Invisible String

23 Pelea

-Eso es todo por hoy. Quiero que practiques este movimiento cada día hasta que puedas realizarlo sin esfuerzo.

Sasuke inclinó ligeramente la cabeza en señal de respeto.

-Entendido. Gracias por su guía sensei.

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Los días pasaban y Naruto progresaba a pasos agigantados en su entrenamiento. Giru-sensei, satisfecho con su avance, le dio una noticia que lo llenó de entusiasmo.

-Si continúas a este ritmo en una semana estarás listo para entrenar con Mu.

Naruto no podía contener su alegría. Había esperado este momento con ansias y ahora estaba a un paso de lograrlo.

Su primer impulso fue buscar a Sasuke para compartir la buena noticia, seguro de que él entendería mejor que nadie lo que significaba para él.

Mientras recorría la escuela, se enteró de que Sasuke estaba entrenando en la oficina de Mu. Se dirigió hacia allá con rapidez, y al llegar se detuvo frente a la puerta cerrada. Con cuidado, la abrió apenas lo suficiente para echar un vistazo sin interrumpir.

Sasuke estaba sentado en el centro de la habitación, con las piernas cruzadas sobre un tapete rojo. Su postura era perfecta, relajada, mientras Mu se encontraba de pie frente a él, con la mano apoyada suavemente sobre su frente. La escena parecía tranquila, casi íntima, y Naruto sintió un pequeño nudo en el pecho.

Él no era celoso, o al menos eso se había repetido muchas veces. Pero no podía ignorar cómo el pelinegro parecía cada vez más distante. Entre más tiempo pasaba con Mu, más parecía alejarse de él. Naruto apretó los labios, tratando de reprimir sus sentimientos, y cerró la puerta en silencio sin interrumpir.

Salio de la escuela, para buscar un lugar donde pudiera despejarse. Se sentía confundido y dolido. Era consciente de que algo en Sasuke había cambiado; su comportamiento era distinto, más frío, casi indiferente. Ya no había besos furtivos ni toques cargados de afecto, y cada día se sentía menos como su pareja y más como un amigo cualquiera.

Naruto respiró hondo, tratando de no dejarse llevar por la tristeza. Sasuke estaba enfocado en su entrenamiento, y él no quería ser una distracción. Pero, por más que intentara convencerse de que era lo mejor, no podía ignorar el vacío que crecía dentro de él. Su separación comenzaba a afectarlo de una manera que no sabía cómo manejar.

-Tal vez estoy exagerando... -murmuró para sí mismo, tratando de convencerse de que todo estaba bien.

Se detuvo frente a un pequeño lago que reflejaba el cielo despejado. El sonido del agua lo ayudaba a calmarse un poco, pero su pecho seguía sintiendo un peso insoportable.

-¿Por qué me siento así? -se preguntó en voz baja, apretando los puños.

No estaba molesto con Sasuke, pero la tristeza de no tenerlo cerca como antes lo estaba consumiendo.

Sin querer, las lágrimas comenzaron a caer deslizándose por sus mejillas, mientras su corazón se llenaba de angustia.

El rubio no lloraba por celos; su dolor provenía de algo más profundo. Sentía que Sasuke lo estaba dejando atrás, como si ya no fueran novios y él fuera el último en enterarse.

Naruto dejó que sus emociones fluyeran, permitiéndose llorar en soledad mientras su reflejo en el lago se desdibujaba con las gotas que caían al agua.

Mientras tanto en la oficina, Sasuke terminaba su sesión con Mu. El sensei retiró su mano y lo observó con una leve sonrisa.

-Has progresado mucho Sasuke. Tu energía es más estable, y Tenchi responde mejor a tu voluntad.