-Eres un tonto, ¿sabías? -dijo el rubio entre risas, mientras seguía a Sasuke.

El Uchiha no respondió de inmediato, solo lo miró de reojo mientras seguían avanzando. Había algo en ese momento que lo hacía sentirse vivo, algo que había estado buscando durante mucho tiempo: la posibilidad de estar verdaderamente con Naruto, sin barreras ni secretos.

Él había estado demasiado cerrado, demasiado distante desde que llegaron, pero ahora, con Naruto a su lado, no quería esconderse más.

Salieron de la escuela y siguieron corriendo hasta llegar a un hotel. Al llegar a la puerta de una habitación que Sasuke había reservado previamente. El cuarto estaba iluminado tenuemente por la luz de la tarde que se colaba por la ventana, y el ambiente era tranquilo, solo interrumpido por el sonido de sus respiraciones entrecortadas por la carrera.

Naruto con su curiosidad típica miró a su alrededor, pero antes de que pudiera decir algo, Sasuke lo atrajo hacia él nuevamente. El beso que le dio fue lleno de promesas, de todo lo que no habían podido decirse hasta ahora.

-¿Estás listo... Naruto? -susurró con su voz cargada de emoción y un deseo que no podía ocultar.

-Estoy listo, teme.

Sasuke lo miró fijamente, con sus manos rodeando su cintura con fuerza, mientras lo acercaba más, disfrutando de ese momento.

Porque nadie los interrumpiría ahora.

-Aquí acaba lo de postergar el placer -dijo el rubio en tono decidido, acercándose más.

Sasuke sonrió de lado- Te prometí que valdría la pena Naruto. Estaremos aquí toda la noche... hasta que me pidas que pare.

El rubio sintió la adrenalina recorrer su cuerpo ante esas palabras, y le respondió con una sonrisa nerviosa que iluminó su rostro -¡Sasuke!!

Después de todo lo que habían pasado juntos en ese lugar, por fin podían estar juntos otra vez.

-No te preocupes cariño -dijo Sasuke en un susurro, mientras acariciaba suavemente su rostro -No voy a parar hasta que me hayas perdonado.

Naruto lo miró fijamente, sus ojos brillando con una mezcla de amor y deseo, y con una sonrisa traviesa se acercó a él.

-Entonces, te voy a hacer prometer que no me vas a soltar

-Te lo prometo -respondió, sin dudar, mientras lo atraía hacia él, sujetaba su mano y la besaba.

El aire entre ellos parecía cargado de una electricidad palpable, un deseo compartido, y lo que comenzó como una simple promesa, pronto se transformó en algo mucho más profundo. Esa noche sería solo de ellos, sin interrupciones, sin dudas, solo la intensidad de lo que compartían.

Y así, se entregaron el uno al otro, durante toda la noche, no solo con sus cuerpos, sino también con sus almas, sabiendo que ya se habían perdonado

Por la mañana, Sasuke despertó antes, lo primero que vio fue a Naruto, despeinado y aún profundamente dormido entre sus brazos. Esa imagen era una de sus favoritas, una que nunca se cansaría de observar. La calidez del rubio, la manera en que parecía tan relajado, lo hacían sentir en paz, como si el mundo fuera un lugar menos caótico cuando estaban juntos.

Con cuidado, Sasuke comenzó a acariciar su espalda, trazando líneas suaves con sus dedos para despertarlo sin sobresaltos. Naruto, sin embargo, decidió hacerse el dormido, disfrutando del contacto hasta que sintió la mano de Sasuke descender un poco más de lo esperado.

Naruto pegó un pequeño salto y abrió los ojos de golpe.

-¿Así se dicen los buenos días ahora? -preguntó, fingiendo indignación.

Invisible StringWhere stories live. Discover now