Capitulo 30

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•P.O.V Josh•

-No seas tan cruel, hijo- me dijo mi padre, yo solo me reí, ¿cruel? ¿yo? soy mucho peor...

Bajé las escaleras para ir al sótano, ya que mi invitado estaba allí.

-Jazmin quítate- le dije cuando la vi parada cruzada de brazos frente a la puerta del sótano.

-Eres un maldito sicopata y abusivo, ¿siempre tienes que estar haciendo esto? No tienes que hacer esto- ya empezamos... Jazmin es de esas personas que están en contra del abuso, maltrato o matanza, claro cuando es necesario si lo entiende, pero no sé porqué dice eso ahora, ¡esto es necesario!

-Jazmin quítate- repetí.

-No, no tines que hacer esto, ¿por qué no puedes hablar como personas civilizadas con las personas?-

-Porque no somos personas Jazmin, somos monstruos, somos criaturas violentas y sedientas de sangre por eso, ahora largate- la halé del brazo y bruscamente la moví.

Abrí la puerta que daba para el sótano y bajé las escaleras, encontrándome con el tipejo ese colgando de las cadenas de plata- algo letal para nosotros- como un saco.

-Por fin llegas, quiero ir al baño- dijo Jack, después de eso desapareció.

-Bueno- alargué, acercándome a el lentamente, este tenia una cara de dolor ya que la plata nos quema- ¿como has estado?- le pregunté amablemente con una sonrisa.

-Mu..y... bien- pobrecito, esta cansado.

-Como estas, "bien" me dirás donde encontrar lo que busco- afirmé.

-No- contestó, yo suspiré negando con la cabeza.

Tomé la escoba que estaba apoyada en la escaleras y la partí, solo dejando la madera. Me acerqué a el lentamente, con la madera en mis manos haciendo un poco filosa.

-Te lo preguntaré otra vez, ¿donde esta Jeysa?-

-No te diré- hice un ruido de desaprobación.

-Respuesta incorrecta- le clavé la larga estaca que había hecho en el estomago, a lo cual el gritó de dolor con todas sus fuerzas. Sonreí, me encanta ese sonido. Así como estaba el palo de madera dentro de su abdomen lo revolví y el sacó otro grito profundo desde su garganta.

-Creo que me voy a divertir...-

•P.O.V Stef•

Ya no sé cuantas horas han pasado desde que supe que voy a morir, he estado encerrada en este sótano desde que Jeysa y Esther vinieron, luego me volvieron a encerrar.

No me siento mal, la muerte nos llega a todos, tarde o temprano, pero jamas pensé que la mía fuera de esta manera.

Jamas pensé ser lo que... soy... una doble. Morir a consecuencia de eso.

No me importa lo que pase conmigo, si así dejan en paz a los que quiero... si así ya no causaré problemas a nadie...

No estoy diciendo que no esté muerta de miedo, porque si lo estoy, nadie esta preparado para morir.

Pero si lo acepto...

-Levántate, nos vamos- habló Victoria entrando por la puerta.

Yo solo respiré hondo para tranquilizarme y finalmente me levanté del suelo y ella me agarró del brazo para sacarme a rastras del lugar de donde estaba.

Luego de que me arrastrara por toda la casa finalmente me llevaron atrás de la casa donde había un auto en el cual Victoria me arrojó a los asientos traseros, yo traté de abrir la otra puerta para ver si tenia oportunidad de escapar pero estaba cerada.

Que idea estúpida, ¿escapar? No es un opción, aunque esa puerta estuviera abierta, ellas me atraparían en menos de un segundo. Malditos vampiros. Ya no hay escapatoria, ya no hay nadie que me salve... este es mi fin, mi final, mi muerte.

•P.O.V Josh•

-¿Cuanto vas a soportar por Jeysa?- pregunté mientras jugaba con mi nuevo juguete, una estaca de plata, y la punta se veía roja debido a el calor que tenia por haberla calentado en fuego, esto le va a doler. Lo atravesé con la plata, rozándole el corazón. El pobre ya no tenia fuerzas ni para gritar, solo hace muecas de dolor... sonreí- sabes, me estoy enojando- dije sacándole la estaca- solo tienes que decirme donde estan y te liberaré- el parecía que iba a decir algo pero no dijo nada.

Suspiré y le lanzé una estaca de madera en su pierna derecha a lo cual el hizo un sonido con su garganta del dolor.

-¿Tan difícil es decirme lo que quiero?- pregunté con incredulidad.

-C...cre..o- ya casi no podía ni hablar, pobre- que... ya tie...nen que estar ha..ciendo el he...chizo.... no..la vas... a po...der ..salvar...- le arrojé otra estaca de madera en su pierna izquierda. Dolor...

-Primero, ¿qué echizo? Y segundo- respiré hondo- ¿¡¿donde mierda están?!?- ya me estaba saliendo de si.

-Al...norte... del la...go... un... cam...po ab..ierto-

-¿Tan difícil era decir eso desde el principio?- por fin, pensaba que nunca iba a decir nada, espero que el imbécil no tenga razón y a Stephanie no le haya pasado nada, si le pasa algo...

-Li..be..ra..me...- reí.

-¿Sabes? voy a hacer algo mas que solo liberarte, voy a liberarte de esta vida tan mierda que te espera, voy a liberarte de Jeysa, voy a liberarte de la miseria de ser tu- el como pudo levanto su cabeza y me miró horrorizado.

Me acerqué a el con la estaca de plata, lo miré a los ojos y le clavé la estaca en el corazón.

-Nos vemos en el infierno- le dije antes de dejar su cuerpo sin una pizca de vida y subir escaleras arriba.

-Ya se donde tenemos que ir, tenemos que darnos prisa- les dije a todos cuando llegué a la sala donde estaban.

•P.O.V Stef•

Ya llevábamos cerca de cuarenta minutos desde que nos adentramos al bosque.

La que conducía era Victoria y Jeysa iba de copiloto limándose las uñas, Esther estaba a mi lado mirando un libro grande y viejo con cosas raras, de vez en cuado ella me miraba con una sonrisa triste y disculpándose con la mirada, yo solo le sonreía.

Ahora estaba mirando por la ventana del auto. Pensado en todo lo que he hecho en mi vida, lo que he pasado, las personas que he querido, y me he dado cuenta que no he hecho nada de lo que quería hacer en mi vida, siempre dije que iba a vivir aventuras, que iba a ir a fiestas, que iba a estudiar en la universidad, iba a casarme, iba a tener hijos, jugar con mis nietos, ni siquiera he podido ir a la playa sin que me estén secuestrando.

No pude ver a mi padre... no pude despedirme de mi madre... no pude despedirme de mis amigos... no pude despedirme de Josh.

Unas lagrimas de tristesa pura brotaron de mis ojos.

-Agh, por fin llegamos, odio viajar en auto- dijo Victoria.

Tan rápido como pude me limpié las lagrimas, y bajé del auto.

Estábamos en medio de la nada, con bastante espacio despejado, con arboles alrededor, el sol se dejaba ver arriba de nosotros.

~Es un buen lugar para morir~ pensé.

-Bien, empecemos- dijo Esther.

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My bad vampire boy (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora