Capítulo 6

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El viernes no sucedió nada interesante, Hiro y Emmet hablaron al igual que siempre.

-Podré ir –dijo sonriente Emmet.

-Genial –respondió Hiro-. ¿Necesitas que te recoja?

-La verdad no. Mi madre será la que nos lleve –contestó.

-Pero yo fui el que te invitó, yo debería acompañarte –replicó Hiro.

-No es eso –aclaró Emmet-, mi madre es una de las escritoras que irá a firmar. Nos llevará de paso.

-... –Hiro se quedó atónito- Nunca me mencionaste que tu madre es escritora...

-Lo es –respondió-, aunque haya olvidado decírtelo. Chrysta Harley, ¿te suena?

-Ehm, no, creo que nunca la oí nombrar... ¿qué tipo de libros escribe?

-La mayoría de sus libros son de romance, aunque escribió unos pocos de otros géneros.

-Debería tomarla en cuenta –acotó Hiro.

-Está bien. De todas formas puedo conseguirte un ejemplar firmado.

-¿En serio? –preguntó sorprendido-. En serio, gracias.

En ese momento la campana sonó, y ambos se fueron a sus respectivos salones.

Por el mediodía, ambos se dirigieron a la parada, y subieron al autobús comentando las cosas que harían al día siguiente. Hiro quería comer algo luego de haber ido a ver a los autores, y Emmet estuvo de acuerdo. Durante el viaje, Hiro no dejó de sonreír, incluso si ya le era una costumbre.

Al llegar a su hogar, Emmet almorzó y fue a su cuarto a leer. Técnicamente hablando, ya que si bien estaba pasando su mirada por sobre las palabras del libro, no podía evitar pensar en la salida del día siguiente. Su madre había dicho que los llevaría, pero él todavía no sabía la dirección del hogar de Hiro. "Debería habérsela preguntado antes... en serio soy un inútil...", pensó, aunque unos segundos después se le ocurrió tomar el teléfono.

-Hola Em –respondió Hiro al otro lado de la línea.

-Hey –saludó acostándose en la cama.

-¿Cómo estás? –dijo Hiro.

-Bien, ¿y tú?

-Igual.

-Mira, ¿recuerdas que te dije que mi madre nos llevará a ambos? –preguntó Emmet.

-Ah, cierto, ¿a qué hora pasará por casa? Y, espera, ¿tienes la dirección de mi casa?

-Justamente eso iba a preguntar. Olvidé pedírtela antes... –admitió.

-Está bien, está bien, ahora te la diré –lo tranquilizó Hiro-. Anota.

Emmet tomó un cuaderno que estaba cerca suyo (tenía la manía de coleccionar cuadernos, aunque ni él mismo sabía para qué) y escribió lo que su amigo le dictaba.

-No sabía que vivías tan cerca de mi hogar –acotó.

-Tomamos el mismo bus, era de esperarse –contestó riendo-. ¿Quieres seguir hablando? No tengo mucho que hacer y Sayumi está en la casa de mis abuelos.

-Como quieras –dijo Emmet-. ¿Qué cuentas?

Charlaron un rato durante la tarde, hasta que Hiro recordó que tenía tareas pendientes de la escuela y decidieron cortar. Emmet se sentó en su habitación, hasta que acompañó a su madre a preparar la cena.

-¡Emmy! ¿Cómo estás? –preguntó Chrysta.

-Bien, ya organizamos todo con Hiro sobre lo de mañana –dijo-. No te molesta que luego salgamos a comer algo, ¿verdad?

-Claro que no –respondió-. Avísale a tu amigo que pasaremos por allí a las diez, no quiero que tengan que pasar cuando el lugar esté lleno.

-Hey, Emmet, mamá –saludó Luke desde la puerta, seguido de su padre.

-Buenas noches, Chrysta, ¿qué hay para cenar?

-Comida –respondió, pasando de la felicidad a la taciturnidad.

-¿Sorpresa? Bien, creo que puedo esperar –dijo Matt, subiendo a su cuarto.

-Hola, papá, ¿cómo estás? Espero que bien... –se dijo sarcásticamente Emmet, esperando que su madre terminara de cocinar. Ya quería que llegara el día siguiente...

***

A la mañana siguiente, Emmet se despertó temprano. La noche anterior le había dejado un mensaje a Hiro diciendo la hora de su salida, a lo que él había respondido que estaba de acuerdo. Como siempre, ese día hacía frío como era de esperarse en el invierno, por lo que Emmet tomó un abrigo azul, una remera con cuello de tortuga y un pantalón oscuro. Era temprano, y su madre todavía seguía durmiendo, al igual que su hermano y su padre quienes se habían quedado dormidos en el sillón.

"Hay demasiado silencio...", pensó Emmet mientras se cambiaba, y luego bajó a la cocina.

Un par de horas más tarde, Chrysta se despertó y fue a la cocina a preparar el desayuno para Emmet.

-¿Estás listo? Cuando termines de comer vamos a recoger a Hiro –dijo a modo de saludo mientras tomaba una sartén.

-Sí, solo debo ir a buscar mi mochila arriba.

-¿Mochila para qué?

-Debo llevar dinero, ¿o no? Iremos allí a comprar cosas –respondió Emmet.

-No te preocupes por eso, tengo privilegios por ser autora –dijo Chrysta sonriendo y preparando la masa para los panqueques-. Yo te los pagaré.

-¿En serio? Gracias, mamá. –Emmet continuó pensando qué harían los dos cuando fueran allí.

Un rato más tarde ya habían salido en su auto para ir a recoger a Hiro a su hogar, el cual estaba a unas pocas calles. Cuando llegaron, los recibió una mujer de estatura mediana, ojos azules almendrados y largo cabello lacio negro.

-Buenos días –saludó-. Debes ser el amigo de Hiro.

-Emmet Harley, mucho gusto –dijo.

-Encantada, soy Sakuya Takanashi, la madre de Hiro. Está preparándose, iré a avisarle que llegaron –dijo antes de cerrar la puerta para subir al cuarto de su hijo.

-Su madre es muy bonita –comentó Chrysta.

"Sí, se nota que es su madre", pensó Emmet.

-¡Em! Llegaste a tiempo –exclamó Hiro, asomándose desde su casa. Llevaba un suéter a cuadros de colores oscuros, un pantalón negro, y su cabeza estaba cubierta por un gorro de lana color marrón.

-Hola, Hiro-kun –sonrió, saludándolo con la mano.

-Te ves bien –agregó, saliendo de su casa y yendo a abrazarlo.

-Gracias, tú igual –respondió correspondiendo el abrazo.

-¿A qué hora van a volver? –interrumpió Sakuya.

-Estaremos aquí por la tarde, supongo que alrededor de las cuatro o cinco –contestó Hiro.

-Sí, estaremos un rato largo allí –agregó Chrysta-. Volveremos a esa hora.

-Bien –respondió Sakuya-. Cuídate, Hiro, ¿sí?

-Sí, mamá –asintió.

-Bueno, un gusto conocerlos a ambos –dijo Chrysta-. ¿Vamos, Hiro-kun?

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Una Simple Historia Más [Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora