— Nadie pidió que lo hicieras. — dije echándome una chaqueta que traía en mano por los hombros.

Hice que tensara su mandíbula y que su mirada azul se enfadara. Ésta vez su pupila dilatada no me intimidaba mucho porque a penas comenzaba el día y además, estaba bajo el techo de mi casa. ¿Iba a atreverse a hacer algo? Exton agarró su labio inferior entre dos yemas de sus dedos y luego me señaló.

— Te espero afuera. — dijo y se dio la vuelta.

Gruño y me muerdo el labio -demasiado fuerte que chillé-. Nada de lo que siempre me pasa está en planes. ¿Por qué siempre tiene que aparecer? ¿Por qué no puedo librarme de él? ¿Cuando voy a poder hacerlo?

— Iré al pueblo, mamá. — dije cuando la vi dando vueltas en un mismo lugar.

— ¡Dylan! — mamá me persiguió hasta mi habitación — ¿Quién es? ¿Sigue abajo?

— No — dije rebuscando entre mis cajones algo para socorrerme el labio — Iremos al pueblo.

— ¿Irán? — mamá se espantó — Pero Dylan si ni si quiera me lo presentaste. ¡Es un desconocido!

— No lo es.

Incluso me detengo para analizar mis propias palabras. ¿Cuántos días llevo de conocerlo? ¿Dos, tres, cero?

— ¿Es tu novio? — mamá preguntó con cuidado.

— A ver, mamá, relájate. Es...un buen tipo. — me quemaré en el infierno — Me llevará a buscar mi auto en la gasolinera de enfrente y luego iré al pueblo. Eso es todo.

— ¿Y por qué tu auto está en una gasolinera, Dylan? ¿Por qué no me lo dijiste?

— Mamá...

Pero el claxon del auto de Exton se queda pegado unos buenos segundos y se me comienza a desviar la bilis. Intenté mantener mis aires calmados frente a mamá.

Mamá abrió los ojos con indignación. — ¿Sales con un rebelde?

Puse los ojos en blanco pasándome labial trasparente por los labios para que el pequeño corte en mi labio se desinfectara. Agarré mi bolso y me despedí de mamá.

— Nos vemos, mamá.

— Sabes que tenemos una conversación pendiente. Ese muchachito fue muy maleducado.

Me detuve de golpe. — ¿Qué? ¿Qué te dijo?

— "No estoy para bromas, sé que aquí vive, mujer." — mamá intentó agraviar su voz a nivel de la de un chico. Intenté no sonreír en la carota de mi madre.

— Se llama Exton, mamá. No es...malo.

Al diablo. Es solamente para sacármela de encima, claro.

— Sí, sí, Néstor. Me llamas cualquier cosa, ¿eh?

— Adiós, ma' — le sonreí a mamá antes de volverme en la dirección del auto de Nés, quiero decir, Exton.

   Lo primero que hice fue echarle una mirada envenenada. Por cuarta vez, aquí estamos. Joder. Maldita sea. ¿Por qué? ¡Vino hasta mi casa para recogerme sólo porque ayer dejé mi auto en la gasolinera! Aunque me alegra que sepa que todo fue por su culpa pero nadie le dijo que viniera por mí. Muy bien que me las iba a arreglar si él no hubiera aparecido -no sé cómo en realidad pero-.

— ¿Quieres decirme algo? — dijo seguramente porque sentía mi inquisitiva mirada sobre todo él.

— ¿Por qué fuiste a mi casa? — espeté molesta.

Afternoon » njh Where stories live. Discover now