11-Imbecil

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"Rachel"

-¿segura que estas lista para regresar?-me cuestiona el abuelo.

-sí, todo está listo, mi vuelo sale en 30 minutos.

Continuo jugando con mi pase de abordar entre mis manos, por alguna razón me siento nerviosa. Creo que eso de salir huyendo de un día para otro no fue la mejor opción, debía haberles mencionada a los chicos todo lo que pasaba, tal vez ellos me entenderían.

Por otro lado sé que Tom hubiese insistido en acompañarme, y estar a mi lado, pero esta es una de las cosas que prefería realizar yo sola.

-te quiero.-el abuelo me abraza, mientras la última llamada para mi vuelo se escucha.

-yo más, cuida de la abuela.-me separo de entre sus brazos y me dirijo hasta mi vuelo.

Tengo miedo, mucho miedo a que las cosas sean distintas, nadie me dijo que las cosas serían fáciles, pero tampoco me dijeron que serían difíciles.

***

Quiero dar una maldita patada al hombre que está a mi lado durmiendo, esto es realmente asqueroso, su baba me salpica cada dos por tres y por desgracia mi asiento esta entre ese hombre y la ventanilla, sin mencionar sus desagradables ronquidos, que se escuchan por sobre la música de mis audífonos. Al menos el vuelo, trae buena música.

Estamos varados, si resulta que a medio vuelo un imbécil se sintió mal, comenzó a vomitar y no sé qué tantas cosas, yo como buena y nada desesperada persona, le recomendé que tomase un medicamento a lo que él se negó y comenzó a gritarme, los hermosos dedos que tengo en mi mano derecha se pusieron de acuerdo y se lanzaron a contra su rostro.

"un momento grandioso, lose"

Bueno el hombre fue obligado a bajar del avión, no por sentirse mal, si no por faltarle al respeto a esta amable jovencita, según el hombre que ahora ronca como si fuese a morir a mi lado.

-¿necesita algo?-la aeromoza me hace girar y verle, dios estas mujeres parecen sacadas de una fábrica de Barbie, de hecho en estos momentos me pregunto ¿acaso también llevaran códigos de barras?

-una Coca-Cola y unas galletas de chocolate.-magnifica combinación, lose.

-¿y para su esposo?-cuestiona y le miro con asco, en efecto esta mujer si es una Barbie ambulante, plástica y hueca.-oh lo siento tanto.-ella cubre su boca con ambas manos, mostrando sorpresa.

-no te preocupes, que el lleve un anillo de matrimonio y yo no, a veces suele confundir a las personas.-ella ríe mientras va por lo que supongo es lo que le encargue.

***

En estos momentos supongo debería estar más que contenta, dando brinquitos de felicidad así como Delia lo estaría, pero no, estoy más que aburrida y triste.

Es ilógico llegar a casa y que este sola, fría y silenciosa, el sonido de mi muy hambriento estomago hace eco y yo sonrió felizmente. Si estoy feliz de tener hambre, supongo que son los primeros cambios de ánimo.

Tomo unas cuantas reservas de comida y me voy a mi habitación, pienso comer y comer. Bueno pensar también está en mis planes. Después de todo, estos últimos 2 meses han ido fatal, aunque por otro lado se siente muy bien el saber que pronto todo acabara. Al menos los chicos no han cambiado la cerradura y mi habitación desde fuera luce igual. Si llegue directo a la cocina, algo tenían esas galletas que provocaron que mis instintos primitivos y carnívoros se estallaran en lo más alto.

"mierda" pareciera que alguien ha puesto una perfumería en mi habitación, huele demasiado fuerte que hasta mis ojos se cristalizan de inmediato. Por un lado huele tremendamente familiar, y se a quien se debe, pero por otro lado huele a mi perfume, mezclados no son una gran combinación.

Una loca y un imbecil (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora