✧ ﾟ 𝐄𝐜𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐌𝐮𝐥𝐭𝐢𝐯𝐞𝐫𝐬𝐨

꒷꒦ First

Justo en ese instante, un chico de armadura oscura, con un brillo rojizo que delataba su procedencia de netherite, se acercó con paso firme. Se cruzó de brazos y observó la escena con desaprobación. Había sido uno de los jugadores más destacados del grupo, reconocido por su habilidad en combate, pero ahora parecía haberse convertido en la niñera de aquel oso.

-Spreen, no podes hacer algo así -dijo con tono firme, clavando su mirada en el híbrido-. Todos estamos aquí por la misma razón: salvar este mundo y derrotar a Revil.

Su voz resonó con autoridad entre los presentes. No estaba dispuesto a permitir disputas internas, no cuando el destino del mundo pendía de un hilo. Necesitaba a todos, sin importar si algunos eran más útiles que otros.

Mientras Aquino se recuperaba, otro chico se acercó a él. Llevaba un traje bastante peculiar, con el diseño de lo que parecía ser un dinosaurio. Sin embargo, lo más llamativo era su cabello blanco, del cual caían dos pares de orejas de conejo, delatando su naturaleza híbrida. Sus ojos reflejaban confusión y una preocupación genuina por su compañero. No entendía del todo por qué Spreen había reaccionado así, pero lo único que le importaba en ese momento era asegurarse de que Aquino estuviera bien.

El ligero coqueteo del peliblanco pareció ser suficiente para calmar la tensión en el ambiente. Sin embargo, su actitud no pasó desapercibida para cierto grupo de personas que observaba atentamente al dúo. Aunque nadie se atrevió a acercarse, las miradas curiosas dejaban en claro que aquella interacción había captado más atención de la esperada.

Aprovechando el momento, Eón decidió intervenir antes de que cualquier otra disputa pudiera surgir. Con su característico tono autoritario, alzó la voz para asegurarse de que todos lo escucharan.

-Antes de continuar... para evitar conflictos innecesarios, quiero que tengan algo claro -dijo, recorriendo con la mirada a cada uno de los presentes-. Cada uno de ustedes proviene de una dimensión alterna, por eso sienten que se conocen. Pero en realidad, no son los mismos que recuerdan. Así que traten de conocerse nuevamente, de forjar lazos. A partir de ahora, serán compañeros, aliados y amigos.

Tras esa breve explicación, Eón permitió que los integrantes del grupo comenzaran a establecer sus bases y organizarse. La primera misión del día era simple en teoría, pero requería esfuerzo: cada miembro debía conseguir una armadura completa de diamante. Algunos lo lograrían con facilidad, otros dependerían del trabajo en equipo.

Sin nada más, los diferentes integrantes se dispersaron. Algunos iban en equipo, otros en duplas y no faltaban los solitarios. Entre estos se encontraba el destacado castaño de máscara, quien se había ido directamente a minar. Seguro su buena suerte lo guiaría a conseguir todo lo necesario... o eso pensaba.

-Según la información de este aparato, en este mundo es difícil encontrar diamante... -murmuró más para sí mismo que para alguien más, debido a lo solitario que estaba.

Seguramente ya se habían formado equipos, pero con la mala experiencia que le había dado el oso llamado Spreen al confundirlo con, al parecer, una versión suya de otra dimensión, no podía evitar preguntarse... ¿y si en otras dimensiones también había matado a otras personas? Tal vez su reputación en este mundo ya estaba arruinada incluso antes de empezar.

Solo pudo suspirar y resignarse a que en un futuro podría hacer alianzas, futuro ya que actualmente no tenía mucha intención de socializar con el resto, ¿la razón? Miedo, para nada.. aunque seamos francos, estaba con mucho miedo. No había notado que por estar tan distraído en su misión de buscar ese mineral tan valioso que ya tenía lo necesario para este y de sobra que no tardo en hacer algunas herramientas básicas, al igual que la mencionada armadura de diamante, una vez esta fuera usada no tardo en que su brazalete vibrara notificando al resto de jugadores que había hecho la misión, lo que menos quería era llamar la atención y si que era malo logrando eso.