Prólogo.

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"A lo largo de la historia, siempre ha habido tiranos y asesinos, y por un tiempo han parecido invencibles. Pero siempre hay acabado cayendo. Siempre."

Brooklyn, 1999, Orfanato Heights.

—Es un niño increíble —murmuro la profesora Blair, llevando a los señores O'Brien hasta el despacho —Nunca tiene problemas aquí. Es tranquilo, encantador y muy inteligente— comentó, abriendo la gran puerta de madera.

La habitación en la que ahora se encontraban era acogedora, con un ligero olor a vainilla y libros viejos. Habían un par de puertas más ahí. La profesora Blair abrió una de ellas y la pareja quedó sorprendida. Había cientos de carpetas y folders de diferentes colores, todos apretados y cuidadosamente ordenados; eran los expedientes de todos los niños huérfanos que ahora eran parte de Heights.

Buscó entre ellos, los papeles del próximo hijo de los O'Brien.

—¡Ah! —exclamó y se puso de puntillas para alcanzar el folder que buscaba.

Martha O'Brien no podía ocultar la felicidad que poco a poco se hacía más grande y excitante dentro de ella.

Varios intentos.

Todos habían fracasado.

Tener un hijo siempre estuvo en los planes de ambos. Desde que se casaron anhelaron un bebé en la familia, pero nunca pasó.

Hasta ahora.

La profesora Blair abrió el folder. Se veía nuevo e intacto al igual que las hojas que contenía. En la parte de enfrente rezaba el nombre del que sería su nuevo hijo, "Dallas Becher".

Pasó las hojas una a una y saco la foto del pequeño. La entregó a la familia y Martha, fue la primera en sonreír.

—Dallas Becher, ha ingresado hace apenas unos cuantos meses y ha sido todo un encanto desde entonces.

—¿De donde es? —preguntó el señor Adam, observando la foto que sostenía su esposa.

—New York, Newburgh. Su madre era drogadicta y su padre también. El pequeño sufría agresiones físicas y verbales por parte de ambos. Además de que el vio la muerte de su madre y de su padre también.

—¿Su muerte? —repitió Martha, observando horrorizada a la profesora Blair.

—Así es, el padre de Dallas golpeaba a su madre y un día, totalmente drogado y bajo los efectos del alcohol, la mató a golpes. Ese mismo día, golpeó a Dallas una última vez hasta dejarlo inconsciente, eso fue lo que dijeron los médicos cuando lo encontraron. El padre consumió una cantidad exagerada de droga para suicidarse cuando creyó que Dallas había muerto. Desde entonces, el pequeño tiene problemas para dormir. Pero siendo un niño, sabemos que esto tiene solución y hemos trabajado en ello.

Martha quedo boquiabierta.

Todo aquello que le contó parecía sacado de una dramática película de suspenso, pero no era más que la vida de Dallas Becher.

Y sin embargo, no cambió de opinión.

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Todo lo escrito aquí es meramente ficción.

No acepto plagios ni adaptaciones sin mi consentimiento.

[Esta historia no está editada, por lo que es posible que encuentres errores a lo largo de la lectura.]

Psychopath. © [#1] [Sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora