Capítulo 3: "Niall y Kate."

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Dos semanas.

Dos malditas semanas lejos de mi familia. Viviendo en una mansión con un chico que a penas y conozco, lo odio.
No entiendo qué es lo que gana con tenerme aquí, retenida y encerrada.
Lo único que quiero es volver a tener mi vida normal.

Sé algunas cosas sobre como llegué aquí. Harry me dijo que estaba demasiado drogada cuando me vio en la subasta y que las drogas son las que afectaron mi memoria y por eso no recuerdo mucho.

Escuché un par de golpes en la puerta y luego se abrió completamente.

-Buenos días mi niña, ¿cómo amaneciste?-entró la señora Martha y se dirigió a las ventanas abriéndolas.

El sol pegó directo a mi rostro y me tapé con las cobijas.

-No voy a bajar si él está ahí-murmuré aún debajo de las cobijas.

Escuché un bufido de su parte.
En la única persona que confiaba era en ella, porque en Harry jamás.

-Oh vamos Nicole-inició con sus motivacionales discursos. -Hoy hace un día soleado y hermoso, podrías meterte en la piscina-terminó de decir y retiró las cobijas de encima mío.

Me levanté de la cama y me dirigí al baño para lavarme la cara.

-No lo sé, no me gustan mucho las piscinas y menos si está él-resoplé.

Él siempre se va después del desayuno, quizá en cuanto se vaya pueda asolearme un poco.

-Ya, ¿vas a bajar a desayunar ahora o en un rato?-preguntó y me asomé lo suficiente para que observara mi expresión.

Sonrió. Sabía que no tenía que preguntarme eso, yo siempre desayuno después de que él se va.

-Bien, bien, voy a darle de desayunar al joven Harry-habló mientras se iba.

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Caminaba con una toalla a la piscina, no me metería pero por si a caso, tampoco traía un traje de baño. Tan solo una blusa larga y unos vaqueros cortos.

Harry por fin se había ido y yo me sentía libre por eso.
Miré la inmensa piscina...bien, espero que no esté demasiado profunda, no soy una experta nadando si es que llegara a meterme.

-Nicole-escuché la voz de Martha y di un salto del susto.

Puse una mano en mi pecho estabilizando mi respiración.

-Oh por dios-susurré desplomándome en una de las sillas para tomar el sol.

-No quería asustarte, me alegra que te hayas decidido y tomar un poco de sol, estaré en la cocina por si necesitas algo, ¿sí?-dijo y asentí con una curva en mis labios.

Metí mis pies en el agua, estaba helada pero me sentía bien, la primera vez que me siento tranquila desde que llegué aquí. Tan solo quisiera volver el tiempo y evitar esto.

Cerré los ojos y levanté la cabeza dejando que el sol llegara a mi rostro. Necesitaba saber de mis padres, de mi hermano y de Zayn. Quisiera hablar con ellos por lo menos una última vez...

Me estaba poniendo nostálgica así que decidí volver a la habitación. Estaba por levantarme pero su voz inundó mis oídos.

-Nicole-escuché su ronca voz llamarme.

Me tomó realmente desprevenida y caí de espaldas a la piscina. El pánico corrió a través de mis venas, el agua estaba helada, además no sé nadar.

Inmediatamente bloqueé la entrada de agua a mi nariz para no ahogarme mientras luchaba por mantener mi cabeza fuera del agua.

-¡Oh mierda!-gritó y poco después escuché un zambullido.

Eres mía. «H.S.» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora