Esta mañana, 1949

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En su primera edición, este libro tenia solo seis cuentos, pero en 1967 apareció una nueva edición titulada Esta mañana y otros cuentos, a la que se añadieron tres, y ésta es la que voy a analizar aquí.

      Como para confirmar todo lo dicho hasta ahora, el relato que da el nombre al libro, "Esta mañana", está protagonizado por un oficinista enamorado y humillado por su jefe que nos muestra sus pensamientos y que acaba cometiendo un crimen: "a un metro de su mano [...] Está el cajón sin llave. Está el revolver [...] Esto... abrir el cajón... esto ESTO ¿es la conciencia? (Gálvez) ¿Hay Dios? (Cayó) ¿Es la conciencia? (Cayó de espaldas)[...] Ella está también... Ella. Celeste". Y todo por una mujer. Benedetti estaba muy influenciado por Joyce.

     La importancia del segundo relato, "Como un ladrón"(1947), reside no ya en la presencia de un personaje típico, "a los treinta años ya no era un tipo mediocre", sino en la aparición de Eduardo Rosales, alias Raumsol, que tanta influencia tuvo en la adolescencia de Benedetti y que volverá a aparecer en Gracias por el fuego. Con su muerte a manos del protagonista, este cuento se constituye en una especie de exorcismo interior de Benedetti.

    En "Hoy y la alegría", el narrador, que tiene dos hijas y esta aun en el lecho donde ha dormido, se dirige a una mujer inexistente, alguien que ahora tiene rostro de "un grabado de Renoir en la pared del fondo", y con ella tiene una dulce conversación con forma de monologo o carta, porque siempre se dirige a ella como "usted", hasta que decide que "usted no existe" y "le voy a decir por qué".

    El relato "Idilio" esta construido sin puntos ni comas, al modo joyciano. Es una historia de amor adolescente con pelea incluida. En "Como siempre", un pobre matrimonio ejecuta los ritos de siempre, salvo que cada vez se quieren menos y se aburren mas: "Cuando estallo en el reloj la acostumbrada campanada, comprobó -como siempre- la exactitud de su reloj. Entonces notó que era demasiado tarde. Como siempre". En el curioso cuento "La vereda alta", un niño decide suicidarse en un descuido de su abuela y se tira por un barranco: "Naturalmente, todo quedó en una pierna rota y un arañazo de ladrillo. Pero en aquel momento yo creía que estaba muerto. Que la muerte era algo. Que ese 'algo' era espantoso. Y que desde la altísima vereda hasta esa muerte mía de dolor y de barro, el odio de mi abuela llegaba en bofetadas."

   En "No tenía lunares", Benedetti muestra una historia familiar de traiciones con una dureza extraordinaria, como lo haría un escritor de novela negra, con una primera mitad en la que aparecen incluso armas: "Querido", dijo ella. Estaba despeinada, grotesca, maloliente. Los labios resecos, anteriores a toda pintura; los ojos colgantes y legañosos. [...] Rafael retrocedió cinco centímetros imperceptibles. La mano estaba allí sobre la colcha. Movía con torpeza su rechoncho meñique, lo montaba asquerosamente sobre el anular. Luego se estiraba, abriéndose en cinco dedos tumefactos. Yo besaba esa mano. Yo era el idiota que cerraba los ojos al besar esa mano".

    En "José nomas", Benedetti se pone en el lugar de la muchacha de 23 años que tiene una aventura y en "La lluvia y los hongos", el protagonista es la sinceridad: "A lo mejor tenés razón, terminada la lluvia, al pasado vuelve a nacer, como los hongos", "La maté claro. ¿Querías decir eso? Fui el culpable, el único, ¿te das cuenta? Y ahora, por favor, hablemos de otra cosa. De tus amores, por ejemplo".

Mario Benedetti ~ El poeta cotidiano y profundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora