• ♡ | Occultist's Secret | ♡ • [Black x Jevin x Tunner]

15 - Occultist's Secret

♧ •● Sangre ●• ♧

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°○ Los gritos retumbaban por el lugar, frente a él, ese desgraciado que creyó poder molestarlo aquel día en el club y cuando estuvo en el restaurante, yacía herido y con partes del cuerpo faltantes, ojos, boca, nariz, la piel de los brazos y de las piernas, a su lado, quien había realizado aquellos actos de tortura sin piedad ni remordimiento alguno; se mantenía con una postura firme, con una presencia tan peligrosa como sutilmente abrumadora, sabia que estaba allí porque la conocía, pero al ser tan experta en este campo, ser realmente detectada o escuchada por el resto era una tarea imposible.

- Arrodíllate - Ordenó con una rabia creciente que no iba a descansar pronto, forzosamente jalando el cabello de aquel tipo, obligando a arrodillarse sobre una chapa hirviendo, el grito de dolor fue tan desgarrador como los anteriores.

- BASTA!! LO SIENTO!! POR FAVOR!!! MÁTAME! SOLO MÁTAME! - Entre lágrimas imploraba el torturado, el olor a carne quemada esparciéndose por el lugar, el sonido casi como meter algo a aceite hirviendo siendo lo más notable además de los sollozos incontrolados.

- Ruega, y cállate. - Arrojando al idiota a los pies de por quien hacia todo esto, sacó su arma dispuesta a disparar, recargándola hábilmente y presionándola justo en la nuca del individuo que ya estaba sentenciado.

- LO LAMENTO!! NO VOLVERA A SUCEDER!! NUNCA VOLVERÉ A HACER ALGO ASI! TE LO JURO!! POR FAVOR DISCULPAME!!! - Rogó, ciegamente aferrándose a los zapatos de quien tenía enfrente, llorando desconsoladamente por el dolor; el silencio tan espeso y pesado que por un momento pareció un funeral disgustosamente interrumpido por los llantos del extraño.

- ... te perdonó- -

Y se escuchó un disparo seco, sea quien fuese aquel que perdió la vida a sus pies, implorando por perdón y rogando por liberación, tal y como ella se lo había prometido el día en que se hicieron mejores amigos.

Agradecía que ella, a pesar de ser una desalmada con problemas de apego emocional en ciertos puntos, había cubierto sus ojos con una venda para que no tuviera que ver lo que estaba sucediendo, solo oír a quien le hizo el mínimo daño, sufrir a manos de la chica; escuchó el cadáver ser arrastrado a algún lugar, tirado dentro de algún tipo de contenedor que a juzgar por el sonido del encendedor fue incendiado sin problema alguno, luego de un silencio sepulcral sintió la venda caerse de sus ojos y las manos frías de la realizadora de tales actos en su cintura.

Miró a la sicaria, quien con unas mínimas gotas de sangre en el rostro, le devolvió la mirada antes de sostener las manos de Jevin, quien no hizo nada para detenerla, la vio inclinarse en una reverencia ante él con la frente sobre las palmas de sus manos; Un juramento que va más allá del compromiso por palabras, iba mucho más allá de lo que una persona cuerda podría resistir o incluso comprender, era una personalidad calculadamente destruida y retorcida, tal vez por los años en la guerra, el trabajo sanguinario o el mismo instinto de caza y protección tan fuertemente intenso que poseía.

- ... ya no te molestara más.... - Fleir habló dejando un beso sobre las manos del ocultista antes de enderezarse, esa mirada vacía tan característica de ella cuando entraba en estos estados de locura, se relajaba lentamente.

- .... siempre haces esto.. - El comentario salió con cierta distancia que por más que quería poner para desaprobar sus acciones, realmente no existía.

- Lo jure Jevin, lo haría mil veces más y lo haría mil veces más... -Le recordó, sus ojos vacíos clavándose en los ajenos tan falsamente fríos, los sabia leer a la perfección, lo que hacia todo, para alguien cuerdo, peor.