HEARTKILLER ⭑ vi (arcane)

🌆 ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ 𝐩𝐫𝐨𝐥𝐨𝐠𝐮𝐞. ͏

—No eres débil —dijo con una certeza que no necesitaba ruido—. Simplemente tienes un corazón amable. Se necesita mucho coraje para ser amable en un mundo que puede ser tan duro.

Alanis lo miró a través de las pestañas empapadas. En su rostro había una curiosidad nueva, como si cada palabra abriera una ventanita por donde entraba aire. La inspiraba a querer preguntar más y más.

—Si soy amable... ¿me seguirá pasando esto? —preguntó ella con un leve puchero.

Viktor terminó de vendarle el brazo y la miró a los ojos.

—A veces, sí —admitió honestamente, pero luego la tranquilizó—. Pero la verdadera fuerza reside en seguir siendo gentil y amable incluso ante las dificultades. Y eso, Allie, eso es lo que te hace valiente.

Los ojos de la niña se abrieron un poco más.

—¿Valiente? —repitió, como si probara la palabra por primera vez.

—Valiente —confirmó él, tocándole la punta de la nariz a la niña con el índice para así animarla. Alanis se encogió un poco tras una leve risita—. Es un poder que no todo el mundo puede entender o apreciar, ¿sabes? Pero es un poder que puede cambiar el mundo en formas pequeñas, pero significativas. Y tú lo tienes.

Alanis parpadeó, se secó las lágrimas con las manos y miró las mitades del conejo sobre la mesa. Viktor siguió su mirada. Tomó las piezas con cuidado y examinó la costura rota mientras se sentaba sobre el escritorio.

—Puedo intentar arreglarlo —dijo—. No prometo que quede perfecto, pero estará entero.

La niña asintió, un sí que casi fue sonrisa.

—¿Tú… hiciste un cambio siendo amable? —preguntó entonces, de golpe más despierta. El dolor parecía momentáneamente olvidado y reemplazado por emoción.

Viktor dejó el conejo en el escritorio y procedió a anudar una hebra de hilo en una aguja. Pensó un segundo.

—Sí, creo que sí —dijo, pensando en ello—. Ser amable y comprensivo contribuye, en gran medida, a poder llegar a las personas y conectarme con ellas. Me ayuda a comprender sus problemas y a encontrar soluciones que podrían no ser obvias para quienes no se toman el tiempo de escucharlas realmente.

Viktor hizo una pausa. Pasó la aguja y tiró del hilo con un gesto mínimo.

—No es algo fácil de hacer, Allie —continuó sin dejar de coser—. Especialmente en un lugar como Zaun, donde las cosas suelen ser duras y crueles la mayoría del tiempo. Pero incluso un pequeño acto de bondad puede tener consecuencias y marcar una gran diferencia. Puede cambiar la forma en que alguien ve las cosas... o en cómo trata a los demás.

Alanis observó la aguja entrar y salir, hipnotizada. El mundo, por primera vez en mucho tiempo, se le organizó en una secuencia tan simple como esa charla.