Tobi y Deidara llevan muy poco tiempo siendo compañeros de equipo, desde que Sasori murió y Tobi lo remplazo no se llevaron muy bien. Ni siquiera pudieron saber cuál era su sexo secundario hasta ese momento.
Los dos se verán envueltos en varios suce...
Al día siguiente, los dos se alistaron para salir, cada quien con sus debidas precauciones por si llegara a pasar algo.
Tobi estaba en la puerta de la entrada esperando a que llegara Deidara, el cual se había tardado mucho en llegar.
- Tobi ya se hizo piedra de tanto esperar - dijo Tobi.
Deidara no respondió nada, solo se limito a salir del hostal y seguir el sendero ya marcado en su mapa.
Obito hizo una expresión de confusión ante la reacción de Deidara, normalmente este le hubiera dicho que se callara y que lo siguiera, o algo similar. En cambio, solo recibió un silencio total.
Obito lo siguió, pudo notar el aroma de Deidara en todas sus prendas, no podía evitar el querer acercarse más para olerlas mejor, pero por su máscara no era posible. Se maldecia otra vez por usarla.
- ¡¿Que estás haciendo tarado?! - grito exaltado Deidara debido a la cercanía repentina de Tobi - ¡Quítate Tobi! - grito mientras ponía una mano en la máscara de Tobi para que esté alejara su rostro de el.
- Deidara-senpai huele tan bien... - dijo Tobi un tanto mareado.
Deidara se quedó en silencio nuevamente, apresuró su paso para dejar a Tobi atrás, en cuanto lo perdió de vista se sintió aliviado, ahora tendría un espacio libre de cualquier idiota. Pero su tranquilidad no fue por mucho tiempo porque lo escucho correr hacia el.
- Deidara-senpai, Tobi casi se cae con una piedrita tratando de alcanzarlo - se quejo Tobi apareciendo repentinamente detrás de Deidara.
- Te odio, Tobi. - dijo Deidara en voz baja siguiendo su camino.
Obito no alcanzo a oír lo que dijo el rubio debido a su máscara que tapaba sus orejas; solo lo siguió, no se atrevió a decir nada más, ni siquiera una disculpa debido a su acercamiento hacia Deidara, todo eso le resultaba nuevo e incómodo.
Su camino fue en su mayoría en silencio, ninguno de los dos se había dirijido la palabra en todo el trayecto.
A Deidara le parecía raro que Tobi estuviera tan callado, y la verdad estaba feliz por eso; por primera vez en todas sus anteriores misiones se había quedado callado por tanto tiempo.
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Llegaron a un pequeño pueblo, era demasiado tarde, hace horas que ya había pasado la hora del almuerzo y nunca se detuvieron. Los dos estaban exhaustos y querían descansar.
- Tobi quiere comer algo o se morirá de hambre - se quejo Tobi mientras se acercaba hacia un puesto de comida.
Deidara no respondió, solo se limito a seguirlo, también quería comer algo para recuperar las ganas de seguir con esa misión.
Los dos se sentaron en una mesa que tenía solo dos sillas, perfecta para que nadie más se les acercara. La atmósfera era incomoda y pesada, no se querían dirigir la palabra, no después de lo que había pasado. Se quedaron en silencio, cada uno observando una cosa diferente.
Estaban cada uno en sus pensamientos hasta que un mesero se les acercó para pedirles la orden.
- ¿Que desean ordenar? - dijo.
- Yo un ramen y un sake - pidió Deidara mientras observaba el lugar.
- Hay promoción de 2x1 - dijo el mesero.
- ¿Tu quieres? - dijo Deidara mientras miraba a Tobi de manera indiferente.
- Por favor - dijo Tobi con su voz chillona.
- Bien, ¿eso sería todo? - pregunto el mesero.
- Si, y de una vez la cuenta - pidió Deidara.
El mesero se retiró y mientras esperaban en silencio que su comida llegara Deidara pudo notar en otra mesa a dos tipos que lo observaban muy detenidamente.
- agh - se quejo Deidara al sentir esa mirada repugnante sobre el, por lo que hizo una mueca de asco y no dudo ni un segundo en irse de su lugar.
- ¿Que pasó Deidara-senpai? - pregunto Tobi mientras lo miraba confundido por la reacción repentina del rubio.
- ahorita vengo, voy al baño - dijo Deidara para después alejarse, le frustraba mucho que las personas y sobre todo los Alfas lo miraran de esa manera. Todo lo que necesitaba era un espacio en dónde nadie lo mirara de manera morbosa.
- ¿mmh? - dijo Tobi aún confundido por la situación.
El azabache se había quedado solo, no sabía que hacer y estaba aburrido; no tenía con quien platicar o jugar. Mientras observaba el lugar pudo ver a dos tipos acercandose a el.
- ¿Que quieren? - dijo Obito con su voz grave. Aquellos tipos eran los Alfas que se había encontrado de camino a la habitación de Deidara en el hostal.
- Bien, iré al punto ¿Cuánto quieres por el Omega que te acompaña? - dijo uno de los Alfas mientras se sentaba en la silla de Deidara.
- Pudimos notar que el tiene un aroma muy interesante, perfectamente podrías pedir cualquier cosa por el - agrego el otro Alfa mientras se paraba cerca del otro tipo.
- No es un objeto - dijo Obito un tanto irritado por la actitud narcisista de los Alfas - además, no es mío -
- ¡perfecto! - dijo el Alfa sentado en la silla - eso lo vuelve mucho más fácil - dijo mientras se paraba del lugar.
- Sin embargo, eso no quiere decir que puedan hacer lo que quieran - dijo Obito de manera amenazante.
- veremos que gana, ¿La razón o el instinto? - dijo el Alfa para después irse a su mesa.
Se quedó en silencio Obito, pensando en lo que acababa de pasar. Estaba tan perdido en sus pensamientos que no vió a Deidara aproximarse a la mesa.
- ¿Que querían esos tipos? - pregunto Deidara sentándose en su silla.
- querían molestar a Tobi porque estaba solito, ¡pero lo bueno esque usted apareció senpai! - grito Tobi con su clásica voz infantil y un tono de alivió.
- ¿eh? - dijo Deidara confundido sin saber lo que había pasado en su ausencia.