19. ENTERRANDO MI PASADO

1.3K 114 28
                                    


Abrace a Angelika con todas las pocas fuerzas que me quedaban pero no había manera de calmar aquel cuerpo tembloroso y asustado, los semblantes de mis hermanos me dolían en lo más profundo de mi ser, es algo que no puedo remediar ver el dolor en las personas que amo y ni siquiera en las que no conozco me causa una angustia atroz.

Salimos de aquel despacho cabizbajos ya no había vuelta atrás solo quedaba afrontar y caminar por el camino aunque estuviera lleno de piedras sería difícil pero por más que nos costara hacerlo tendría un fin.

El señor Tomás nos esperaba en el pasillo, con su bata blanca y sus brazos cruzados junto a NOÉ.

-Hola Carlota, esperarme en la salita, voy a hablar con el doctor Flym quiero estar al tanto de la situación ¡Si me lo permitís!

-Si Tomás toda ayuda nos vendrá bien, gracias – Mi voz sonaba muy apagada, llevábamos dos días en el hospital, ya estaba anocheciendo nos encontrábamos a lunes y parecía que había pasado una eternidad, los segundos se hacen horas las horas se hacen infinitas, la espera es algo que no soporto y menos en estas circunstancias. Me daba tiempo en pensar en un millón de cosas una en la que me detuve es en que deberían revisar todos los hospitales del mundo para acomodar y habilitar las salas de los que no estén en buen uso, para los familiares que andan tan desesperados esperando noticias de su enferm@, ¿Cómo puede haber una salita de espera con unos sillones tan incómodos para las interminables horas que por desgracia se pasan aquí? Es algo que no podré entender nunca ¿No es suficiente con el sufrimiento? Creo que en estos dos días me habrían salido como dos hernias discales y unas siete contracturas musculares. Después de unos treinta minutos apareció Tomás, su rostro no era mejor que el de doctor Flym pero por alguna razón tenía un poco de esperanza en el que él pudiera hacer algo, todos salimos fuera de aquel espacio seguíamos estando en la UCI (unidad de cuidados intensivos) hoy estaba lleno de gente, esto aún me ponía más nerviosa pensaba en todas esas personas enfermas y el dolor de sus familiares y mi estómago se encogía, llegamos a un pasillo vacío sin apenas ni un ruido, los colores de aquellas paredes tan apagados aun hacia la situación más extinta; Todos en círculo alrededor de Tomás esperábamos a que hablará, al oír de nuevo ¡Lo siento! Todo el poco optimismo que tenía se esfumó.

-Su estado es muy crítico a pesar de que se está despertando, no le quedan muchas horas, he conseguido que os den una habitación para que tengáis vuestro espacio e intimidad, aquí hubierais tenido que entrar de dos en dos al cubículo es el protocolo de esta unidad, y me parece que acompañar a una persona en sus últimos momentos es de gran valor para él y para vosotros, es lo único que he podido hacer.

-¡Gracias es mucho lo que has conseguido no te imaginas cuanto, Tomás! Es lo que necesitamos en este momento, intimidad –Le di dos besos como muestra de agradecimiento, mientras que Angelika totalmente destrozada susurro un ¡Gracias doctor! Pero ¿No puede darme usted una pizca de esperanza? Decía entre sollozos. Mis hermanos también le tendieron la mano. El siguió hablando lo hacía como apenado y moviendo su cabeza en forma de negación mirando en dirección a Angelika continuó.

-En estos momentos no os hablo como médico sino como persona, la muerte nos tiene que llegar a todos comprenderla como otro cambio en la vida de la persona que fallece, morimos como persona física pero no en el recuerdo de las personas que aún siguen vivas.

Una vez una mujer de un paciente que se encontraba en agonía me contó una historia que más tarde medite y me pareció excepcional, ¡Escúchame bien Angelika! Un ángel vino a la tierra y a la madre de un bebe le dijo ¡Vengo a llevarme a tu hijo!- ¡Ohh no dijo la madre asustada, tiene toda una vida por delante! El ángel se marchó sin llevarse al bebe, luego hablo con un padre ¡Tenemos que irnos! Proclamó el ángel- El padre aterrorizado dijo ¿Quién cuidara de mis hijos y de mi mujer? Así que el ángel se volvió a marchar y llego hasta un abuelo ¡Vengo a por usted! Anunció de nuevo ¡No puedo marcharme ahora! Le contestó el anciano. A nadie le apaña la muerte solo llega en el momento en el que en la tierra no nos queda más trabajo por hacer.

DIFFERENT LOVES (#Wattys2015 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora