Capítulo 4

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Fue cuando pude verlo bien. Era él el chico que me ayudó, que vestía nuevamente el uniforme del Instituto. Lo miré con cierta sorpresa y felicidad, a pesar de que su rostro llevara una pequeña cinta en la parte de su mejilla que, quizás cubriendo una lastimadura, y teniendo un moretón debajo de su ojo casi pasando desapercibido él lucía completamente diferente al chico que yo solía conocer. Por fin todo cuadraba dentro de mi cabeza.

Traté de no hacer notar mi sorpresa, puesto que no era este el momento para eso. Ambos caminábamos a la puerta y sentí sus pesados pasos caminando detrás de mí, ni siquiera giré, solo seguía a la mujer que caminaba adelante de nosotros hasta que llegamos a la rectoría. La mujer de casi unos años más que yo no dejaba de mirar detrás de mí, a Goten obviamente.

- Por favor, esperen unos minutos allí sentados, ¿Sí? - Habló, pero parecía decirle mayormente a él, aunque ambos asentimos.

- Veo que tu tobillo mejoró, ¿No es así? - Preguntó mirando mis zapatos altos -

- Sí - Respondí sin siquiera mirarlo y el silencio entre ambos se hizo casi eterno, aunque solamente habría pasado un minuto - Pero no puedo decir lo mismo de tu rostro. Tu ojo se ve terrible.

Su sonrisa tranquila me sorprendió.

- No es nada. Mi madre se hizo cargo de todo eso -  Pasó su mano por su cabello desordenandolo un poco, y vi como sus nudillos también parecían estar heridos.

- Seguramente la señorita Milk habrá hecho un escándalo al verte así - Sonreí un poco al recordar la escandalosa actitud de su madre. -Pidele disculpas de mi parte -

- De hecho lo hizo, ya sabes, piensa que me he vuelto un rebelde así como los amigos de mi padre - Sonrió nuevamente mientras acomodaba su cabello y parecía tirarlo hacia atrás.

Tragué saliva a la vez que desviaba mi mirada a un lado.
 
- ¿Por qué no estaba enterada de tu regreso? - Suspiré - Es más, ¿Por qué haz asistido a esta preparatoria y no me has dicho que eras tú? -

- Cuando fui a visitar a tus padres no te encontrabas y pues, no fui capaz de hablarte aquí en la preparatoria - ¿En serio? ¿Qué iba a decirle yo para que él no se sintiera capaz? - Y más, el verte anoche moría de ganas por decirte que....

- Muy bien chicos, pasen por aquí -Salió la secretaria, interrumpiendo nuestra charla, y lo agradecía ya que si ella no hubiera llegado creo que ya me hubiese puesto a gritarle a Goten. Entramos y nos sentamos en dos sillas de allí, frente al mayor a cargo del instituto.

Me encontraba demasiado enojada, sintiendome una completa inútil de no haber notado el cambio de él, jamás iba a pensar que tendría aue recursar años y asistir a mi preparatoria. También odiaba a mi hermano, que en tres meses no fue capaz de decírmelo, su amistad quizás no era la misma de antes, pero ¡Trunks es mi hermano antes de todo!

Fue cuando sentí como alguien aclaraba la garganta. - Repito, señorita Brief, ¿Sabe porqué los cité aquí en este momento? - Se encorvó sobre su silla y se cruzó de brazos. Este tipo solía ser denominado un completo malhumorado.

Negué con la cabeza.

- ¿En serio? A ver, para empezar, usted señorita - Fijó su mirada en mí mientras yo continuaba sin tener idea alguna sobre lo que decía - Sabe perfectamente que el equipo de Rugby tanto como el de Fútbol representan una parte importante dentro del conocimiento o fama del instituto y que son las porristas las que ayudan a esto -  Asentí, todos lo sabíamos - Ahora, a lo que voy y quiero que me respondan, ¿Por qué los dos atacaron a un estudiante el viernes luego de clases? Más precisamente a uno de los capitanes de estos equipos. Sabiendo perfectamente que esto traería grandes desventajas para nuestros equipos tanto como para nuestra integridad. - Se acomodó sobre sus brazos en su escritorio.

- Con todo respeto director Warren, ¿Piensa que una chica cómo yo atacaría al capitan del equipo? - Reí irónica. 

- Ese día yo solo pasaba por el lugar de regreso a casa, y ví como él trataba de llevarla a la fuerza y decidí entrometerme - Interrumpió Goten por primera vez cruzado de brazos.

-Y entonces ¿Qué son esas marcas en su rostro y sus brazos? Si sólo se trató de una intromisión - Continuó con su cuestionario.

- Estas marcas me las hizo Lapis, cuando traté de defenderla - Habló Goten de mí. 

- Igual no necesitaba de tu ayuda. -

Terminamos por explicarle cada detalle de lo sucedido, el director nos miraba confundido, pero al parecer aceptaba más nuestra versión que alguna otra.

- Bien, se verá sobre esto ya que el chico Lapis trajo un informe muy distinto a este. Él dijo que el solo iba de camino a su casa con la señorita Brief y el joven Son apareció y lo atacó. Lo dijo porque según dice ustedes dos tenían algo a escondidas, algo que no importaría en lo absoluto. Es más saben sobre las politicas del instituto de no mostrar mucho el afecto dentro de las horas de clase.

-¿Qué? ¿A qué se refiere con "algo a escondidas" ? - Me fue imposible no reír, pero el director continuó hablando.

- De momento necesito que usted no asista a las cases de animadoras-

No espera ¿Que?

- Debe de entender el instituto no puede verse afectado por un conflicto de esta magnitud y mañana necesito que usted me traiga su uniforme - Se dirigió a mí - Obviamente ambos no podran realizar ninguna actividad del instituto. Me refiero a que ninguno por el momento irá al viaje de recreacion de fin de año o interactuara en los partidos, empezarán también con los deberes de limpieza después del colegio, hoy mismo por dos horas diarias - Dijo él y se levantó de su silla.

Goten y yo le imitamos. Él continuó con la charla de que esto no debía volver a repetirse y blah, blah, blah.

Salimos de su oficina y caminamos de vuelta a clase, aun que no dudo en que ya sea hora de salir. Todos los estudiantes iban de salida, pero Goten y yo caminábamos al salón en busca de nuestros bolsos y luego pasar por la sala de limpieza en busca de los artículos.

Bufé y sin aviso previo le lancé mi bolso, no llevaba objetos de mucha importancia, y él logró agarrarla un poco sorprendido. Se quedó allí mirando como yo era la que caminaba.

- ¿Eh? ¿Qué te sucede? - Trató de alcanzarme.

- Y lo preguntas... - Caminé hasta los baños.

Él no pudo decir nada, solamente se quedó allí quizás limpiando, no lo sé. Salí luego de 30 minutos, no me decidía que hacer con mi cabello, y tardé más de la cuenta con mi maquillaje y con mi trenza de costado.

- ¿Dónde se supone que estabas? - Habló él con un tono que se parecía demasiado al de mi padre.

- Eso no te importa - Doblé las mangas de mi camisa para poder limpiar.

- Claro que me importa. No quieras pensar en dejarme todo el trabajo para mí solo. -

- Oh, no había pensado eso - Hablé con total indiferencia a su comentario y tomé los artículos para comenzar por fin con la limpieza.

Campamento de a dos (Resubiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora