Eres mía. «H.S.»

Capítulo 5: "Histeria".

Desperté en cuanto sentí un calor en mi nuca. Me di la vuelta levemente mientras tallaba mis ojos. Harry estaba al frente de mí. Inmediatamente salí de la cama recordando lo de anoche.

Había sido una estúpida, sí, pero cuando alguien es estúpido hace el tipo de cosas tontas que en su momento cree que están bien, justo como lo que yo hice.

Iba a salir de la habitación pero la puerta estaba asegurada y esta vez las llaves seguramente él las tenía. Caminé con frustración a la ventana cubierta por aquellas negras cortinas. Abrí un poco despejando la vista. El sol entró directo y tibio.

Mi vista se dirigió a una mesita de noche, había un teléfono. Debía llamar a mis padres, ahora.
Sin pensarlo me dirigí a el y comencé a teclear el número.

-Styles, es temprano, ¿tienes algo nuevo para mí?-se escuchó la voz de un hombre.

Miré el identificador de llamada, decía "desconocido" y el número que yo había marcado.

-Styles, ¿estás jugando conmigo?-volví a escuchar la voz del mismo hombre y colgué de inmediato.

No entendía nada, ¿por qué le hablan a él cuando marqué un número privado?

-Nicole-su ronca voz inundó mis oídos.

Estaba parado detrás de mí, tan solo en bóxers. Mi mirada se enfocó en todos los tatuajes que tenía en su piel, en especial en una mariposa ubicada casi en la boca del estómago.

-¿Qué haces?, ¿a quién estás llamando?-preguntó y me apartó del teléfono. -¿Has intentado llamar?-dijo mirándome unos segundos para después revisar el teléfono.

-Sí...-murmuré tímidamente, se veía alterado.

-Mierda Nicole-comenzó a teclear algo en el teléfono y lo dirigió a su oído.

Lo miré atenta, parecía bastante alterado.

-Jonh-habló firme. -Lamento por la llamada, iré a verte de nuevo esta tarde-siguió y luego calló para escuchar. -No, para nada-se hizo el cabello para atrás con frustración. -Sí, a las seis, adiós-terminó la llamada y bufó.

Me miró fastidiado y aparté la mirada. En cuanto se quitó del frente lo miré de reojo, se estaba colocando sus vaqueros.

-Déjame ver tus muñecas, por favor-pidió extendiéndome su mano.

Me acerqué a él con lentitud y me tomó de las muñecas por encima de las vendas.

-Siéntate en mis piernas-ordenó y negué. -Vamos Nicole, no quieres que tengamos problemas tan temprano, ¿verdad?-vaciló y maldije para mis adentros.

Torpemente me senté en su regazo y tomó mi brazo derecho. Retiró la venda delicadamente y en silencio. La dejó a un lado y pasó las yemas de sus dedos por encima de las heridas.

Su mirada era seria y concentrada. Un cosquilleo me recorría debido a la forma de acariciar las heridas. Me moví levemente apretando los labios.

-¿Te he lastimado?-preguntó mirando mis ojos, negué. -Lamento que te hayas hecho esto-dijo pasando de nuevo sus yemas suavemente. -De verdad lo siento mucho-lo miré pero su mirada estaba fija en mi muñeca.

La acercó a sus labios y luego depositó un beso. Me sorprendí levemente y luego tomó mi otro brazo para comenzar a quitar la venda.

-Nicole-habló sin dejar de retirar la venda. -¿Me puedes...me puedes hablar de ti?-preguntó nervioso.