanda, mirando hacia un lado para tratar de no ver a jungkook quién viste unos shorts cortos holgados de pijama y una camiseta negra que puede identificar como suya.

acaba de llegar del trabajo, faltan doce para dos de la madrugada. generalmente, jungkook estaría dormido; o si no, simplemente se asomaría a la sala y lo miraría fijamente unos segundos antes de poner esa mirada de cachorro abandonado e irse hacia su habitación.

pero hoy no, hoy jungkook por fin ha decidido hablar.

— pero, hace como tres semanas estás raro. — jungkook sigue. — ya casi no te veo. ¿qué está mal? puedo arreglarlo, pero dime. — ruega.

— no voy a ser paciente hoy, jungkook. te he dado una orden. — dice severamente.

— taehyung, por favor. — su voz tiembla. — ¡estábamos bien! ¡¿por qué ahora parece que me odiaras?!

— no te odio. — contradice taehyung. luego, aprieta su mandíbula para tratar de controlar sus emociones mientras cierra los ojos.

jungkook se sienta a su lado y tira de su camisa tratando de hacerlo mirarlo, pero taehyung no cede. toma fuertemente la muñeca de jungkook y lo hace soltarlo mientras sigue mirando al lado contrario.

— ¡¿entonces?! — pregunta desesperado. — ¡hyungie, háblame, por favor! — suplica llevando su otra mano hacia la camisa de taehyung y jalándola igual, sin rendirse.

taehyung lo empuja bruscamente y se levanta, yendo a paso rápido hacia el pasillo. jungkook corre detrás de él y lo toma del brazo en medio del pasillo. eso no impediría a taehyung seguir avanzando, pero él se detiene aún sin mirar a jungkook.

— si en vez de ir a tu maldita habitación vuelves a hablar o exigirme que hable contigo, no me voy a controlar y no me haré responsable de mis acciones. — a pesar de no ver su rostro, jungkook puede sentir la furia en sus palabras.

el pasillo está iluminado tenuemente por la luz de la sala de estar lo que le permite ver la espalda ancha de taehyung. traga saliva, pero no suelta su brazo.

no permitirá que la única persona que en verdad lo quiso además de sus padres se aleje de él sin decir nada, sin que le de explicaciones. haría todo lo que esté en sus manos para impedirlo.

— yo solo quiero que estemos bien, hyung. no sé qué hice mal, ¡pero lo puedo arreglar, estoy seguro! solo tienes que decirme. — vuelve a rogar.

taehyung se gira, soltándose del brazo del menor y mirándolo directamente a los ojos. jungkook se sorprende al ver aquella oscuridad y profundidad, retrocediendo un paso por el aura extraña que emana de él.

— ¿a dónde vas? — pregunta con una sonrisa rara. jungkook retrocede otro paso. — ¿quieres hablar? está bien, hablemos.

jungkook encuentra aterradora la manera en la que su sonrisa cae de repente. se gira e intenta huir a la sala pero taehyung lo toma de la nuca y lo lleva hacia la pared, con su rostro a solo centímetros de encontrarse con la superficie.

— m-me lastimas. — avisa agitado, sin saber que está pasando exactamente.

el pecho de taehyung se pega a su espalda. su otra mano se posa en su cadera.

— ¿sabes qué pasa, jungkook? — pregunta en su oído, sin esperar una respuesta realmente. apoya el talón de su mano en la manzana de adán del menor y sostiene su mandíbula con los dedos, alzando su cabeza y dejando a la vista los costados de su cuello. — que te quiero.