MATRIMONIO VIRGEN

Parte 7

Blanca corrió con rapidez, que irresponsable de su parte el no haber puesto siquiera la alarma antes de dormir, pero toda la semana anterior y el lunes que llevaba de esa, no pensaba en nada que no fueran sus padres, tal vez a las personas les pareciera patética, pero así era ella, no tenía ni siquiera amigos que la apoyaran, así que tenía que apoyarse en sí misma y por el momento no le apetecía nada más que llorar hasta quedar seca.
Eso se trataba de sus padres, a lo mejor sería un consuelo y la ayudara a seguir adelante.
Llego a la oficina, se anunció con la secretaria posteriormente fue pasar.
-Ya está aquí- le anuncio Ramos a Fernando.
Él estaba sentado de espaldas a la puerta y Ramos se encontraba sentado al frente del escritorio.
De los nervios Fernando se puso de pie, pero siguió de espaldas y empezó a apretar la mandíbula.
En ese momento se giró la perilla de la puerta y Blanca entro con la cabeza agachada.
-Buenos días, disculpe la tardanza Ángel, pero es que me he quedado dormida.- permaneció parada en el quicio de la puerta pues no sabíaquién era ese otro que estaba en el interior y no quería interrumpir.
- No se quede ahí parada señorita Sotto, pase por favor, la estábamos esperando.
-<< Me estaban esperando. >><< ¿Quién es ese? >>
Como el insistió ella fue a pasar.
Fernando se dio la vuelta para saludarla pero se quedó estático al verla ahí.
-¿Quién es ella?-pregunto incrédulo con el rostro desencajado.
-Yo pregunto lo mismo ¿Quién es él? –cuestiono con gesto circunspecto y preguntándose qué rayos hacia ahí ese hombre, ya comenzaba a sentirse perseguida.
Ramos, viendo la tensión en ambos atino a presentarlos. -Señorita Carrasco este es el Señor Fernando Colunga, señor Colunga esta es la señorita Blanca Sotto.
Los dos asintieron a la vez, y Blanca fue a sentarse junto a Fernando muy nerviosa.
Fernando estaba igual. << ¿Era ella?>>
-El Licenciado saco los documentos y antes de empezar a leer dijo. -Bien estamos todos aquí para leer el testamento de sus padres, Alejandro Colunga y María sotto.
Entonces comenzó:
-Sus padres le dejan la mueblería, la florería y la casa a usted como única heredera.
-<<Eso ya lo sabía>> pensó enfadada.
-Supongo que eso ya lo sabe, ahora pasemos al asunto realmente importante, que es lo que ha traído aquí al Señor Colunga. Continuo, sus padres le han dejado una carta la cual si me permite procederé a leer, pues es necesario para que los dos escuchen ya que les concierne a ambos el contenido.
Se puso tensa-¿En qué podía concernirle a ese hombre, algo que tenía que ver con sus padres?
- Querida hija, cuando leas está carta, ya no estaremos aquí, tu padre y yo acordamos que si algún día tefaltáramos, te dejaríamos bien protegida, el conoce mi pasado, te crio y te amo, espero que algún día puedas perdonarme, pero es que trataba de protegerte, aunque él es tu padre y siempre lo seguirá siendo, no lo es biológicamente, cuando era joven conocí a Antonio Colunga, tu verdadero padre, nos conocimos, nos enamoramos, pero su familia se oponía a nuestro amor y lo obligaron a marcharse lejos de mí. Cuando se fue, me di cuenta unos días después, que estaba esperándote, pero ya no supe más de su paradero para contárselo, unos meses después conocí a Alejandro,él me dio consuelo y el amor que antes me había sido negado, a ti te acepto como su hija y te dio su apellido. Sin embargo, ahora que te encuentras sola, él puede ayudarte a salir adelante con tu vida, por eso pedimos que lo encontraran para que asistiera a la lectura de esta carta; lo supiera, finalmente, se conocieran, no puede negarse que eres su hija, ya que eres su vivo retrato, además tienes ese mismo gesto suyo que parece como si todo el tiempo sonrieras.
Espero que mi confesión pueda servirte de algo,a él le pido por el amor que un día nos tuvimos, que cuide ti, te amé y vele por tus intereses. Tal vez es un poco tarde, no fue mi intención ocultárselo espero que lo entienda, fuimos víctimas de las circunstancias, te amamos, se fuerte y sal adelante...
Se encontraba en estado de shock, no podía creer lo que le estaban diciendo, temblaba, no podía hablar.
Fernando al notar lo descompuesta que estaba dijo.-Señorita por favor respire, diga algo.
Él, al escuchar todo lo que esa carta decía, daba por hecho que era ella, la hija de su padre, la hija de Antonio, que pequeño era el mundo, tenía que ser ella de nuevo, no lo podía creer pero así era.
– ¡Esto es una broma! ¿Verdad?
-No, por supuesto que no he sido llamado para eso, no es una broma, Antonio Colunga era mi padre, él ha muerto pero usted tiene hermanos.- concluyo Fernando serio, tratando de procesar la información para su persona.
Blanca no pudo más, arrebato la carta, para comprobar si era la letra de su madre y no la estaban engañando, así era, esa era su letra, era verdad. Todo le daba vueltas se sentía traicionada, engañada, toda una vida de mentiras... No lo resistió se desmayó.

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